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El sistema de salud de L.A., afectado por la creciente escasez de personal a medida que más trabajadores contraen COVID

The IV fluids for a COVID-19 patient.
El jefe de enfermería Edgar Ramírez revisa los líquidos intravenosos mientras habla con un paciente de COVID-19 en el Providence Holy Cross Medical Center, en Mission Hills, el mes pasado.
(Jae C. Hong / Associated Press)

Los contagios de COVID-19 entre trabajadores de los hospitales y otros empleados sanitarios van en aumento a medida que los casos se disparan en el condado de Los Ángeles, lo cual agrava la escasez de personal en los centros médicos en medio de la última ola de la pandemia.

Los contagios de COVID-19 entre trabajadores de los hospitales y otros empleados sanitarios van en aumento a medida que los casos se disparan en el condado de Los Ángeles, lo cual agrava la escasez de personal en los centros médicos en medio de la última ola de la pandemia.

Aproximadamente 100 trabajadores de primera línea en ese nosocomio de Pasadena están ahora de licencia debido al COVID-19, detalló Shriner. Mientras aumentan los casos, Huntington tiene tiempos de espera superiores a las cinco horas en su sala de emergencias. El martes, suspendió las cirugías electivas.

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La insuficiencia de personal se nota en el sistema de atención médica, no solo en hospitales y clínicas, sino también en “todas las demás áreas que necesitan trabajar en un rompecabezas estrechamente conectado”, comentó la doctora Christina Ghaly, directora del Departamento de Servicios de Salud (DHS, por sus siglas en inglés) del Condado de Los Ángeles.

Los centros de diálisis que tienen pocos empleados están enviando pacientes a los hospitales, añadió Ghaly. Las áreas de atención a los que los nosocomios gestionados por el DHS normalmente enviarían personas dadas de alta no pueden acogerlos, por la falta de personal. Las ambulancias responden con retraso a las llamadas al 911 y enfrentan esperas más largas en los sanatorios para descargar a los enfermos, comentaron funcionarios del condado.

Los socorristas lo llaman “sujetar la pared” -esperar a que bajen a un paciente de una ambulancia-. En el condado de Los Ángeles, la escasez de personal hospitalario provocó que algunos de estos vehículos esperen horas para descargar a los enfermos, lo que hace que no estén disponibles para otras llamadas de emergencia.

En los casos que involucran a enfermos con síntomas menos severos, “hemos tenido vehículos atados en hospitales hasta ocho horas durante el fin de semana mientras los pacientes esperan camas”, comentó Jeff Lucia, director de comunicaciones del proveedor de ambulancias Falck. “Para liberarlas y que respondan a las llamadas de emergencia, hemos traído catres para acampar y los hemos colocado en algunos nosocomios, pero claramente se necesita hacer más”.

Los tiempos de respuesta para las ambulancias, que supuestamente deben llegar a las personas en menos de nueve minutos, actualmente “oscilan más en unos 12 minutos, con algunas hasta 30 minutos”, precisó el martes el Departamento de Servicios de Salud del Condado de Los Ángeles.

Lucía dijo que si las unidades de Falck no estuvieran atascadas en los hospitales, tendrían suficientes recursos para comunicarse más rápido con quienes llaman. Pero el emergentólogo Ryan Walters, presidente de la Asociación Internacional de Emergentólogos y Paramédicos del Local R12-370, calificó la situación como “un resultado predecible de la pandemia y los salarios y las condiciones laborales de nuestros miembros”.

Walters, que trabaja en el condado de Los Ángeles para Falck, criticó no solo el alza de contagios (el 5% de su fuerza laboral está ahora en cuarentena por COVID-19, señaló), sino también los niveles de pago y las cargas de trabajo que dificultan retener a los técnicos de emergencias médicas y paramédicos.

Los trabajadores de ambulancias “están al límite”, remarcó por su parte James Webb, tesorero del mismo gremio.

El número creciente de contagios de COVID-19 en el condado de Los Ángeles no ha resultado, hasta ahora, en cifras de hospitalización tan espantosas como el invierno pasado. Las autoridades sanitarias creen que se debe a que se vacunó a más personas que en las primeras oleadas del virus, y además esperan que Ómicron cause casos más leves que otras variantes.

Los trabajadores de la salud en el condado de Los Ángeles están vacunados en altas tasas, lo cual los hace mucho menos propensos a sufrir casos graves y ser internados.

Sin embargo, los grandes aumentos en los episodios pueden causar estragos en los centros médicos si muchos empleados se infectan, incluso de forma leve, y deben quedarse en casa para evitar contagios.

En el condado de Los Ángeles, la cantidad de trabajadores hospitalarios que dieron positivo por COVID-19 comenzó a aumentar en diciembre, alcanzando cifras no vistas desde enero de 2021, cuando la región estaba saliendo de su pico invernal, según muestran los datos oficiales.

El alza de casos de coronavirus no es exclusiva de los recursos humanos sanitarios, sino que refleja la rápida propagación de la nueva variante altamente contagiosa por todo el condado de Los Ángeles, donde se ha estimado que la tasa de transmisión es mayor que en cualquier otro momento desde los primeros meses de la pandemia.

En la semana previa a Navidad, 323 trabajadores de hospitales en el condado de Los Ángeles dieron positivo al virus, junto con 426 de otros ámbitos, incluidas personas que asisten en centros de enfermería y socorristas, un total de 749 empleados.

Eso todavía estaba muy por debajo del aumento del pasado invierno, cuando más de 2.800 trabajadores de la salud dieron positivo en una sola semana. Pero el último pico en las infecciones se produce mientras los hospitales del condado de Los Ángeles ya estaban planteando preocupaciones sobre la escasez de personal. La Oficina de Estadísticas Laborales calcula que, a nivel nacional, el empleo en el sector sanitario se redujo en 450.000 miembros entre febrero de 2020 y noviembre de 2021.

