Una confusión de ‘pesadilla’ en fecundación in vitro conduce a una pareja de Los Ángeles a dar a luz al bebé de otra familia
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Cuando Daphna Cardinale dio a luz a su segunda hija en septiembre de 2019, ella y su esposo, Alexander, quedaron desconcertados de inmediato por su apariencia.
La niña, aunque sana, no se parecía a ninguno de sus padres y aparentaba ser de una raza diferente. Una prueba de ADN en el hogar aproximadamente siete semanas después confirmó una preocupación persistente que ambos esperaban que no fuera cierta: La niña no estaba relacionada con ninguno de ellos.
Ese momento comenzó una terrible experiencia de meses, en donde los Cardinale finalmente se enteraron de que su embrión había sido cambiado por el de otra pareja durante la fecundación in vitro (FIV). Las parejas habían dado a luz, y estaban criando sin saberlo, los bebés de los otros.
“La angustia y la confusión no pueden subestimarse”, comentó entre lágrimas Daphna Cardinale durante una conferencia de prensa el lunes, poco después de que la pareja presentara una demanda contra su clínica de fertilidad con sede en Los Ángeles, el Centro de Salud Reproductiva de California, y su director médico, el Dr. Eliran Mor.
También se nombra en la demanda a In VitroTech Labs, un centro de embriología de terceros, y su empresa matriz, Beverly Sunset Surgical Associates, ambos propiedad de Mor. La pareja alega incumplimiento de contrato, negligencia médica, infligir angustia emocional, así como el uso indebido y deliberado de su embrión, entre otras infracciones, por lo que buscan daños punitivos y compensatorios.
Mor no respondió de inmediato a las solicitudes de comentarios el lunes. Su oficina indicó que estaba con pacientes. Un portavoz de Beverly Sunset se negó a comentar.
“Fue una tortura que me sacudió hasta la médula y cambió para siempre quién soy”, enfatizó Daphna Cardinale. “Me robaron la capacidad de llevar a mi propia hija”.
La confusión, descrita en los documentos judiciales como una “pesadilla continua”, comenzó después de que la pareja se puso en contacto con la clínica para pedir ayuda a fin de propiciar el embarazo de su segunda hija en 2018. Habían concebido a su primera hija de forma natural, pero, después de años de intentar tener otra bebé, no habían tenido éxito.
Buscaron a Mor y al Centro de Salud Reproductiva de California basándose en críticas positivas y la recomendación de un amigo, explicaron.
La clínica transfirió el embrión, que la pareja creía que era suyo, a Daphna Cardinale durante un procedimiento de FIV, el 2 de enero de 2019, y ella quedó embarazada.
Otra pareja, identificada en la demanda solo como “Pareja Dos”, recibió el embrión biológico de los Cardinale aproximadamente al mismo tiempo. Ese bebé, también una niña, nació exactamente una semana después de los Cardinale. Pruebas genéticas adicionales confirmaron que cada pareja había dado a luz al bebé de los otros.
La demanda alega que Mor subcontrató el manejo del embrión de los Cardinale a In VitroTech sin su conocimiento, a pesar de haber prometido que todo el trabajo se haría “en casa” y bajo su supervisión directa. Fue In VitroTech quien mezcló los embriones, según documentos judiciales.
Como resultado de la confusión, señalaron los Cardinale, ni siquiera sabían que alguien había dado a luz a su hija biológica hasta que ella tenía 3 meses.
“Nos perdimos un año entero de la vida de nuestra hija”, puntualizó Daphna Cardinale. “No llegué a experimentar estar embarazada de ella o dar a luz; extrañamos todo su período de recién nacida; nunca vimos la entrada de nuestra bebé en el mundo ni la abrazamos en sus primeros segundos de vida. Estos son momentos que se supone que los padres pueden atesorar por el resto de sus vidas”.
Para agravar su angustia estaba el hecho de que los Cardinale y su hija mayor, quien entonces tenía 5 años, ya habían generado un vínculo con la bebé que ella había llevado en su vientre.
“Ellos criaron amorosamente a la niña como si fuera suya, incluso cuando estaban atormentados por la duda”, señaló su abogado, Adam Wolf, el lunes. “Los Cardinale, incluida su hija mayor, se enamoraron de la bebé y estaban aterrorizados de que se la llevaran”.
No fue hasta diciembre de 2019 que las dos parejas finalmente se conocieron. Era la primera vez que alguno de los dos veía a sus bebés biológicos.
Durante las próximas semanas, se reunieron casi todos los días. En enero de 2020, los bebés pasaron la primera noche con sus nuevas familias antes de que ambas parejas decidieran que se quedarían en sus nuevos hogares, con sus padres biológicos, para siempre.
La decisión y las circunstancias crearon una confusión emocional y psicológica constante, indicaron los Cardinale, que incluía un sentimiento de culpa y pérdida por el bebé que habían “regalado”. La confusión también contribuyó a contratiempos profesionales y pérdida de ingresos, explicaron.
Ambas parejas tuvieron que recurrir al sistema judicial para obtener la custodia legal de sus hijas, informó Wolf, y finalmente firmaron contratos de portadora gestacional para formalizar el intercambio.
La “Pareja Dos” también presentará una demanda, agregó, aunque desean mantener la privacidad de sus identidades.
La FIV es un proceso costoso y, comúnmente, arduo, y Wolf comentó que los “desastres de fertilidad” se están volviendo cada vez más comunes a medida que más familias recurren a los tratamientos. Su firma ha representado a “cientos de personas que han sido víctimas de mala conducta en el centro de fertilidad”, mencionó, incluidos casos de embriones caídos, extraviados o transferidos a la persona equivocada.
En 2019, Wolf representó a una pareja de Glendale cuyo embrión se había implantado en la mujer equivocada.
Los casos tienen “consecuencias que alteran la vida de todos los involucrados”, señaló el lunes.
Durante la conferencia de prensa, Alexander Cardinale describió sentirse conmocionado después del nacimiento de su segunda hija y no reconocerla.
“Enamorarme de nuestro nuevo bebé y ver cómo nuestra familia de cuatro tomaba forma, mientras que al mismo tiempo luchaba constantemente contra preguntas molestas y rechazaba pensamientos oscuros de duda, fue realmente mi infierno”, señaló.
Él espera que alzar la voz sobre este tema ayude a evitar que una confusión similar le ocurra a otras familias en el futuro, añadió.
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