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De la Hoya: Schaefer me traicionó

(John Lamparski / Getty Images)

El orgulloso papá, Óscar De La Hoya, agarró el teléfono para enseñar el video de sus recientes vacaciones. El video era de su hija de 19 meses cerca de una alberca en Puerto Rico.

“Tienes que ver esto”, dijo De la Hoya.

Victoria De la Hoya, sonriendo, dobló sus rodillas, gritó y luego saltó al agua sin salvavidas. Comenzó a nadar, sonriendo todo el tiempo.

Más de un año desde que fue removido de las garras del alcoholismo y tras una separación muy fuerte con Richard Schaefer, el exjefe ejecutivo de Golden Boy Promotions, De la Hoya ha tomado el control del día a día de su compañía.

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Muchos en el mundo del boxeo dudaban que De la Hoya fuera capaz o que tuviera la motivación para manejar el día a día de la promotora. Pero De la Hoya, de 42 años, ya ha armado una de las mejores peleas del año, la contienda entre Lucas Matthysse y el ruso Ruslan Provodnikov en abril pasado.

Y Golden Boy cerrará el 2015 con más promociones grandes, incluyendo el duelo del 17 de octubre en el Madison Square Garden entre el campeón de peso mediano de la Federación Internacional de Boxeo, David Lemieux, y el campeón invicto de la Asociación Mundial de Boxeo, Gennady Golovkin. Y en noviembre, el peleador más popular de Golden Boy, Saúl “Canelo” Álvarez enfrentará al campeón del Consejo Mundial de Boxeo, Miguel Cotto, en Las Vegas.

Además de eso, “Golden Boy” sigue teniendo presencia en su evento quincenal en el Belasco Theatre, así como en los gimnasio locales con jóvenes promesas.

De la Hoya descarta la idea de un retiro cómodo, diciendo que inclusive acortó sus vacaciones en Puerto Rico por su obsesión con el trabajo.

“Es como desmantelar el auto y armarlo de nuevo”, dijo De la Hoya. “En esos gimnasios viejos donde empecé, es ahí donde voy a descubrir al nuevo Óscar de la Hoya”.

Hace casi dos años, cuando ingresó a su tercer esfuerzo por rehabilitarse y encontrar sobriedad en su vida, De la Hoya reveló que Schaefer llegó al centro de rehabilitación con una oferta para vender Golden Boy Promotions a un grupo de inversionistas de Kansas City.

“Apenas había entrado al centro de rehabilitación, estaba bajo medicamento, en un momento en el que todo lo veía nublado, como un zombie, y (Schaefer) me dijo ‘tengo un comprador para tu compañía’”, dijo De la Hoya. “Algo me dijo no hacerlo. Me dio una mala vibra, una intuición. ‘No, no puedo. Este es mi bebé. Golden Boy es mi bebé’”, contestó De la Hoya.

De la Hoya se negó a revelar la oferta que le ofrecieron, pero dijo que al evaluar el valor de su compañía, la cual cuenta con acciones en el Dynamo de Houston de la Major League Soccer, una franquicia valorada en $125 millones, The Ring Magazine y otros proyectos, la cifra era “para reírse”.

El grupo de Kansas City luego apoyó al nuevo Premier Boxing Champions de Al Haymon, uno de los nuevos rostros adinerados del boxeo. Haymon, un hombre poderoso que no da la cara a la luz pública, es el mánager de Floyd Mayweather Jr.

Premier Boxing Champions compró varios programas para transmitir sus veladas en NBC, CBS, ABC y ESPN, entre otros. Este nueva compañía está llena de peleadores que fueron de Golden Boy, incluyendo al invicto peso pesado del CMB, Deontay Wilder, el invicto de peso pluma Leo Santa Cruz, los invictos de peso welter Keith Thurman y Danny García, así como el tres veces campeón Abner Mares.

Mientras De la Hoya combatía sus demonios personales, dice que Schaefer permitió que los contratos promocionales de los peleadores de Haymon expirarán, dándole a este último más peso en las negociaciones.

“Los contratos estaban llegando y le preguntaba, ‘¿cómo es que estamos promoviendo a un peleador que no ha firmado con nosotros?’”, dijo De la Hoya.

El mexicoamericano comentó que Schaefer le dijo repetidamente que “se ocuparía en ello”.

