Columna: Los Rams tienen la mentalidad adecuada para conquistar el corazón de la afición de Los Ángeles
Los Rams deberían ser competitivos para capturar los corazones de Los Ángeles al igual que los Lakers y los Dodgers, escribe el columnista Dylan Hernández.
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Aquí, en el lugar de nacimiento del Pato Donald, en una ciudad que vilipendia a Donald Trump, éste se ha convertido en el mejor Donald de todos.
Aaron Donald, el tres veces jugador defensivo del año y siete veces All-Pro, es finalmente un campeón del Super Bowl. El tackle defensivo de los Rams celebró la nueva designación deshaciéndose de su camiseta, terminando con el pecho desnudo en un escenario junto al Coliseo.
“Me he divertido mucho esta noche” -en realidad era mediodía- “así que si arrastro mis palabras me disculpo”, dijo Donald con una cálida sonrisa.
Con su mejor jugador en un estado de aparente ebriedad, Sean McVay vio una oportunidad. El entrenador se deslizó junto a sus jugadores para llegar al frente del escenario.
Momentos después de que Donald levantara el Trofeo Vince Lombardi e instruyera a los aficionados que asistieron al desfile del campeonato de los Rams a “beber tanto como nosotros esta noche”, el presentador J.B. Long hizo la pregunta que estaba en la mente de todos.
“Aaron”, dijo Long, “Sean McVay acaba de tocarme el hombro. Quería saber si estás interesado en que te dirija de nuevo”.
McVay sostenía una taza roja en una mano. Con la otra, le arrebató el micrófono a Long y le gritó: “¡Devuélvelo! ¡Córrelo! ¡Vuelve a correr!”
Donald se dobló de risa.
“Hemos creado un súper equipo”, dijo Donald. “Podríamos conservar este súper equipo. ¿Por qué no volver a dirigirlo? Podríamos volver a ser campeones del mundo”.
La frase “run it back”, con alcohol, será seguramente el eslogan del equipo la próxima temporada.
Convertir el mantra en una realidad comienza con Donald, de 30 años, quien le dijo al reportero de la NBC, Rodney Harrison, antes del Super Bowl que había “una gran posibilidad” de que se retirara si los Rams ganaban el campeonato.
McVay también fue objeto de especulaciones de retiro, especialmente después de hablar de agotamiento mientras el New York Post informaba que podría ganar más de 10 millones de dólares anuales como locutor. “Ya veremos”, dijo el lunes al Times cuando le preguntaron si volvería a entrenar a los Rams la próxima temporada.
Los jugadores y el entrenador podrían haber estado buscando extensiones de contrato. A Donald le quedan tres años de contrato; a McVay, dos.
¿Habría iniciado McVay un coro de “vuelve a correr” si no tuviera intención de volver? Probablemente no.
“Creo que vieron a Sean en el escenario hoy”, dijo el jefe de operaciones Kevin Demoff. “Está listo para ir a defender nuestro título”.
La declaración de Donald no era legalmente vinculante, pero el deseo del héroe del Super Bowl de ver regresar al núcleo de este equipo de los Rams debería ser factible.
El liniero ofensivo Andrew Whitworth tiene 40 años y se espera que se retire.
Una de las principales prioridades del equipo debería ser el linebacker Von Miller, quien dijo el miércoles en el mitin posterior al desfile: “Tenemos que volver a repetir”.
Miller, que fue adquirido en un canje a mitad de temporada con los Broncos de Denver, será agente libre. También lo será el receptor Odell Beckham Jr.
Beckham parecía destinado a firmar en otro lugar, hasta que cayó con lo que se cree que es una rotura del ligamento cruzado anterior en su rodilla izquierda previamente reparada. Una segunda intervención quirúrgica en esa rodilla haría casi seguro su regreso a los Rams, ya que disminuiría su valor.
“Lo más importante, si quieres tratar de correr de nuevo es que tus jugadores deseen seguir corriendo”, dijo Demoff. “Ellos son los que pueden hacer que suceda. Está realmente en sus manos si quieren volver a ganar. Esa fue la sensación el domingo por la noche. Ese fue el sentimiento de los últimos días. Esperemos que siga así durante la temporada baja”.
La oficina administrativa no planea cambiar su enfoque.
Miller, el mariscal de campo Matthew Stafford y el esquinero Jalen Ramsey fueron adquiridos mediante el intercambio de selecciones del draft. La última selección de primera ronda de los Rams fue la del mariscal de campo Jared Goff en 2016; no tienen otra hasta 2024.
El gerente general Les Snead terminó dirigiéndose a los aficionados con una declaración desafiante: “Al diablo con las selecciones. Los usaremos para ganar más Super Bowls”.
El propietario Stan Kroenke los necesita, ya que los Rams todavía tienen muchos corazones que conquistar en Los Ángeles.
En muchos puntos de la ruta del desfile, los aficionados solo tenían una fila. Había suficiente espacio detrás de las barricadas para que los seguidores más entusiastas corrieran junto a los autobuses y acabaran llenando el campo de césped frente al Coliseo.
Como ha sucedido en este recorrido del Super Bowl, la suerte está del lado de los Rams.
Los Lakers apestan y no tendrán un desfile propio a corto plazo, lo que probablemente sea la razón por la que LeBron James prácticamente rogó que se les incluyera en el evento del miércoles sobre la base de un campeonato que ganaron en 2020.
Los Dodgers deberían estar en los entrenamientos de primavera esta semana, pero los propietarios, notoriamente miopes, han decidido bloquear a los jugadores.
El mercado deportivo más competitivo del país está más abierto que nunca.
Los Rams tienen la mentalidad adecuada para aprovecharlo, y su actitud se refleja en el homenaje del receptor Cooper Kupp al fallecido Kobe Bryant.
Kupp llevó una camiseta negra de los Lakers con el nombre de Bryant en la espalda durante el desfile. El número 8 que Bryant usó en la primera parte de su carrera estaba en la parte delantera, y el número 24, al que luego cambió, estaba en la parte trasera.
“Kobe es parte de esto”, dijo Kupp. “Él pertenece aquí. Y te diré algo, él marcó la pauta. Todo lo que quiero es que volvamos a trabajar, que volvamos a correr”.
Ese concepto le resultaba familiar a Bryant.
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