“Llevamos dos años en esto, y los empleados de la salud están fatigados, agotados”, destacó Adam Blackstone, vicepresidente de asuntos externos y comunicaciones estratégicas de la Asociación del Hospitales del Sur de California. “Muchos de los que se acercaban a la edad de jubilación se han retirado, lo cual contribuyó a la escasez de mano de obra”.

Los nosocomios pueden intentar contratar enfermeras itinerantes de las agencias, pero “todo el mundo está buscando en el mismo grupo”, remarcó Blackstone.

Además de tener que aislarse en caso de dar positivo, los trabajadores de la salud también deben quedarse en casa para cuidar a los miembros de la familia, comentó Larry Kidd, director clínico en Henry Mayo Newhall Hospital. “Muchos hospitales están experimentando un aumento de las infecciones por COVID-19 entre los niños, por lo que los padres también tienen que estar en el hogar para asistirlos”, señaló.

Los enfermeros constituyen la categoría más grande entre la mano de obra sanitaria del condado de Los Ángeles y los socorristas que dieron positivo en el transcurso de la pandemia, según muestran los datos oficiales. Catherine Kennedy, una de las presidentas de la Asociación de Enfermeros de California, dijo que incluso antes del último aumento, los problemas de personal eran “una crisis que creó la industria de la salud. ¿Se puede remediar? Creo que sí”, expresó, y argumentó que los hospitales deben mejorar las condiciones de trabajo y garantizar que los asistentes médicos tengan suministros adecuados. “Bríndennos equipos de protección óptimos. Asegúrense de que haya pruebas”.

Huntington y algunos otros nosocomios locales ahora advierten en sus sitios web que las esperas son más largas en la sala de emergencias. Megan Talmadge, residente de Palms, se dislocó el codo el día de Año Nuevo y esperó cinco horas en esa área en Culver City antes de que le hicieran una radiografía. Después del estudio, pidió medicamentos porque “el dolor era insoportable. Me dijeron: ‘No, lo siento, no hay enfermeras disponibles’ y simplemente me enviaron de regreso a la sala de espera”, relató.

Después de otras dos horas, le dieron analgésicos, dijo Talmadge. La mujer de 30 años finalmente consiguió una cama, recibió tratamiento por su lesión y se fue pasadas la 1 a.m., luego de más de nueve horas de haber ingresado. “Claramente no tenían suficiente personal”, agregó. “Hubo momentos en los que parecía que no había nadie”.

La insuficiencia también se manifiesta de formas más pequeñas: Lisa Berry Blackstock, una defensora privada de pacientes, dijo que en el Valle de San Fernando, se suponía que uno de sus clientes fue trasladado recientemente a una habitación diferente más cercana a la estación de enfermeras después de caerse de la cama. Cuando llamó para confirmar que había sido reubicado, a Blackstock le dijeron que “no tenían suficientes miembros del personal para realizar el traslado”.

En Kaiser Permanente Southern California, la creciente demanda de pruebas de coronavirus choca con una cantidad cada vez menor de personal para manejarlos, lo cual ralentiza los tiempos de respuesta, expuso la doctora Nancy Gin, su directora médica regional de calidad.

California has reported a massive backlog of 237,084 new coronavirus cases, pushing the seven-day average of new infections to 50,267, a record high.

A medida que más trabajadores dan positivo, “se afecta la cantidad de personal que está disponible para procesar las pruebas”, relató Gin. Eso, combinado con “la Gran Renuncia” de los empleados, tanto dentro como fuera del campo de la salud, significa que “no hay tantos asistentes disponibles, incluso por temporadas, como las hubo en el pasado”, añadió.

Una prueba positiva generalmente significa que los trabajadores sanitarios deben quedarse en casa, aunque los funcionarios federales y estatales recientemente redujeron el periodo mínimo recomendado para aislar a muchas personas infectadas con coronavirus. La medida federal alarmó a algunas autoridades de salud pública y sindicatos, incluido National Nurses United.

California estableció sus propias recomendaciones para que los recursos humanos del sector salud regresen al trabajo, que difieren dependiendo de si han recibido vacunas de refuerzo y permiten que el periodo de aislamiento se trunque si hay una “escasez crítica de personal”.

En Cedars-Sinai Medical Center, donde los enfermeros están haciendo turnos adicionales y se han contratado a algunos itinerantes previendo el pico repentino, se espera que las reglas revisadas ayuden a que los empleados vuelvan a trabajar de manera segura, indicó el doctor Jeff Smith, director de operaciones. “Queremos asegurarnos de actuar de forma adecuada y de no poner en riesgo a nuestro personal ni a nuestros pacientes”, expresó. Señaló que con la variante más nueva del virus, “se muestra que la infecciosidad alcanza su punto máximo en los primeros dos días y luego disminuye con relativa rapidez”.

Los funcionarios de salud han instado a las personas sin síntomas a que no se dirijan a la sala de emergencias ni a la atención de urgencia para las pruebas de COVID que se pueden encontrar en otros lugares. Pero Ghaly recomendó a los pacientes a no retrasar la atención médica que necesitan.

A pesar de la creciente presión sobre los hospitales, su departamento tiene sitios para expandir la capacidad y puede pedir ayuda al estado con la dotación de personal, destacó. “No estamos en una situación de crisis en el condado de Los Ángeles”, dijo Ghaly.

El redactor de The Times Rong-Gong Lin II contribuyó con este informe.

Para leer esta nota en inglés, haga clic aquí.

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