Kobe Bryant vs. Michael Jordan: cuando se pasó la antorcha

El domingo por la noche durante el quinto episodio de “The Last Dance”, seremos testigos de una poderosa amistad entre Michael Jordan y su duplicado más parecido, Kobe Bryant.

Después del Juego de las Estrellas de la NBA de 1998, el primero de Bryant, las estrellas se encuentran para brillar en la mitad de la cancha, con Bryant dando un respetuoso toque a Jordan y Jordan diciéndole al descarado adolescente: “Te veré en el camino”.

Ese camino choca hasta el 24 de febrero de este año, cuando Jordan elogió con lágrimas a Bryant en el Staples Center. Antes de que la tragedia definiera el capítulo final en su relación, hubo otra noche en el Staples Center puntualizándola, incluso cuando los árbitros querían ver a Bryant y Jordan enfrentarse por última vez.

Antes de que Bryant y Jordan jugaran por última vez el 28 de marzo de 2003, los oficiales de la NBA Mark Wunderlich, Gary Zielinski y Bob Delaney observaron las listas para la asignación de la noche.

“¿Jugarán entre ellos?”, Wunderlich se preguntó y repitió. “¿Terminarán jugando entre ellos?

“... Tienes dos jugadores generacionales, uno al final de su carrera y uno en el apogeo de su carrera. Eran dos pesos pesados – uno que se retiraba, otro justo en la cima de su juego”.

Jordan y Bryant realmente no se enfrentaron entre sí, pero para las personas que compartieron la cancha con ellos ese viernes por la noche, estaba claro cómo sus carreras eventualmente serían paralelas.

“Los gestos definitivamente estaban ahí. Las similitudes en la cancha definitivamente estaban ahí”, dijo el exalero de los Lakers, Mark Madsen, la semana pasada. “Y para ser honesto, estando en el vestuario con Kobe durante ese enfrentamiento y en el transcurso de tres años, sentí dos cosas. Uno, era un respeto increíble que Kobe tenía por Jordan. Y sentí y observé cómo Kobe emulaba a Jordan de alguna manera. Pero Kobe era un individuo. Quería esculpir su propio nicho, escribir su propia narrativa y crear su propio legado”.

En 2003, no había dudas sobre quién era el mejor jugador.

Bryant, de 24 años, había estado arrasando la temporada regular, anotando 40 o más en nueve juegos consecutivos en febrero y 11 de 13.

Contra los Washington Wizards esa noche, él estaba aún mejor.

“Kobe, estuvo genial”, recordó Wunderlich. “Lo que estaba haciendo, ni siquiera estaba mirando la canasta. Fue una locura”.

En un instante, Bryant anotó 30 de los primeros 38 puntos de los Lakers, inclemente a quien solía tratar de los Wizards frenarlo. A los veinte minutos de juego, Bryant tenía 40, asegurándose de que no se necesitara pasar ninguna antorcha – la había arrebatado.

Terminó con 55 puntos, algo que Jordan no había hecho en seis años.

“Es gracioso. Como árbitro, mirarías la cara del defensor después de que Kobe hace una canasta y solo ves que se le acaba la vida”, dijo Zielinski. “Lo más divertido de un defensor es cuando ni siquiera miran al tirador. Y ninguno de ellos miraría a Kobe. Simplemente corrían hacia el otro extremo”.

A medida que Bryant se volviera más exitoso, Madsen lo veía cada vez que Bryant ponía a prueba a un oponente inexperto.

“Solo ese factor de asombro. Veías a jugadores jóvenes entrar en el juego, prepárarse para protegerlo y los veías tragar seco”, dijo Madsen, ahora el entrenador en el Utah Valley. “Se notaba que estaban nerviosos”.

Jordan, de 40 años, todavía podía jugar, pero no podía llevar un equipo como lo hizo en Chicago.

Jordan anotó 17 de sus 23 puntos en la primera mitad, impulsado por el empuje tardío de los playoffs de los Wizards, pero sus compañeros de equipo vieron más, un incendio que ardió mucho antes de que Jordan llegara a la NBA.

