Muchos menos californianos reciben vacunas de refuerzo contra el COVID-19 de lo esperado, lo que genera nuevas preocupaciones
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La demanda de vacunas de refuerzo contra COVID-19 en California ha sido más lenta de lo que anticiparon algunos funcionarios de salud, según los datos obtenidos por el Times, lo que generó nuevas preocupaciones de que las poblaciones en riesgo pierdan inmunidad a medida que se acerca la peligrosa temporada festiva.
La alarma es particularmente alta para las personas mayores y aquellas con sistemas inmunológicos comprometidos, grupos que tienen el mayor riesgo de sufrir consecuencias graves o la muerte por infecciones de irrupción. Los funcionarios también recomiendan insistentemente que todos los receptores del antígeno de Johnson & Johnson reciban una dosis de refuerzo.
Los números del Departamento de Salud Pública de California muestran que la demanda inicial de vacunas de refuerzo ha sido mucho menor de lo esperado originalmente. Después de que los funcionarios federales instaran con entusiasmo a algunos beneficiarios de los antígenos de Pfizer-BioNTech a recibir inyecciones de refuerzo, las autoridades del estado anticiparon que la demanda alcanzaría su punto máximo durante la primera semana completa de octubre.
Pero solo se administraron 230,000 inyecciones de refuerzo a personas mayores esa semana, solo el 21% de la demanda proyectada de 1.1 millones. Y para los adultos menores de 65 años, solo se administraron 450,000 dosis de refuerzo esa semana, solo el 17% de la demanda esperada de 2.7 millones.
Incluso la demanda inicial de terceras dosis por parte de personas inmunodeprimidas que habían recibido las vacunas de Pfizer-BioNTech y Moderna ha sido baja. A fines de septiembre, solo alrededor de 425,000 de un estimado de 700,000 a 800,000 californianos en este grupo habían recibido una tercera dosis.
Los funcionarios de salud de todo el estado, desde San Francisco hasta el Valle Central y Los Ángeles, informan que las tasas de dosis de refuerzo administradas no son las ideales. En San Francisco, solo el 20% de las personas mayores elegibles han recibido una dosis adicional a fines de octubre; en el condado de Los Ángeles, solo el 27% de las personas mayores completamente inmunizadas lo han hecho.
Solo el 9% de los hogares de personas mayores del condado de Los Ángeles han completado clínicas de vacunación de refuerzo para sus residentes.
Los científicos han estado advirtiendo que la inmunidad que ofrecen los antígenos puede disminuir seis meses después de recibir la última dosis de las series originales de Pfizer-BioNTech y Moderna, así como dos meses después de recibir la inyección de Johnson & Johnson.
“Donde realmente se manifiesta como un problema es en la mayor capacidad de las personas para terminar más gravemente enfermas”, indicó el jueves la directora de Salud Pública del condado de Los Ángeles, Barbara Ferrer. “Muchos de nosotros conocemos a amigos o familiares que también han experimentado infecciones posteriores a la vacunación en este momento”.
Con una tasa tan baja de aplicación de refuerzos, “esto deja a muchas de nuestras personas mayores en riesgo de hospitalización en los próximos meses, ya que un mayor contacto con amigos y familiares durante la temporada festiva brinda al virus la oportunidad de propagarse”, advirtió el Departamento de Salud Pública de San Francisco.
“Nuestros adultos mayores están experimentando una inmunidad menguante porque estuvieron entre los primeros en inocularse hace casi un año”, explicó la Dra. Naveena Bobba, subdirectora de Salud de San Francisco, en un comunicado. “Instamos a las personas mayores a que obtengan sus refuerzos lo antes posible”.
El exsecretario de Estado, Colin Powell, de 84 años, que estaba completamente inoculado y tenía cáncer, aún no había recibido su refuerzo antes de enfermarse con COVID-19, del que nunca se recuperó. El alcalde de Los Ángeles, Eric Garcetti, de 50 años, quien recibió su segunda inyección de la vacuna de Moderna en febrero, pero no había recibido un refuerzo, también informó recientemente sobre una infección de irrupción mientras asistía a una cumbre climática de la ONU en Escocia y tiene fiebre.
La preocupación es aguda en el Valle de San Joaquín, donde las hospitalizaciones por COVID-19 ya han aumentado en una región que tiene una de las tasas más bajas de vacunación en general en el estado. Y el tiempo se está acabando, antes de que las familias y los amigos comiencen a reunirse para las festividades.
“Tenemos muchas personas que todavía no están inoculadas, muchas personas que aún no han recibido sus refuerzos”, señaló el Dr. Rais Vohra, oficial interino de Salud del condado de Fresno, en una sesión informativa recientemente. “Nos quedan aproximadamente tres semanas antes del fin de semana de Acción de Gracias y sabemos que históricamente ha sido cuando empezamos a ver un aumento real en la cantidad de virus respiratorios”.
Las vacunas siguen siendo muy eficaces, especialmente para reducir la posibilidad de hospitalización grave y muerte. En el condado de Los Ángeles, de 5.9 millones de residentes completamente inoculados, el 1.2% posteriormente dio positivo por el coronavirus, el 0.039% ha sido hospitalizado por COVID-19 y el 0.006% ha fallecido.
