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Columna: Este investigador de armas de fuego de la UC anticipa que EE.UU va camino al desastre, y debemos escucharlo

Firearms available for purchase at a San Diego-area store
Las armas de fuego, incluidos rifles y pistolas, disponibles para su compra en marzo de 2020 en AO Sword Firearms en El Cajón, California. David Chong, propietario de AO Sword Firearms, dijo entonces que el 90% del aumento en las ventas provino de nuevos propietarios.
(Nelvin C. Cepeda / San Diego Union-Tribune)

Un estudio realizado por Garen Wintemute, de la UC Davis, del Centro de Investigación de la Violencia con Armas de Fuego de California, señala que “el aumento sin precedentes en la compra de armas de fuego... no muestra signos de disminuir y corre el riesgo de convertirse en parte de una nueva normalidad para los Estados Unidos”.

Aumentan las armas, la violencia y el extremismo político. Y Estados Unidos corre el riesgo de un desastre, más temprano que tarde.

Esa es la opinión de un investigador de armas de fuego de la Universidad de California, cuyo contundente informe se publicó la semana pasada en la revista Injury Epidemiology.

“Las tendencias al alza en la compra de armas de fuego, la violencia y el extremismo político están convergiendo para poner a Estados Unidos en riesgo de desastres en los próximos meses”, advirtió Garen Wintemute al presentar el informe. “No tenemos que perder el tiempo si queremos evitar la pérdida de miles de vidas y salir con nuestra democracia intacta”.

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Son palabras fuertes y alarmantes, particularmente de parte de un investigador académico. Wintemute, de 69 años, es director del Centro de Investigación de Violencia por Armas de Fuego de California en UC Davis. Estudia el tema desde hace casi 40 años, y sus investigaciones impulsaron varios proyectos de ley importantes sobre control de armas en la Legislatura estatal.

También es médico emergentólogo, cuya obsesión por la violencia con las armas de fuego se debe a los tratamientos constantes por heridas de bala que se observan en las salas de urgencias de los hospitales.

¿Pero eso también lo convierte en un sociólogo?

“Durante toda mi carrera me ha interesado la cadena de eventos que culmina cuando alguien entra por la puerta de una sala de emergencias”, respondió. “¿Cómo pudimos haber evitado que esto sucediera? He tratado de comprender algunos de los determinantes sociales en la compra de un arma”.

Llamé a algunos personajes políticos veteranos y les pregunté qué pensaban. “El riesgo de una violencia política importante es más alto ahora que en cualquier otro momento de mi vida”, señaló Bob Shrum, un ex consultor demócrata que dirige el Centro para el Futuro Político, en la USC. “Vemos a miembros del Congreso hablando de usar la violencia, o excusar la insurrección del 6 de enero. Ese ataque al Capitolio de la nación no tuvo precedentes en nuestra historia moderna. Y la gente está racionalizando la violencia”.

Dan Schnur, un ex estratega republicano que es profesor de ciencias políticas en la USC y UC Berkeley, comentó: “Mientras nos convenzamos unos a otros de que las personas que no están de acuerdo con nosotros son malas, la probabilidad de violencia seguirá creciendo. La respuesta no es mayor control de armas o más posesión de éstas… El tema central es la tolerancia”.

La versión del siglo XXI del cartel de búsqueda del Salvaje Oeste se ha convertido en un elemento básico de las redes sociales para los departamentos de policía de todo el país.

Wintemute añadió que la polarización política, “para ser honesto, es lo que más preocupa”. “Parte de nuestra nueva normalidad es la demonización del lado contrario. Si seguimos tan divididos así, no podremos avanzar como nación. Ciertamente no tendremos éxito como democracia, porque esta depende de la confianza. Y ahora tenemos muy poca”.

La invasión mortal al Capitolio por parte de la multitud fue el fuerte volcán que estalló por la creciente violencia política, o amenazas de ella, en todo el país.

