La pandemia agrega urgencia al conteo de la población en situación de calle del condado de Los Ángeles

En un mapa del condado de Los Ángeles, el sector censal 124300 tiene forma de trapezoide. Es la parte de North Hollywood donde Emma Taylor y otras dos personas pasaron la noche del martes realizando un recuento de la gente que vive en las calles.

El trío estuvo entre los miles de voluntarios que participaron en el primer día del conteo de personas en situación de calle en los valles de San Gabriel y San Fernando. El evento de tres días continuó el miércoles por la noche en el oeste de Los Ángeles, así como las áreas del sureste y South Bay.

Conocido como el conteo de personas sin hogar “en un punto en el tiempo”, el estudio ayuda al condado a determinar dónde distribuir los recursos a los individuos en situación de calle y asignar fondos estatales y federales.

Heidi Marston, directora ejecutiva de la Autoridad de Servicios para Personas Sin Hogar de Los Ángeles (LAHSA por sus siglas en inglés), que coordina el conteo, inauguró el evento de este año durante una conferencia de prensa en video.

Heidi Marston, directora ejecutiva de LAHSA, en 2019.

(Al Seib/Los Angeles Times)

“Estamos realmente emocionados por poner en marcha este conteo”, comentó Marston. “Todos sabemos que la pandemia global de COVID-19 ha traído tantos cambios a nuestra sociedad y nuestro sistema de respuesta para personas en situación de calle no es una excepción”.

Marston expuso que, durante la pandemia, el condado proporcionó refugios, sitios de cuarentena y distribuyó miles de comidas todos los días a la población sin hogar. Ella detalló que LAHSA también lanzó una aplicación móvil que permitió al condado rastrear y responder a los brotes de coronavirus. Cuando las vacunas estuvieron disponibles, se enviaron clínicas móviles para inocular a las personas que lo deseaban.

El conteo de este año estaba programado del 25 al 27 de enero, pero se retrasó por el aumento invernal de casos de coronavirus alimentado por la variante Ómicron. El último conteo realizado en 2020 encontró que 66.436 personas se encontraban sin hogar en el condado, un aumento del 13% con respecto al año anterior.

“Los datos del conteo de este año nos ayudarán a comprender más sobre quiénes son nuestros vecinos sin vivienda, sus necesidades y las intervenciones de los programas que debemos seguir desarrollando para respaldar eso”, señaló Marston.

A la conferencia de prensa asistieron líderes federales, estatales y locales, incluido el alcalde de Los Ángeles, Eric Garcetti.

“Tuvimos socios federales que dieron un paso adelante con fondos reales, lo que nos permitió aprovechar todo, desde habitaciones de hotel y motel, hasta obtener capital estatal para asegurarnos de poder comprar edificios abandonados y otros”, señaló el alcalde. “Para poner un verdadero sentido de emergencia en este tema, necesitamos tener y tratar esto como la crisis humanitaria que es”.

Garcetti puntualizó que la ciudad de Los Ángeles había presupuestado alrededor de $10 millones en 2013 para abordar la falta de vivienda. El año pasado, prometió gastar casi mil millones de dólares. Dijo que la cantidad de personas colocadas en refugios había aumentado y espera que el recuento documente esos esfuerzos.

“Pero se trata realmente del conteo y de asegurarse que nadie se quede atrás”, enfatizó Garcetti. “Estas no son solo estadísticas, son historias, no números sino narrativas; son de carne y hueso y, a menudo, vienen de nuestras familias, de nuestros propios vecinos, personas con las que habíamos ido a la escuela, con quienes trabajamos, personas que no tienen suerte o que se encuentran en los lugares más difíciles y traumáticos”.

El miembro de la Asamblea estatal, Adrin Azarian (demócrata de North Hollywood), elogió a los voluntarios que dedicaron los tres días para ayudar a contar la población en situación de calle. Subrayó que los datos son cruciales para asistir a los necesitados, muchos de los cuales probablemente hayan pasado desapercibidos durante la pandemia.

“Este problema creciente ha llegado al nivel de crisis en el transcurso de una década”, manifestó.

El conteo del martes por la noche comenzó cuando las temperaturas cayeron a los 40 grados superiores. En el Centro Recreativo de North Hollywood, los coordinadores observaron cómo los voluntarios ingresaban información a través de una aplicación móvil desarrollada por Akido Labs, una empresa de gestión de la salud.

Era la primera vez que el conteo se hacía electrónicamente. Los coordinadores del sitio podían ver en tiempo real no solo los datos que estaban ingresando los voluntarios, sino que también podían rastrearlos mientras examinaban un área. Esto les permite a los coordinadores saber cuándo los equipos estaban completando sus conteos.

A las 10 de la noche, el último de los dos grupos regresaba al centro recreativo. Entraban Taylor y Elisa Schwartz, ambas integrantes del personal de la oficina del asambleísta. De pie entre ellos estaba Abby Robertson, residente de Valley Village.

Las tres mujeres explicaron que trabajaban en equipo. Taylor era la conductora mientras Schwartz buscaba tiendas de campaña, viviendas improvisadas y vehículos ocupados por personas. Robertson dijo que registró los datos en la aplicación.

“Abby y yo hemos hecho el conteo de personas sin hogar sin la aplicación”, mencionó Taylor, y agregó que la aplicación hizo que las cosas fueran más fluidas.

“Realmente parece funcionar bien”, comentó Schwartz. “Tiene una función donde marcaba las calles a medida que avanzábamos, lo cual es una gran herramienta”.

Cerca, Andrew Silver, presidente de NoHo Home Alliance y colíder del sitio, fue la última persona en abandonar el centro. Dijo que más de 50 voluntarios se presentaron para ayudar con el conteo.

A pesar de modernizar el proceso, no se sabe qué mostrarán los datos hasta que se analicen por completo. Silver agregó que la cantidad de personas en la calle podría haber aumentado debido a la pandemia. Pero también señaló que había más gente en los albergues. Cerca del centro hay un pequeño pueblo que ofrece 30 unidades de vivienda, cada una con dos camas.

Debido a la pandemia, solo se puede ocupar una cama por unidad.

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