“La forma en que Mike reconoció a [Kobe], la forma en que jugó y compitió, fue algo digno de ver”, dijo Bobby Simmons, que era un novato.

La exestrella de los Wizards, Gilbert Arenas, recordó que Jordan le dijo a Bryant a principios de esa temporada que podría usar sus zapatos – Bryant era un agente libre de zapatos en el momento en que jugaba a menudo con Air Jordans – pero nunca podría llenarlos.

Si bien resultó ser cierto, Bryant se acercó más.

“Kobe exigió cosas de todos, exigió cierta forma de jugar y responsabilizó a los muchachos. Y me río porque mucha gente decía, ‘Está haciendo el aplauso de Kobe’. Y yo decía, ‘Michael Jordan estaba haciendo ese aplauso hace mucho tiempo’”, dijo Simmons.

Había tantas similitudes – la forma en que caminaban, el brazalete de doble ancho en el brazo que no disparaba, el movimiento sin esfuerzo de la muñeca en los saltos con disparos, el deslizamiento por el aire. Incluso la forma en que lucharon por las señalizaciones de los jueces.

“Los primeros tres cuartos, te mordisqueaban. Se quejaban. Te decían lo que pensaban de las jugadas”, dijo Wunderlich. “Pero en ese último cuarto, ambos tenían la mentalidad asesina en donde eras parte del juego, pero no iban a involucrarse contigo. Solo fueron ellos y el otro equipo y te eliminaban gradualmente”.

También estaba el juego de pies y los intrincados movimientos.

Como un joven réferi que crecía entre las ligas menores de baloncesto profesional, Zielinski ganó dinero extra trabajando en los campos de entrenamiento de los Bulls, viendo a Jordan hacer esos movimientos. Años después, los volvería a ver.

“Veías a Michael inventarlo y Kobe intentaba desarrollarlo”, dijo.

Bryant, en la antesala de ese juego, minimizó ese reflejo.

“Ustedes saben cuánto admiro y respeto a Michael, cuánto me ha enseñado sobre el juego. A veces, las cosas siguen adelante. No voy a llorar por ser su última actuación en Los Ángeles”, dijo. “Ustedes van a seguir comparando hasta que estén azules en la cara. Creo que las comparaciones están empezando a desaparecer. Creo que la gente se está dando cuenta de las diferencias entre nosotros dos. Es algo gracioso ahora... “¡Uh-oh, se rascó la cabeza, como Michael!”.

Con Jordan de salida y Bryant ascendiendo, su último encuentro mostró todo eso, con Bryant como una versión evolucionada de Jordan. Ese juego, Bryant hizo nueve triples. Jordan nunca hizo más de siete en un juego.

“En cada buena película de karate, para que el estudiante se convierta en el hombre, tiene que matar al maestro”, dijo Shaquille O’Neal después del juego.

Pero en una de sus últimas interacciones como competidores, antes de que Jordan se retirara y la multitud lo ovacionara, Bryant y Jordan no pudieron evitar mostrar cuán similares eran.

Mientras Bryant avanzaba por la línea lateral, Jordan se deslizó y plantó sus pies absorbiendo el disparo de Bryant al pecho, derribándolo. Zielinski llamó a la carga y luego observó a Bryant pararse sobre Jordan.

“Y luego comienza a balancearse hacia él. Y como árbitro, no lo sabes”, recordó Zielinski sobre los golpes juguetones de Bryant. “No quieres reaccionar de forma exagerada. Y luego te das cuenta de las dos personas que están involucradas, y me dije a mí mismo: “Simplemente están teniendo un buen momento en este momento”.

Bryant salió de la cancha a través del túnel más cercano al banco de los Lakers. Jordan se alejó lentamente hacia el extremo opuesto.

No hubo despedidas. Esos tendrían que esperar el día en que el camino que compartían se detuviera tan repentinamente.