Después de meses de declive, los casos de coronavirus se estabilizan en California. ¿Podemos evitar una nueva oleada?
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Después de meses de descensos significativos, los nuevos casos semanales de coronavirus y las hospitalizaciones en California se han estancado justo cuando se acerca la crítica temporada de fiestas.
La tasa de transmisión del coronavirus en la entidad ha estado durante mucho tiempo entre las más bajas del país, y los funcionarios esperan que los requisitos de vacunas y otras reglas de seguridad eviten otro aumento en los casos y muertes este invierno.
Pero la llegada de Halloween iniciará con un programa repleto de festividades de otoño e invierno, tentando a muchos residentes a viajar y reunirse en números no vistos desde antes de la pandemia.
Combine eso con un clima más frío que empuja cada vez más las actividades en interiores, donde el riesgo de transmisión es generalmente mayor, así como la aparente estacionalidad del COVID-19 en sí, y existe la posibilidad de que esta última pausa sea un punto de lanzamiento para una nueva afluencia de contagios.
Aunque California sigue teniendo mejores resultados que la mayoría de los estados, todavía se considera que tiene una transmisión “sustancial”, la segunda peor categoría en la escala de cuatro niveles de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC por sus siglas en inglés).
Cuando el estado celebró su reapertura económica total a mediados de junio, la entidad registraba menos de 1.000 nuevos casos de coronavirus al día. Ahora, el estado está viendo entre 5.000 y 6.000, en promedio.
Además, alrededor de 100 californianos todavía mueren de COVID-19 todos los días. Antes del aumento de la variante Delta, California informaba alrededor de 25 decesos diarios.
La Dra. Regina Chinsio-Kwong, suboficial de salud del condado de Orange, ha estado advirtiendo durante semanas que es posible un repunte pandémico a medida que el clima se enfría si las tasas de vacunación no mejoran drásticamente. A mediados de octubre, señaló la experiencia de Reino Unido, que en ocasiones ha presagiado la dirección que ha tomado Estados Unidos.
“A medida que se acercan los meses de invierno y todos estos días festivos, más personas se reunirán y estarán adentro”, expuso Chinsio-Kwong. “Entonces, si no tomamos precauciones hasta que todos obtengan algún tipo de inmunidad, aún corremos el riesgo de seguir teniendo números más altos en las tasas de casos, similares a los de Gran Bretaña”.
California no está necesariamente destinada a seguir el camino de Reino Unido. Es posible que una combinación de las tasas de inmunización relativamente altas del estado, junto con un índice mayor de inmunidad natural, pueda posicionar a la entidad para resistir este otoño e invierno mejor que otros lugares.
Pero el estado, por ahora, ha dejado de registrar disminuciones semanales en los casos de coronavirus y las hospitalizaciones por COVID-19. Además, los índices de positividad de las pruebas del coronavirus han aumentado.
“En todo California, nuestro estado está abierto, asimismo, nos damos cuenta de que la gente se está cansando de usar cubrebocas y que también hay una inmunidad menguante. De igual manera, hay muchos más en nuestra comunidad que aún no están vacunados”, señaló Chinsio-Kwong el viernes. “Así que sí, a medida que las personas entran a los espacios interiores, esperamos que los casos se mantengan al mismo ritmo o que en realidad aumenten”.
El jueves, California informó de 3.816 personas con infecciones por COVID-19 en hospitales de todo el estado, un aumento del 4% con respecto a la semana anterior.
Las cifras más recientes de hospitalizaciones no se acercan al nivel del incremento repentino del verano, que alcanzó su punto máximo con 8.353 pacientes el 31 de agosto. Pero aún cuadriplica el nivel antes del aumento repentino causado por la variante Delta.
“Ciertamente hemos visto una reducción del incremento que tuvimos, pero los casos se están estabilizando y no observamos ningún descenso adicional. Las cosas se han mantenido bastante estables durante las últimas dos semanas”, indicó el Dr. Marty Fenstersheib, oficial de vacunas del condado de Santa Clara, el más poblado del norte de California. “Esperamos que este no sea el comienzo de un aumento”.
La tasa de positividad de las pruebas en todo el estado, durante los últimos siete días, es ahora del 2.8%, frente al 2.1% de hace una semana.
Y después de descender de manera constante durante semanas, el número de nuevos casos diarios de coronavirus se ha estabilizado. Durante el período de siete días que terminó el jueves, hubo un promedio de 6.068 casos nuevos diarios en todo California. Eso es un 10% más que la semana anterior.
La llegada de la temporada navideña del año pasado supuso un desastre para California, lo que marcó el comienzo de una feroz ola de coronavirus que azotó al estado.
“Quiero ser serio sobre el momento en el que estamos porque, en muchos sentidos, recuerda dónde estábamos el año pasado”, subrayó el miércoles a los periodistas el gobernador Gavin Newsom.
Pero también reconoció “el progreso que hemos logrado, porque deberíamos, y quiero agradecer a 40 millones de californianos por su resiliencia”.
Muchas cosas son diferentes este año en comparación con el anterior, incluida la introducción de vacunas, y los expertos en salud, así como los funcionarios en general, piensan que es poco probable que California experimente el mismo caos.
Pero la trayectoria de COVID-19 es bien conocida.
Las reuniones, particularmente en ambientes interiores abarrotados, brindan amplias oportunidades para la transmisión. Los funcionarios de salud también “ahora creen que hay cierta estacionalidad en el COVID que puede facilitar su propagación durante los meses más fríos”, señaló el jueves a los periodistas la directora de Salud Pública del condado de Los Ángeles, Bárbara Ferrer.
Hasta el jueves, el condado de Orange registraba, en promedio, 279 nuevos casos de coronavirus por día durante la última semana, un aumento del 18% con respecto a la semana pasada. El promedio de siete días del condado de Los Ángeles de 1.224 nuevos casos de coronavirus por día es un 23% mayor que hace una semana.
