California ofrece un plan cauteloso a medida que el COVID disminuye y las órdenes de uso de mascarilla se reducen
- Share via
Los funcionarios del estado de California publicaron el jueves un plan pandémico que brinda una descripción general de cómo las autoridades manejarán posibles nuevos aumentos repentinos, advirtiendo que mientras el aumento de Ómicron se está desvaneciendo, el estado debe estar preparado para la aparición de nuevas variantes y aumentos estacionales en la transmisión del coronavirus.
Eso significa estar preparado para un incremento en los casos de coronavirus a medida que comienza el año escolar a fines del verano, y un aumento mayor justo cuando inicia el invierno, indicaron las autoridades. También significa que puede haber casos en los que se necesiten órdenes universales de uso de cubrebocas para interiores por períodos de tiempo limitados a fin de evitar abrumar a los hospitales y las ambulancias que responden a las llamadas al 911.
El plan exige almacenar un suministro sólido de mascarillas, mantener la capacidad de administrar cientos de miles de dosis de vacunas y pruebas de coronavirus por día, mejorar la capacidad de rastrear las tendencias del COVID-19 y responder a las comunidades más afectadas. Ahora está claro que tendrá que haber una lucha de años contra el virus.
On Wednesday, state health officials lifted a requirement that all residents age 2 and older wear masks in most indoor public spaces.
Hablando desde un almacén en Fontana el jueves, el gobernador Gavin Newsom dijo: “Reconocemos con humildad que no conocemos el futuro, pero nunca hemos estado más preparados para ese futuro”.
“Es con ese espíritu de optimismo que ahora pasamos a una nueva fase para abordar los desafíos y las realidades de esta enfermedad”, agregó. “Salimos de la etapa de pandemia y pasamos a una fase que debería permitirles confiar en que no nos estamos retirando, sino que tomamos las lecciones aprendidas y nos inclinamos hacia el futuro”.
La presentación del nuevo plan se produce cuando las autoridades se mantienen optimistas sobre las continuas disminuciones en los casos de coronavirus, así como las hospitalizaciones, y reiteraron que podrían estar preparados para relajar restricciones adicionales, como el mandato de uso de cubrebocas en interiores en las escuelas K-12, en cuestión de semanas.
El miércoles, el estado eliminó una orden de uso de mascarilla de dos meses para personas vacunadas en espacios públicos interiores, con solo un puñado de áreas en la entidad (los condados de Los Ángeles, Santa Clara, Mendocino, y Palm Springs) reteniendo las órdenes, probablemente durante unas semanas más.
Many health experts are strongly recommending the public still wear masks even as the state lifted its order requiring them to be worn in indoor public spaces for vaccinated people.
“Hoy no se trata de seguir adelante, sino más bien de avanzar”, subrayó el Dr. Mark Ghaly, secretario de Salud y Servicios Humanos de California. Ahora, con la comprensión en nuestro haber de cómo evaluar rápidamente una nueva variante, “nos hemos movido en un estado relativo de miedo durante gran parte de los últimos años. Actualmente podemos equilibrar estas preocupaciones siendo más inteligentes”.
Pero el documento es más un plan de batalla que una pancarta de “misión cumplida”, un reconocimiento tanto del progreso logrado hasta ahora como de la necesidad continua de que California esté preparada para responder ágilmente a cualquier truco que el virus aún pueda tener bajo la manga.
“Pasamos a esta próxima fase con humilde confianza y el compromiso de estar activos, así como conscientes, en cada paso del camino. Pasamos a la siguiente fase más inteligentemente que nunca”, comentó Ghaly.
A pesar de que los funcionarios de California han eliminado el mandato de uso de cubrebocas en interiores en todo el estado para entornos como tiendas, restaurantes y gimnasios, Ghaly y otros funcionarios de salud han sugerido que puede llegar un momento en que sea apropiado volver a implementar las órdenes de uso de mascarillas sanitarias para evitar que los hospitales sean nuevamente abrumados.
