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El personal de las escuelas públicas y privadas del condado de Los Ángeles deberá usar mascarillas de alta calidad

A nurse wears an N95 mask.
La enfermera Brandi Hill lleva una mascarilla N95 en el Hospital Comunitario Martin Luther King en esta foto de archivo. Todo el personal escolar tendrá que llevar pronto cubrebocas de grado médico.
(Francine Orr/Los Angeles Times)

Los empleados de todas las escuelas públicas y privadas del condado de Los Ángeles tendrán que usar mascarillas de grado médico en el trabajo, y los estudiantes y el personal deben portar cubrebocas en espacios concurridos al aire libre, bajo reglas más estrictas emitidas en previsión con el reinicio de las clases este lunes, en medio de un gran aumento de la variante altamente trasmitible del coronavirus, Ómicron.

Las escuelas tendrán dos semanas a partir de la fecha de reapertura tras las vacaciones de invierno para cumplir las normas sobre el uso de mascarillas. La orden fue emitida a última hora del viernes a los 80 distritos escolares del condado por la directora de salud pública, Barbara Ferrer, “en respuesta a la rápida propagación de la variante Ómicron”. Alrededor de 50 distritos escolares K-12 reabren el lunes; los otros 30, incluido el Unificado de Los Ángeles, regresan a clases la siguiente semana.

Las normas también establecen protocolos más estrictos para el manejo de los contagios en los equipos deportivos y cuándo deben realizarse las pruebas para que los estudiantes permanezcan en el plantel después de haber estado expuestos a una infección por COVID-19.

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El condado de Los Ángeles registró más de 27.000 nuevos casos en el último día de 2021, muy por encima de la media máxima del invierno pasado, de 16.000 diarios. Casi una de cada cuatro personas que se someten a pruebas dan positivo a una infección por coronavirus, dijeron las autoridades. Los totales al día de recientes contagios se duplican cada dos días.

Hasta ahora, las nuevas cifras en aumento no son tan mortales como las del año pasado, porque la mayoría de los residentes del condado están totalmente vacunados y posiblemente porque Ómicron podría ser menos letal. Pero las hospitalizaciones están creciendo rápidamente y a los funcionarios les preocupa que los niños y los empleados lleven el virus a las escuelas después de las reuniones familiares, de las fiestas y los eventos sociales.

Según las últimas normas de seguridad, los estudiantes que se sientan sanos, pero hayan estado en contacto cercano con una persona infectada deben someterse a una prueba de coronavirus en un plazo de dos semanas. No tienen que permanecer en cuarentena en casa a menos que tengan síntomas o den positivo en el test. El condado recomienda -pero no exige- que los alumnos se realicen el testeo inmediatamente después de la exposición y luego de nuevo al quinto día, de acuerdo con la disposición.

Las mascarillas deben llevarse al aire libre “en espacios concurridos donde no sea posible el distanciamiento físico”, excepto cuando se coma y beba activamente. En otoño, no se exigía el uso de cubrebocas en el exterior, aunque los distritos individuales podían hacerlo. L.A. Unified -el segundo distrito más grande del país- fue uno de los sistemas escolares que exigió su uso en el exterior.

La carta del condado también recomienda -pero no obliga- que los estudiantes lleven mascarillas de mayor calidad, no de tela, e insta a todos los que cumplan los requisitos a recibir una dosis de refuerzo de la vacuna contra el coronavirus.

Los equipos de atletismo con cuatro casos vinculados durante 14 días tendrían que suspender las actividades de grupo durante al menos siete días, obteniendo la aprobación del departamento de salud del condado antes de reanudarlas.

Se pondrían en marcha medidas de seguridad adicionales si las hospitalizaciones relacionadas con el COVID en el condado superan las 3.000. Las cifras están muy por debajo de ese umbral, por ahora.

“Con estas políticas buscamos un equilibrio entre la seguridad de los estudiantes y el personal, por un lado, y su capacidad para aplicar medidas de protección adicionales, por otro”, escribió Ferrer en su misiva.

Con tantos sistemas escolares que abren el lunes, las autoridades se habrían visto en apuros para cumplir las nuevas normas antes del regreso de los estudiantes. Los cambios no fueron una sorpresa. Ferrer había señalado que se estaban considerando en una reunión informativa a principios de la semana pasada con altos funcionarios de educación.

Con las infecciones superando niveles récord, las autoridades del condado decidieron el viernes que era el momento de actuar, enviando la noticia a última hora del día a los líderes de las escuelas y del distrito.

“Me disculpo por interrumpir su celebración, pero quería hacerles llegar la información lo antes posible”, escribió Debra Duardo, superintendente de la Oficina de Educación del Condado de Los Ángeles, que trabaja en estrecha colaboración con el departamento de salud del condado. “Recibimos un correo electrónico de [salud del condado] a las 4:35 p.m. de hoy con respecto a las actualizaciones de las políticas de K-12 en respuesta a Ómicron con una solicitud para proporcionar esta información a los 80 distritos lo antes posible. Me doy cuenta de que estos cambios crearán desafíos a una situación ya de por si difícil para todos. Lamento que esto les llegue con tan poca antelación”.

El Distrito Escolar Unificado de Los Ángeles, con cerca de un tercio de los estudiantes del condado, abre sus puertas el 10 de enero. En el otoño, fue uno de los pocos distritos que examinó a todos los adultos y alumnos cada semana, y recientemente anunció que las pruebas continuarán hasta enero. Pero algunos padres y grupos están clamando por una acción más agresiva, pidiendo los testeos de referencia la próxima semana antes de que comiencen las clases.

“Las escuelas ya cuentan con la infraestructura necesaria para realizar pruebas semanales, por lo que empezar una semana antes no debería ser complicado y proporcionará un alivio muy necesario en estos momentos”, escribieron los líderes del grupo Parents Supporting Teachers, que incluye tanto a padres como a profesores. “Todos los que van a pisar el interior de un edificio escolar la segunda semana de enero merecen estar informados y sentirse seguros”.

Los padres John Leddy y Christy Lambertson apoyaron la petición de pruebas de referencia e incluso instaron a realizarlas dos veces por semana y a considerar el retraso del inicio del semestre “especialmente si las cifras son tan malas o peores al final de la próxima semana”, escribieron en una carta dirigida a los funcionarios del distrito escolar.

“Tal vez el LAUSD debería permitir a las familias educar en casa con planes de lecciones diarias, proporcionadas por los maestros, lo que requiere que los padres y cuidadores participen más activamente en la educación diaria de sus hijos durante un corto plazo de una o dos semanas”, escribieron los padres, que tienen un hijo en Beethoven Street Elementary en Mar Vista. “El LAUSD debe reconocer que no podemos continuar como si esta horrible oleada no existiera”.

Las familias que quieren hacerse la prueba antes de que se reanude la escuela tienen algunas opciones, ya que el distrito ha ampliado el horario de sus centros de aplicación a partir del lunes. Los reactivos rápidos suministrados por el estado -uno o dos por estudiante- también pronto estarán disponibles.

L.A. Unified había requerido pruebas de referencia en el otoño, aunque los distritos que no las hicieron parecían capaces de operar con seguridad en ese momento. El LAUSD está en contacto regular con expertos en salud y está preparado para seguir sus orientaciones, dijo la semana pasada al Times Jackie Goldberg, miembro del consejo escolar.

En un tuit del viernes, los funcionarios del Unificado de Los Ángeles trataron de tranquilizar a los padres y al personal: “Adaptaremos nuestras normas de seguridad según sea necesario para seguir respondiendo a las condiciones cambiantes de la pandemia”.

Para leer esta nota en inglés haga clic aquí

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