Las reuniones de la junta escolar en todas partes se han convertido en campos de batalla incivilizados sobre el plan de estudios que involucra temas de raza, los mandatos de vacunación y las mascarillas como medida de protección contra el COVID-19. Los funcionarios de salud del condado también están amenazados. “Hemos visto intentos de crear un nuevo tipo de política en la que la amenaza de la fuerza violenta impulsa la acción política, y eso es algo que no se advertía en el país desde hace mucho tiempo”, remarcó Wintemute. “Y ha sucedido simultáneamente con las tentativas por invalidar el proceso electoral, ya sea desafiando los resultados o reprimiendo el voto”.

En su informe, Wintemute entrelazó una larga serie de análisis, hechos y estadísticas aleccionadores.

Recordó los volátiles eventos de 2020: la pandemia, el asesinato de George Floyd y las elecciones presidenciales “La gente compra armas de fuego más para protegerse que por todas las demás razones juntas”, escribió. “Las adquisiciones de armas de fuego aumentaron a principios de año hasta muy por encima de los niveles esperados [y] continuaron durante el verano”.

Las ventas de armas siempre aumentan durante una elección presidencial debido al temor de que un nuevo presidente dificulte la compra de estos artículos, señaló Wintemute. “Esta vez, ganó el candidato al control de armas. El incremento de las compras continuó… El presidente Trump y sus seguidores negaron su derrota. Siguió la inestabilidad política… el exmandatario incitó a un violento asalto al Capitolio.

Aunque las órdenes de dispersión de protestas se encuentran entre las herramientas más controvertidas de la policía de Los Ángeles, el departamento mantiene pocos registros de dichas órdenes o de sus justificaciones, según una revisión del Times.

“Durante los primeros nueve meses de 2021 la pandemia de COVID-19 y la inestabilidad política y social continuaron siendo características dominantes del panorama estadounidense. El incremento sin precedentes en la compra de armas de fuego no muestra signos de disminuir y corre el riesgo de convertirse en parte de una nueva normalidad para EE.UU. La población de propietarios de armas está evolucionando rápidamente. Al menos el 20% son compradores de primera vez”.

Mientras tanto, “para la primavera de 2020, la violencia también estaba incrementando más allá de los niveles esperados”, continuó. “Los homicidios crecieron un 27.5% en 2020... Mucho más que todo lo visto en los últimos 100 años. En la primera mitad de 2021, las tasas de homicidio en las principales ciudades aumentaron otro 16%”.

California vio cómo los delitos de odio incrementaron un 31% el año pasado. Y los relacionados con prejuicios raciales crecieron un 67%.

Además, “las encuestas pintan un retrato muy sombrío de alienación y disposición para la violencia política”, escribió Wintemute. “Muchos estadounidenses entraron en un mundo de delirio paranoico. Casi dos tercios de los republicanos creen que el presidente Biden no fue elegido legítimamente. Una persona de cada seis está de acuerdo en que “debido a que las cosas se han desviado tanto, los verdaderos patriotas estadounidenses podrían tener que recurrir a la violencia para salvar a nuestra nación”.

Wintemute concluye el informe pidiendo a los ciudadanos que sanen al país. “Todos venimos equipados con herramientas para esa labor”, escribió. “Cada uno de nosotros puede rechazar públicamente la violencia y hablar si vemos algo. Trabajar para reducir la disparidad, aumentar las oportunidades y construir comunidades inclusivas”.

También podríamos reforzar la aplicación de la ley para contrarrestar a los idiotas violentos. Y encerrar a los infractores de la ley para castigarlos y disuadir a sus amigos.

Wintemute se atreve a decir cosas que a la mayoría de la gente no le gusta mirar, porque es feo y deprimente. Pero deberíamos escuchar y abrir los ojos a lo que le está sucediendo a Estados Unidos.

Para leer esta nota en inglés,haga clic aquí.

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