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Cruz dice querer más callar a Faber en UFC 199 que proteger su cinto como campeón

Los Ángeles

Dominick Cruz habla claro. En cada entrevista frente a sus “colegas” saca a relucir su entrenamiento periodístico, pues aparte de ser letal y sangriento en el octágono, es un inmaculado presentador y comentador frente a las cámaras como analista para una cadena deportiva.

Cruz (21-1) es el actual monarca de peso gallo de UFC tras vencer a T.J. Dillashaw en enero.

El oriundo de San Diego, había conquistado ese mismo cetro por primera vez en diciembre de 2010 cuando UFC inauguró la categoría, convirtiéndose en el primer campeón de esa división. Después de defender ese título en dos ocasiones tuvo que hacer una para en 2011 de tres años debido a diversas lesiones para volver en septiembre de 2014 contra Takeya Mizugaki.

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Con mucha elocuencia, Cruz recordó su regreso al octágono.

“Es algo similar a lo que sentí cuando peleé contra Takeya Mizugaki, no se trataba del cinturón, mi meta era pelear al más alto nivel. Tuve una para por un tiempo y extrañaba pelear”, recordó el peleador, quien enfrentará a su “archienemigo” Urijah Faber en la versión 199 de UFC.

Faber y Cruz se han enfrentado en dos ocasiones, en la que cada uno se llevó un triunfo y esperan resolver sus problemas en el ring. Problemas personales que según el presidente de UFC, Dana White comenzaron desde el “momento en que estos dos nacieron”.

“Ahora esto es algo similar, no se trata del cinturón, ni para él ni para mí, esto es algo que viene desde hace mucho. La primera vez que peleamos fue hace 10 años y seguimos en problemas, pero Faber y yo fuimos los que armamos esta división de 135 y parte de 145. Necesito ganarle para callarlo”, aseguró Cruz.

Faber es el patriarca del Team Alpha Male (TAM) y Cruz ha vencido a varios miembros de ese grupo, incluyendo a su contrincante de UFC 199. Cruz y Faber no se gustan.

Según el mexicoamericano, su plan en el combate que se llevará a cabo el 4 de junio en el Forum de Inglewood, será “no tener un plan”.

“No quiero sonar como Nick Díaz, pero entraré ahí y trabajaré haciendo mis movimientos y saldré con mis bolsillos llenos de dinero… como diría él (risas). En tono más serio, realmente no puedes decir que vas a hacer cuando entres ahí, porque todo cambia y además es como faltarle el respeto a la persona que está al frente tuyo, no subestimo a nadie”, aseguró Cruz.

Faber se encargó de propinarle su única derrota a Cruz en 2007, misma que vengó en 2011.

“Han pasado 10 años desde esa primera pelea”, recordó Cruz. “Muchas cosas han pasado desde entonces. Tienes que aprender a aceptar cuando pierdes y es entonces cuando creces, sino lo aceptas, no creces. Hice todo lo necesario para entender en que fallé, practiqué más jiu-jitsu, trabajé en ciertas áreas que sabia me ayudarían a ser mejor”.

Por lo pronto, Cruz no ve en el futuro ningún tipo de arreglo con Faber. “Es muy temprano para hablar de una tregua… no lo sé”.

Descendencia latina

El haber nacido en San Diego y crecer en los Estados Unidos no ha impedido a Cruz mantenerse en contacto con sus raíces latinas.

“No hablo muy bien el español y no trato de hablarlo porque no quiero sino que no quiero faltarle el respeto a nadie por no hacerlo tan bien”, explicó. “Crecí en Tucson, Arizona, desde que tenía dos años hasta los 21. El 70% de la población ahí es latina, mexicana y tuve mucha influencia en lo que comía, con la gente que andaba. Somos personas trabajadoras que no nos rendimos fácilmente, somos guerreros”.

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