Aun así, eso significa que más de 68,000 residentes completamente vacunados en el condado de Los Ángeles han contraído posteriormente una infección confirmada. Las personas inoculadas con infecciones graves por coronavirus son capaces de transmitir el virus a otras personas.
“Cuando la transmisión comunitaria es mayor, podemos esperar que más personas vacunadas también desarrollen infecciones, aunque siempre a una tasa mucho más baja que las personas no inoculadas”, indicó Ferrer. “También podemos esperar que un pequeño subconjunto de individuos vacunados, probablemente los de mayor edad y más frágiles desde el punto de vista médico, terminen hospitalizados. Y desafortunadamente, algunos incluso pueden fallecer.
“Esto se debe a que las personas no inoculadas crean riesgos para todos. La vacunación no puede inmunizarnos por completo contra las consecuencias de los riesgos que corren las personas no vacunadas”, enfatizó Ferrer. “Su riesgo eventualmente se extiende al de los residentes inoculados. Y nos está llevando a todos a seguir tomando protecciones adicionales, como el uso de cubrebocas, para reducir las posibilidades de contraer y transmitir el virus”.
Ferrer indicó que tenía la esperanza de que la demanda de refuerzos aumente ahora que, a fines de octubre, los criterios de elegibilidad se simplificaron. A partir de finales de septiembre, solo ciertos grupos de personas que recibieron originalmente el antígeno de Pfizer-BioNTech fueron elegibles para el refuerzo. Pero a fines de octubre, los miembros de esos grupos podían recibir refuerzos sin importar la marca de vacunación inicial que hubieran recibido.
El objetivo del condado de Los Ángeles es ofrecer dosis de refuerzo a todos los residentes de hogares de personas mayores que quieran una de estas inyecciones antes del 20 de noviembre, señaló Ferrer.
Actualmente, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC por sus siglas en inglés) recomiendan que todas las personas mayores de 65 años o más, los adultos de 50 años o más con afecciones de salud subyacentes y los adultos que viven en centros de atención a largo plazo reciban una vacuna de refuerzo. También se insta a todos los adultos que recibieron la inyección de dosis única de J&J a recibir un refuerzo al menos dos meses después de la inoculación original.
Aquellos que recibieron las inyecciones de dos dosis de Pfizer-BioNTech o Moderna deben esperar al menos seis meses después de la segunda dosis antes de obtener un refuerzo.
Los CDC también señalaron que los adultos de hasta 49 años con afecciones de salud subyacentes, así como los adultos de 18 a 64 años con mayor riesgo de exposición al coronavirus en el trabajo o en el hogar, son elegibles para la vacuna de refuerzo. Los CDC, sin embargo, no llegó a recomendar la medida oficialmente para todos en esos grupos.
La sutil distinción puede haber llevado a algunos funcionarios electos a tomar decisiones diferentes sobre la inoculación de refuerzo. Garcetti no había recibido un refuerzo antes de dejar Los Ángeles el domingo, y un portavoz del alcalde comentó que planea recibir un refuerzo “tan pronto como se recomiende que lo haga”.
Por el contrario, la alcaldesa de Oakland, Libby Schaaf, recibió un refuerzo de Pfizer para dar seguimiento a su vacunación original de Pfizer de dos dosis en una conferencia de prensa con el gobernador Gavin Newsom, el 27 de octubre. “Obtuve mi refuerzo hoy porque mi trabajo implica mucho contacto público”, explicó Schaaf, de 55 años.
Newsom, de 54 años, recibió un refuerzo de Moderna para su vacunación original de J&J.
El Dr. Anthony Fauci, el principal experto en enfermedades infecciosas del gobierno de Estados Unidos describió recientemente la creciente evidencia de que los antígenos de refuerzo funcionan. Fauci citó un estudio publicado en la revista Lancet que encontró que, en comparación con las personas en Israel que recibieron dos dosis de la vacuna de Pfizer-BioNTech, quienes obtuvieron una tercera dosis tenían un 93% menor riesgo de sufrir una hospitalización relacionada con el COVID, un 92% menor riesgo de enfermedad grave y un 81% menor riesgo de muerte.
Fauci agregó que la mejora dramática en la efectividad plantea la pregunta de si los científicos pueden, en el futuro, considerar la inyección de refuerzo como parte de la secuencia de inoculación formal.
Todavía existe la preocupación de que pueda haber una quinta ola de COVID-19 este otoño e invierno. Las hospitalizaciones por coronavirus han dejado de disminuir en los condados de Los Ángeles, San Diego, Orange y Ventura, y están incrementando en Riverside y San Bernardino.
“Es preocupante seguir viendo un ligero aumento en los casos y ahora, obviamente, no hay disminución aquí en nuestras hospitalizaciones”, indicó Ferrer. “Tenemos que hacer lo que sabemos que funciona: Vacunar a más personas y usar nuestros cubrebocas cuando estamos en interiores”.
Ferrer detalló que ella y los hospitales están preparados para un empeoramiento de la pandemia.
“Esperamos, en el mejor de los casos, que sea un pequeño incremento y nada como lo que vimos el invierno pasado. Pero eso nos involucra a todos para llegar allí”, señaló Ferrer. “Mientras haya mucha circulación del virus, como puede ver en nuestros datos, impulsada, desafortunadamente, por aquellos que aún no están inoculados, todos los que estamos vacunados correremos un mayor riesgo”.
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