“El hecho de que los cubrebocas funcionen no debería ser el debate”, señaló Ghaly. “Deberíamos trabajar juntos para asegurarnos de que quienes más se benefician tengan acceso a las mascarillas de la más alta calidad que podemos proporcionar. Y a veces puede ser necesario que haya un momento en que todos usemos cubrebocas para superar ciertas situaciones, como para no abrumar nuestro sistema de atención médica”.
New L.A. Unified schools chief said he is conferring with medical experts and expects an announcement soon.
La posición de Ghaly hizo eco de los comentarios hechos por la Dra. Rochelle Walensky, directora de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos, el miércoles: “Queremos darles a las personas un descanso de cosas como el uso de cubrebocas, cuando estas métricas sean mejores, y luego tener la capacidad de alcanzarlos de nuevo si las cosas empeoran”.
“Sé que todos están ansiosos por superar esta pandemia y algunas de las formas en que hemos tenido que cambiar la manera en que vivimos en los últimos dos años”, señaló durante una sesión informativa. “Todos compartimos el mismo objetivo: Llegar a un punto en el que el COVID-19 ya no interrumpa nuestra vida diaria; un momento en el que no será una crisis constante, sino algo que podamos prevenir, proteger y tratar”.
Ghaly no presentó un plan específico el jueves sobre cuándo se podrían volver a requerir cubiertas faciales en entornos públicos interiores, pero describió un sistema de cuatro niveles para telegrafiar la urgencia por la cual se deben recomendar o requerir mascarillas sanitarias: El nivel de urgencia más bajo implica que los cubrebocas son opcionales, luego subiendo a una recomendación, después una recomendación fuerte, y finalmente un requisito.
Las métricas por las cuales California podría tener que restablecer los mandatos de uso de mascarilla o responder de otra manera a una posible nueva variante dependerán de la nueva cepa en sí. Una variante particularmente mortal podría requerir un enfoque en la prevención de nuevos casos, comentó Ghaly. Pero un virus menos virulento, incluso uno que sea más transmisible, puede resultar en una mayor atención a las tasas de hospitalización.
Actualmente, Ghaly ha dicho que el estado recomienda enfáticamente que se sigan usando cubrebocas en lugares públicos cerrados. “Para algunos, la fuerte recomendación que tenemos actualmente debe ser atendida como el momento de utilizar una mascarilla de alta calidad y alto filtrado como una herramienta para salvar vidas: aquellos con condiciones subyacentes; los que están inmunocomprometidos, los que aún no pueden vacunarse por una u otra razón”.
El acrónimo en inglés “SMARTER” representa el enfoque descrito en el plan estatal, que se basa en siete áreas clave: vacunas, mascarillas, conciencia, preparación, pruebas, educación y Rx (o terapia).
En el documento de 30 páginas se incluyen puntos de referencia específicos. Entre ellos se encuentran asegurar la capacidad para administrar al menos 200.000 inyecciones y 500.000 pruebas al día, así como una reserva de 75 millones de mascarillas de alta calidad que se pueden distribuir según sea necesario.
Outdoor music festivals are considered safe, but some ticketholders are rethinking their Coachella attendance in wake of safety protocols being eliminated.
California también planea mantener la vigilancia de las aguas residuales y continuar secuenciando genómicamente al menos el 10% de las muestras de prueba positivas para rastrear las tendencias o la posible aparición de nuevas variantes.
Los funcionarios también planean expandir los sitios de inoculación en las escuelas en un 25%.
“Está claro que el virus permanecerá con nosotros por algún tiempo, si no es que para siempre. Es menos claro con qué frecuencia y cuánto seguirá afectando nuestra salud y bienestar. Sin embargo, sabemos lo que funciona y hemos creado las herramientas necesarias durante los últimos dos años que nos permiten aprender y perfeccionar nuestras defensas contra este virus a medida que evoluciona”, establece el plan.
