Paul George y los Clippers llegan a los playoffs como un equipo nuevo y preparado para el reto

Los Clippers, que entran en la postemporada el sábado, son el producto de ocho meses de cambios derivados del fracaso de la temporada pasada en los playoffs.

“Es un equipo totalmente diferente, un cuerpo técnico diferente, la energía es mucho mejor”, dijo el alero Marcus Morris. “La camaradería es mucho mejor. Todo el mundo quiere estar aquí. Todo el mundo está desempeñando su papel de la manera correcta.

“Y todos tenemos un objetivo, y todos estamos comprometidos con él”.

De cara a la revancha de primera ronda contra Dallas, quizás nadie en la plantilla sienta más el contraste que Paul George.

Al no sentirse del todo bien con sus hombros después de una intervención quirúrgica cuando llegó a la burbuja temporal de la NBA en Florida el verano pasado, el multidimensional alero de los Clippers solo encestó el 27% de sus tiros de tres durante la victoria en la primera ronda de la serie contra los Mavericks, una situación que, en su opinión, tuvo que ver con la creciente ansiedad que le provocó pasar varias semanas lejos de su familia.

El dolor en un dedo del pie ha persistido desde mediados de la temporada, pero sus hombros ya no son el problema: su 41,1% en tiros de tres y su 51% dentro del área esta temporada, son las segundas mejores marcas de su carrera. Tampoco le ha afectado la ubicación geográfica.

“Este año ha sido más fácil porque he salido”, dijo George. “Ya sabes, puedo tener una vida normal. Puedo ir a casa, puedo ver a mi familia, puedo pasar tiempo con mi familia, puedo interactuar con otras personas fuera del equipo y eso ha sido una gran diferencia para volver a la normalidad. Es una gran diferencia desde el punto de vista mental, desde la vida en la burbuja hasta donde estoy ahora”.

Dallas ya ha demostrado que puede jugar con la mente de los Clippers. En el tercer partido de esta temporada, los Clippers iban ganando por 50 en el descanso y luego por 51. El escolta de Dallas, Luka Doncic, puede hacer que toda la defensa se centre en él. En ambos lados, los jugadores han restado importancia a cualquier animosidad persistente derivada de su último encuentro de playoffs, con Morris confirmando el jueves que se disculpó con Doncic a principios de esta temporada por lo que dijo fue un golpe accidental en el tobillo lesionado de Doncic.

(Tim Hubbard / Los Angeles Times)

“Creo que hay un respeto mutuo en la cancha, entre nosotros como jugadores”, dijo Morris. “Le dije antes del partido que no me gusta hacer esas jugadas sucias y tratar de lastimar a nadie. Primero soy un competidor. Me encanta llevar el partido, me encanta jugar”.

Igualmente, todos coinciden en que los playoffs elevan la intensidad y la emoción. La paz podría no durar 48 minutos.

Para que los Clippers superen a Dallas, pasen la segunda ronda y lleguen a su primera final de conferencia o más allá, en medio de un cuadro sin un claro favorito en ninguna de las dos conferencias, que la producción de George en la temporada regular se traslade a la postemporada es indispensable.

Los Clippers tienen profunidad: Dos All-Stars y nueve jugadores que lanzaron un 40% o más de distancia esta temporada, un récord en la liga. Pero no todo el mundo puede imitar las herramientas de George, de 6 pies y 8 pulgadas de estatura, quien, desafiado por el entrenador Tyronn Lue a crear oportunidades no sólo para sí mismo sino también para los demás, promedió un promedio de 5,2 asistencias esta temporada.

Para sacar el máximo partido a su singular conjunto de habilidades, ha utilizado el mismo enfoque que ha permitido a los Clippers dar sus propios pasos adelante tras la temporada pasada.

Cuando Lue entró en el campo de entrenamiento tras reemplazar a Doc Rivers, con la vista puesta en una temporada en la que los equipos debían superar no sólo a los demás, sino también al COVID-19, dijo que “adaptarse” era la palabra de la temporada de su equipo. En los seis meses transcurridos, una nueva palabra de moda se ha impuesto: hábitos.

Para George, que llegó a la temporada motivado para compensar lo que describió como una temporada de debut “inaceptable” con los Clippers, generar marcas cercanas o mejores que las que ha hecho a lo largo de su carrera, ha sido el resultado de volverse más consistente con sus hábitos, dijo Reggie Jackson, el guardia suplente de los Clippers que es amigo más cercano de George en la NBA.

Lue, por su parte, ha predicado el evangelio de conducir por la cancha y pasar a los tiradores abiertos, hablar con la defensa y comenzar los juegos con una buena actitud.

“El año pasado fue el año pasado, ¿sabes?”, dijo Lue. “Tenemos un equipo diferente, tenemos una fórmula diferente, hemos hecho cosas diferentes, y nuestro equipo está sano. Hemos hecho algunos cambios, así que somos un equipo totalmente diferente. Y eso no significa necesariamente que vayamos a ganar un campeonato, pero estamos en un lugar diferente. El objetivo es ganar un campeonato, los mismos objetivos que teníamos el año pasado, pero tenemos jugadores diferentes, tenemos una mentalidad diferente, tenemos un estilo de juego diferente”.

Debido a esas diferencias, los Clippers llegan a la postemporada con la sensación de estar por encima de donde estaban en el mismo punto el año pasado.

Sin embargo, a pesar de todo su progreso hasta este punto, entienden que su temporada será juzgada en última instancia por lo que ocurra en los playoffs.

“Para eso te apuntas y, en última instancia, para eso jugamos”, dijo George. “Estamos jugando para ser el último equipo en pie. Al final del día es una carga que todos los equipos en este punto tienen que asumir. Es un viaje y estamos dispuestos a recorrerlo”.

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