Niegan propuesta de USC y UCLA para permitir que familiares de jugadores asistan a partidos

Una propuesta conjunta del director atlético de UCLA, Martin Jarmond, y su homólogo de la USC, Mike Bohn, para permitir que los miembros de la familia de sus respectivos equipos de futbol americano asistan a los juegos en el Rose Bowl y el Coliseo esta temporada ha sido rechazada por los funcionarios de salud de California y Los Ángeles, según fuentes con conocimiento de la situación quienes pidieron no ser identificados porque no se les permite hablar públicamente sobre el asunto.

Los funcionarios citaron la creciente propagación comunitaria de COVID-19 como el factor principal en su decisión, dijeron dos personas con conocimiento de la situación, incluso después de que Jarmond y Bohn establecieron protocolos que les habrían permitido ingresar a los estadios masivos de la manera más segura posible. El Rose Bowl tiene capacidad para 80.000 y el renovado Coliseum tiene capacidad para 78.000.

Los padres habían iniciado una petición en línea para que se les permitiera asistir a los juegos en casa en el condado de Los Ángeles después de que la Conferencia Pac-12 dijera que no se interpondría en el camino de los miembros de la familia en medio de la pandemia, incluso cuando los fanáticos estaban prohibidos. Ahora parece que esos miembros de la familia serán excluidos, al menos en Los Ángeles y Pasadena.

Melva Thompson-Robinson, la madre del mariscal de campo titular de UCLA Dorian Thompson-Robinson, dijo que planeaba asistir al primer partido de los Bruins contra Colorado el 7 de noviembre en Folsom Field en Boulder, Colorado, donde los funcionarios de salud locales permiten hasta 920 miembros de la familia de los jugadores y del personal para ver el juego.

“¡Esto es enorme!”, dijo Melva Thompson-Robinson después de enterarse que se le permitiría ir al juego. “Estoy tan emocionada de poder verlo en persona. Tengo amigos que van a ver jugar a sus hijos. Solo quiero mirarlo en persona en el campo haciendo lo suyo”.

Según una persona con conocimiento de los protocolos que se aplicarán para el juego Colorado-UCLA, los jugadores deben proporcionar al departamento de salud del condado de Boulder los nombres y la información de contacto de la familia que se espera que asista en caso de que sea necesario rastrear los contactos.

La familia no puede tener contacto con los jugadores antes o después del juego, solo podrán hablar con ellos desde la distancia en un momento designado.

Si un jugador de UCLA da positivo el día del juego, se administrará una prueba rápida de PCR para confirmar la prueba de antígeno positiva. Si la prueba de seguimiento es positiva, ese jugador, así como cualquier persona que haya estado en contacto cercano con él, será separado del equipo.

Luego, esos jugadores serían enviados de regreso a Los Ángeles a través de un servicio de ambulancia aérea contratado con el Pac-12. A cualquier jugador que dé positivo se le pedirá que no participe durante dos semanas.

Según las reglas de la conferencia, solo 74 jugadores podrán viajar a partidos fuera de casa.

La apelación conjunta en nombre de UCLA y USC no fue la primera vez que Jarmond y Bohn, directores deportivos de escuelas archirrivales, unieron sus fuerzas. Aparecieron juntos en una llamada de Zoom con funcionarios de salud del condado de Los Ángeles a fines de septiembre, lo que ayudó a despejar el camino para un regreso a las prácticas de fútbol. Fue un precursor importante de los planes de reactivación del Pac-12 para una temporada de fútbol que se había retrasado dos veces.

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