Columna: Scottie Pippen tuvo el peor contrato de la historia y Michael Jordan se atrevió a llamarlo ¿egoísta?

Dos días después de ver las reacciones positivas de los recuerdos y las anécdotas en las dos primeras series del documental del último año de la dinastía de los Bulls de Chicago, de la temporada de 1997-98, algo no me permite digerir completamente la euforia con la que muchos hablan del show.

“The Last Dance” de ESPN, es una serie de documentales de 10 partes que continuarán siendo transmitidos cada domingo (6 p.m.) hasta el 17 de mayo, y que se enfoca en el camino al sexto y último título bajo el liderazgo de la polarizante figura de Michael Jordan.

Los Episodios 1 y 2 produjeron historias que tuvieron varios tonos: divertidas, tristes, melancólicas y una que otra alarmante.

Durante una de las entrevistas al Jordan de hoy, este reveló que en su primer año desistió ser parte de una fiesta de drogas con sus compañeros de equipo, decisión que posiblemente le aseguró mantenerse en el camino al éxito y que le confirmó que estaba solo en su búsqueda de la cima.

Las drogas eran un problema grave para la NBA en la década de los 80s en la que los Bulls fueron descritos como un “circo andante de cocaína”, según Jordan no estaba enterado y le causó mucha gracia.

Jordan hizo todo lo posible para controlar todo alrededor del equipo y lograr su cometido de convertirse en el mejor jugador de la NBA. Su actitud hacia sus compañeros, la gerencia del club e incluso la manera cómo manejó su imagen, lo hicieron ver como una figura intocable e inalcanzable.

Otro de los aspectos notables de las series fue que mostró a un ‘Air Jordan’ hablando del papel que jugó el racismo durante su desarrollo… y por fin lo hizo.

Además, aunque se conocía un poco sobre el distanciamiento que existía entre el gerente general Jerome Krause, me sorprendió ver las burlas de Jordan hacia él. En un momento hizo comentarios sobre el estado físico del individuo, señalando su baja estatura y obesidad.
Sin embargo, la que no he podido asimilar totalmente fue la falta de apoyo de Jordan hacia Scottie Pippen, quien sin él posiblemente no hubiese alcanzado lo que hizo durante su exitosa carrera de 14 años.

Pippen era considerado entre los mejores cinco de la liga y fue eventualmente reconocido por un panel de expertos de la NBA como uno de los mejores 50 de la historia. Las aptitudes y versatilidad de Pippen sobre la duela lo hicieron tan importante que se convirtió en el complemento perfecto de Jordan, quien lo ha confirmado en muchas ocasiones.

Por todas esas y muchas otras cualidades, uno podría creer que Pippen era remunerado apropiadamente, pero ese no fue el caso. Pippen tuvo quizá el peor contrato en la historia para un jugador de su calibre: siete años por $18 millones.

Aunque en 1991 los contratos se manejaban de una manera distinta, ¿cómo se podría explicar el hecho que Pippen era el sexto mejor pagado de los Bulls y el 122 en la NBA?

Jordan y Pippen son señalados como uno de los mejores dúos en la historia del deporte.

Para echar sal a la herida, Jordan se atrevió a acusar de “egoísta” a Pippen, quien había decidido operarse de un problema en su pie después del verano y justo antes de la última temporada como equipo. Pippen lo había hecho de esa manera porque con el tiempo se dio cuenta el error que cometió y la manera cómo la gerencia aprovechó su situación.
Pippen dice en el documental que no podía arriesgarse a lesionarse y no poder mantener a su familia. Una decisión noble y pensando en sus seres queridos, pero esa misma decisión le costó decenas de millones de dólares.

Jordan pudiera haber hecho algún tipo de queja a favor de Pippen y seguramente lo hubieran escuchado, pero, por el contrario, él estaba tan concentrado en alcanzar sus metas que nunca vio realmente la situación que afrontaba su hermano de batalla.

En el último año de ambos, Jordan ganaba $33.14 millones, mientras que Pippen $2,775 millones.

Y aunque llegó a amasar una fortuna de $109.2 millones en su carrera, superando incluso a los $93.3 millones, la disparidad entre el uno y el otro fue ridícula en ese lapso de los títulos… pero lo más penoso es que se le acuse a Pippen de egoísta.