Después de todo, California parecía estar a punto de finalmente entender al COVID-19 antes, solo para ser atacado por la llegada de una variante recién mutada.
“No nos encontramos fuera de peligro. Estamos más familiarizados con el bosque y no necesitamos vivir completamente asustados por lo que hay detrás del próximo árbol”, comentó Ghaly.
The Omicron wave that assaulted the U.S. this winter also bolstered Americans’ immunological defenses, but complacency is ill-advised.
Como ejemplo de la forma en que funcionaría el enfoque del plan en el mundo real, el informe describe cómo California podría reaccionar ante un aumento repentino de nuevos casos en una región.
Los funcionarios trabajarían para analizar muestras de coronavirus a fin de ver si se ha identificado una nueva variante y, de ser así, investigarían la cepa para determinar si es más probable que infecte a quienes se vacunaron o tuvieron COVID-19 anteriormente. Luego, los funcionarios estatales desplegarían suministros de pruebas en áreas con una transmisión creciente, facilitarían el despliegue de trabajadores médicos en zonas que se espera que se vean muy afectadas y trabajarían con socios locales para garantizar que los residentes estén informados de lo que está sucediendo y cómo pueden protegerse.
El plan llega en un momento de optimismo cauteloso en California. La ola reciente provocada por la variante Ómicron hiperinfecciosa está retrocediendo rápidamente, y el número de casos nuevos diarios y las personas hospitalizadas positivas al coronavirus está disminuyendo drásticamente.
Durante la última semana, California ha informado sobre 14.600 nuevos casos de coronavirus por día, según datos recopilados por el Times. Eso está muy por debajo del punto máximo de expansión de Ómicron de más de 123.000 casos diarios, pero aproximadamente al mismo nivel que el aumento mortal del verano pasado.
El miércoles, 7.271 pacientes positivos al coronavirus fueron hospitalizados en todo el estado, menos que durante el punto más alto de la era Ómicron de 15.435, que se registró el 21 de enero.
Sin embargo, las muertes, el último indicador devastador de la propagación del coronavirus, siguen siendo altas. Más de 1.500 californianos han fallecido a causa del COVID-19 solo en la última semana, lo que eleva el número total de decesos por la pandemia a casi 82.600.
Siete de cada 10 californianos ya están completamente vacunados, según datos recopilados por el Times. Casi 70 millones de dosis totales se han administrado en todo el estado hasta la fecha.
The milestone came on Wednesday, when 102 deaths were reported, the second-highest daily death toll recorded in 11 months.
Es en medio de este telón de fondo que California dio fin oficialmente al mandato universal de uso de cubrebocas en interiores impuesto con la esperanza de frenar la propagación de Ómicron. Ahora, los californianos que han sido inoculados contra el COVID-19 pueden ir sin mascarilla a prácticamente todos los entornos y negocios cerrados.
Sin embargo, eso no quiere decir que las reglas de uso de cubrebocas sean cosa del pasado. También se requiere que los residentes no vacunados usen mascarilla en interiores, y todos deben utilizar cubierta facial en ciertos entornos, incluyendo en hogares de ancianos, mientras se encuentran en el transporte público o en el interior de las escuelas K-12.
Los funcionarios de salud de California ya han dicho que mantendrán el mandato de uso de cubrebocas en interiores para las escuelas K-12 por el momento, pero reevaluarán las condiciones el 28 de febrero.
Taryn Luna, redactora del Times, contribuyó a este artículo.
Si quiere leer este artículo en inglés, haga clic aquí.
Suscríbase al Kiosco Digital
Encuentre noticias sobre su comunidad, entretenimiento, eventos locales y todo lo que desea saber del mundo del deporte y de sus equipos preferidos.
Ocasionalmente, puede recibir contenido promocional del Los Angeles Times en Español.