“Nunca pasó”, dijo de la Hoya. “Dejamos que tantos contratos se vencieran. Después de unos cuantos, me puse a pensar y me dije ‘Bueno, a lo mejor está muy ocupado. Quizá lo haga la próxima semana’. Pero después de 10, 15 peleadores, pensé ‘¿qué está pasando?’”.

Schaefer no está de acuerdo con lo que dice De la Hoya.

“Óscar tiene una memoria selectiva y no me sorprende, pero me decepciona”, dijo Schaefer en un email dirigido a LA Times. “Tuvimos buenos momentos y estoy muy orgulloso con lo que logré con Golden Boy. Pero ya lo he dejado atrás, está en mi espejo retrovisor”.

“Le deseo a Óscar y a su equipo Golden Boy todo lo mejor y espero que todos sus sueños se hagan realidad”.

De la Hoya y Schaefer trabajaron juntos por 12 años, después de que el peleador se separó de Bob Arum, el promotor y dueño de Top Rank. Construyeron Golden Boy al prometerles mejores contratos a los boxeadores y dándoles algunas acciones de la compañía.

Pero la relación de ambos se deterioró con la condición inestable de De la Hoya.

“Él sabía”, expresó De la Hoya. “Vi un cambio. Ya no me podía ver a los ojos, no quería estar cerca de mí”.

De la Hoya dijo que invitó a Shaefer a las oficinas de Golden Boy en junio de 2014 para hablar.

“Cuando llegó…a renunciar, estaba nervioso, estaba temblando”, De la Hoya explicó. “Me dijo, ‘Óscar no me siento cómodo estando cerca de ti’, me dio unos papeles y se fue…así nada más”.

“Luego lo vi todo. Todo pasó por mis ojos. Sin peleadores, todo fue planeado. Fue un plan maestro”.

Ya para enero, con la ayuda de un mediador, Golden Boy, Schaefer y Haymon llegaron a un acuerdo en el cual Haymon se quedó con los peleadores y Schaefer se quedaría fuera de las promociones de boxeo hasta agosto.

Luego, Golden Boy demandó a Haymon en una corte federal, argumentando que estaba violando el Acta de Muhammad Ali, el cual le prohíbe a un manager en ser promotor de los peleadores.

Schaefer le dijo a LA Times recientemente que Premier Boxing Champions podría usar “una cara y una voz” pero dijo que está evaluando sus opciones y negó tener algo “oficial o no oficial” con la compañía.

De la Hoya insiste que está concentrado en los negocios del futuro, con su amigo de infancia Eric Gómez y su ejecutivo en Golden Boy, Robert Díaz, como asistentes.

Aún así, la salida de Schaefer y de cinco miembros más de su equipo dejó varias cicatrices en Golden Boy.

“La traición fue una apuñalada en la espalda”, expresó De la Hoya. “Porque lo que pasó conmigo en mi vida personal en ese tiempo fue muy triste, difícil de controlar para mucha gente, especialmente para mí. Pero cuando ves a un amigo en la lona, no lo pisas”.

En el futuro, De la Hoya dijo que trabajará con cualquier otro promotor, menos Premier Boxing Champions. Las próximas peleas de Álvarez, Matthysse y Lemieux, son promociones en asociación con otras compañías.

De la Hoya dice que su establo crecerá con boxeadores del Sur de California, incluyendo a Diego de la Hoya, Frankie Gómez y Julián Ramírez, así como Héctor Tanajara de San Antonio.

“Tengo un ojo bueno para reconocer talento. No hay ningún otro promotor en el mundo que haya sido el tipo de boxeador que fui. Nadie”, dijo De la Hoya. “Hemos construido a muchos peleadores. Lo podemos hacer de nuevo. Esta vez, lo voy a hacer a mi manera. Seré inteligente y los firmaré a todos y estaremos atentos al renovarles el contrato”.

El futuro, no el pasado, es su concentración principal.

El mes pasado, cuando De la Hoya manejaba al salir de sus juntas diarias de Alcohólicos Anónimos, se dio cuenta que Schaefer estaba en el carril de la derecha, esperando a la luz verde.

“No me vio porque mis ventanas están polarizadas, pero iba a bajar mi vidrio y decirle, ¿qué tal?”, señaló De la Hoya.

En lugar de eso, De la Hoya solamente lo vio detenidamente y manejó lejos.

Lee la nota original en inglés de Los Angeles Times aquí.

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