Más del 60% de los residentes de todas las edades en los condados de L.A. y Orange están completamente inoculados, según datos compilados por el Times.
Pero incluso en el Área de la Bahía de San Francisco, hogar de las tasas de vacunación más altas del estado, algunos funcionarios han informado que los casos ya no están disminuyendo.
Se cree que más del 70% de todos los residentes en el condado de Santa Clara están completamente inoculados, sin embargo, los funcionarios también están observando que el progreso se estanca, con nuevos casos promedio que generalmente rondan los 150 por día durante todo octubre. En junio, el condado de Santa Clara registraba, en general, alrededor de 30 casos al día.
En el condado de Fresno, la reciente mejora en las hospitalizaciones por COVID-19 ha comenzado a evaporarse. Después de alcanzar un máximo de 410 antes del Día del Trabajo, el número de pacientes hospitalizados en el condado más poblado del Valle de San Joaquín descendió a 240 a mediados de octubre, pero ha repuntado por encima de los 300 en los últimos días.
La tasa de hospitalización por COVID-19 per cápita del condado de Fresno es cinco veces peor que la del condado de Los Ángeles y una de las peores de California.
“En realidad, es una posibilidad algo sombría”, explicó el Dr. Rais Vohra, oficial de salud interino del condado de Fresno. “Es posible que los hospitales experimenten el mismo nivel de presión y tensión que soportaron con este último aumento de otoño o el último incremento de invierno”.
Muy pocas personas han recibido sus vacunas (solo un poco más del 50% de los residentes están completamente inoculados) y muy pocas se han aplicado refuerzos, detalló Vohra. “Y ya estamos comenzando con un sistema de salud extremadamente afectado”.
La mayor parte de California permanece en las dos peores categorías de la escala de transmisión del coronavirus, ya sea “sustancial” o “alta” según la definición de los CDC. Los condados de Los Ángeles, Orange y Ventura tenían una transmisión “sustancial” hasta el viernes, mientras que los condados de San Diego, Riverside y San Bernardino fueron calificados como “altos”, la peor categoría.
Varios condados fueron reclasificados en peores categorías el viernes: Alameda, San Mateo y Monterey pasaron de “moderado” a “sustancial”, y San Luis Obispo pasó de “sustancial” a “alto”.
Si bien los sistemas de salud ya no se estiran para alcanzar los extremos, los funcionarios indican que podrían verse presionados por otro enemigo más familiar en los próximos meses: la influenza.
La nación se salvó de la típica temporada de influenza el año pasado, una situación que los expertos atribuyen a las medidas para combatir el coronavirus, como usar cubrebocas, practicar el distanciamiento social y evitar entornos abarrotados.
Sin embargo, no se espera que ese sea el caso este año. Los negocios que fueron cerrados o severamente limitados el año pasado ahora están operando a plena capacidad. Se han reanudado los eventos deportivos y los conciertos. Asimismo, se espera que muchos residentes viajen para ver a familiares y amigos.
La posibilidad de que llegue la temporada de influenza en medio de una transmisión continua y alta del coronavirus es tan preocupante que incluso ha generado un apodo: una “twindemic” (pandemia gemela en inglés).
“Sabemos que hay varios virus respiratorios que están comenzando a circular, la influenza y otros, que afectan tanto a los jóvenes como a los adultos”, informó el Dr. Mark Ghaly, secretario de Salud y Servicios Humanos de California. “Nos preocupa que esto continúe siendo un desafío para nuestro sistema hospitalario, y que ciertos esfuerzos para proteger realmente a California tengan que ser redoblados para que podamos sobrellevar las próximas semanas y meses”.
Muchos confían en que California está mejor equipada para aguantar una tormenta de COVID-19 este año, gracias, especialmente, a la amplia disponibilidad y despliegue de vacunas, que según funcionarios y expertos continúan ofreciendo una sólida protección contra contagios, así como enfermedades graves.
Según datos estatales, los californianos no inoculados tienen siete veces más probabilidades de estar infectados, 10 veces más posibilidades de terminar hospitalizados y 15 veces más probabilidades de morir, en comparación con sus contrapartes vacunadas.
Casi el 69% de todos los californianos ya han recibido al menos una dosis y alrededor del 62% están completamente inoculados. La campaña de vacunación pronto podría recibir un impulso adicional cuando los funcionarios de salud estatales y federales amplíen el acceso de los antígenos a los niños de 5 a 11 años. Eso permitirá que un 9% adicional de la población de California sea elegible para las vacunas.
Aun así, esa cobertura está muy por debajo del nivel que se cree necesario para brindar una protección duradera contra futuros brotes.
Incluso si solo el 32% de los californianos no están inoculados en este momento, eso sigue siendo más de 12 millones de personas. Eso es más grande que la población de la mayoría de los estados, exceptuando seis.
El aumento repentino de otoño e invierno del año pasado demuestra la rapidez con la que el virus puede salirse de control.
El 21 de octubre de 2020, el estado registró alrededor de 3.000 casos nuevos, según muestran los datos del Times. Un mes después, había 12.100. Y un mes después de eso, el total diario informado había incrementado a 58.400.
La transmisión comunitaria no volvió a descender a los niveles previos al aumento repentino hasta marzo.
“Entramos en estas próximas semanas confiando en el estado de las vacunas, así como en su protección para tantas personas, pero cautelosos y vigilantes con la guardia en alto para asegurarnos de que nuestro sistema hospitalario esté preparado, los mensajes y medidas de nuestro sistema de salud pública estén vigentes, para que podamos asegurarnos de que California supere lo que fue un período muy difícil el año pasado”, señaló Ghaly.
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