‘Se acerca el invierno’, advirtió el gobernador Newsom, mientras persiste la amenaza del COVID en California
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El gobernador Gavin Newsom recurrió a una frase familiar, el martes, para advertir sobre la trayectoria de la pandemia de COVID-19 en California. “Se acerca el invierno”, afirmó durante sus declaraciones en la Cumbre Económica de California en Monterey. “El COVID no se toma vacaciones en el invierno”.
Newsom está lejos de ser el primer funcionario en mirar con cautela el acercamiento de la temporada fría y expresar preocupación por lo que podría significar para el estado.
California debe aún sacudirse los últimos rastros del aumento de la variante Delta en los últimos meses, sin embargo hay indicios de que las condiciones van en la dirección incorrecta en algunas zonas.
“La semana pasada, literalmente, estábamos planificando nuestra estrategia para un pico invernal: conservando los activos en previsión de lo que podría ocurrir en las próximas semanas; asegurándonos de tener personal organizado aquí y contemplar la posibilidad de traer gente de otros estados”, comentó Newsom. “No quiero decir eso, porque no quiero que sea verdad. Pero los datos lo confirman”.
Como el gobernador ya ha señalado antes -y reiteró el martes-, California estaba en una posición similar en este momento el año pasado, cuando poco después las condiciones se deterioraron rápidamente.
El 8 de noviembre de 2020, California informó en un promedio de siete días 6.200 nuevos casos de coronavirus por día. Un mes después, reportaba 26.000 nuevos casos por jornada, y a principios de enero, el número aumentó a más de 45.000. La carga de casos informada diariamente no retrocedió constantemente por debajo de 10.000 hasta mediados de febrero.
Las tasas de casos actuales son aproximadamente las mismas que el año pasado en este momento. Durante el período de siete días que terminó el domingo, California reportó 5.700 nuevos casos de coronavirus por día, según datos compilados por The Times.
En todo el estado, las infecciones y hospitalizaciones por COVID-19 se han estancado después de meses de disminución.
Pero en algunas áreas con tasas de vacunación más bajas, las hospitalizaciones aumentaron significativamente desde mediados de octubre: un 35% en el condado de San Bernardino y un 27% en el condado de Fresno. Incluso en el de Orange, donde los índices de inoculación son relativamente altos, las hospitalizaciones aumentaron un 29% durante el mismo período.
El Valle de San Joaquín reportó la tasa más alta de hospitalizaciones del estado; por cada 100.000 residentes, la región tiene 25 personas hospitalizadas con COVID-19, en comparación con 15 por 100.000 en las zonas rurales del norte de California, 14 en la zona metropolitana de Sacramento, ocho en el sur de California y cuatro en el Área de la Bahía de San Francisco.
Algunos expertos consideran preocupante cuando la tasa es de cinco o más.
En el sur de California, los condados de San Bernardino y Riverside están reportando las peores tasas de hospitalización por cada 100.000 residentes: 15 y 10, respectivamente. El condado de San Diego tiene ocho; el condado de Orange, siete; el de L.A., seis; y el condado de Ventura, cuatro.
Casi 72.000 californianos murieron a causa del COVID-19, y se reportó un promedio de 61 muertes diarias durante la última semana. “Con los casos aumentando en la mayor parte del estado, no podemos bajar la guardia y no debemos subestimar este virus mortal”, afirmó el Dr. Tomás Aragón, director del Departamento de Salud Pública de California y funcionario de salud pública del estado, en un comunicado emitido el lunes.
Ya hay señales de advertencia de que las temperaturas más frías en otras partes de Estados Unidos y en todo el mundo pueden impulsar un resurgimiento del coronavirus.
“Sabemos por qué: se debe a la estacionalidad del COVID”, remarcó Newsom. “No es particularmente difícil de entender, después de un par de años. Vemos esas tendencias en Europa; y estamos observando que esas tendencias se extienden a otras partes del mundo. Desafortunadamente, eso es lo que está sucediendo aquí”.
Los funcionarios y expertos coinciden en gran medida en que es poco probable que California experimente el mismo tipo de alza que el invierno pasado, en gran parte porque muchos residentes están vacunados. Aproximadamente el 69% de los californianos tienen al menos una dosis y casi el 63% están completamente inoculados.
Sin embargo, hay millones de residentes en todo el estado que tienen menos protección. Dada la evidencia de que la inmunidad a la vacuna puede disminuir con el tiempo, los funcionarios enfatizan que es importante para todas las personas elegibles, particularmente aquellas que tienen un alto riesgo de desarrollar síntomas graves de COVID-19, recibir un refuerzo. “Tenemos que mantener esas defensas altas. Y debemos ser conscientes de que el trabajo no está terminado; no se puede poner punto final”, comentó Newsom, quien a fines de octubre recibió un refuerzo de Moderna para su dosis original, Johnson & Johnson.
Los datos estatales muestran que los californianos no vacunados siguen afectados de manera desproporcionada por la pandemia. Tienen aproximadamente siete veces más probabilidades de contraer COVID-19, casi 10 veces más riesgo de necesitar hospitalización y 18 veces más probabilidades de morir, que aquellos que están inmunizados.
“La vigilancia es nuestra mejor defensa contra otro desafiante invierno con COVID-19”, remarcó Aragón. “Vacúnese si aún no lo ha hecho”.
Para leer esta nota en inglés, haga clic aquí.
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