¿Podrá California evitar otro aumento de COVID-19? Gran Bretaña ofrece una sombría advertencia

Las tendencias generales de la pandemia en California parecen estar mejorando, impulsadas especialmente por la disminución de las hospitalizaciones en el sur del estado y el Área de la Bahía, aunque los hospitales en el Valle Central y el norte rural siguen bajo una fuerte presión.

Pero, tal como han advertido algunos funcionarios de salud, no se garantiza que las mejoras persistan.

A fines de julio, Gran Bretaña celebró lo que parecía ser una recuperación de su propio pico de la variante Delta, un repunte que se produjo unas seis semanas antes de que California comenzara a mostrar una caída en los casos. Sin embargo, estos volvieron a aumentar en Reino Unido.

“La advertencia aquí es de Reino Unido, donde tuvieron un patrón muy similar, con un brote que se redujo durante el verano -lo que estamos viendo ahora en el estado-, pero que luego volvió a subir”, indicó el Dr. George Rutherford, epidemiólogo de UC San Francisco y experto en enfermedades infecciosas, en un foro reciente del campus.

“Debemos tener cuidado de que esto no suceda aquí”, comentó Rutherford. “Estamos en riesgo de que ocurra. Y se necesitará un esfuerzo concertado para evitarlo”.

Las vacunas siguen teniendo un impacto útil en Gran Bretaña, que informa alrededor de 36.000 casos por día, por debajo del pico cercano a los 60.000 nuevos episodios diarios durante el brote invernal, y de 48.000 a fines de julio.

Aun así, las últimas cifras allí ilustran un repunte desde un mínimo de mediados de verano de alrededor de 25.000 casos al día a principios de agosto.

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Sep. 5, 2021

Las muertes diarias están aumentando en Reino Unido, pero aún son mucho más bajas que durante el invierno. En su pico invernal, Gran Bretaña informaba alrededor de 1.300 decesos por día durante un período semanal, antes de caer a casi cero a fines de la primavera; el país ahora tiene un promedio de 140 muertes diarias durante un lapso de siete días, según la Universidad Johns Hopkins.

California ya está en desventaja en comparación con Gran Bretaña. El Estado Dorado, aunque cuenta con una de las tasas de vacunación más altas de Estados Unidos, todavía se encuentra por detrás del récord de inmunización de Gran Bretaña. Entre los californianos de todas las edades, el 58% están completamente inoculados, mientras que, en Gran Bretaña, el porcentaje asciende al 65%.

El último modelo del Instituto de Métricas y Evaluación de la Salud de la Universidad de Washington muestra cuán incierto podría ser el futuro de California.

Actualmente, el estado informa un promedio de 100 fallecimientos por COVID-19 al día, significativamente peor que las cifras de 20 a 30 muertes por día a principios el verano, pero aún mucho mejor que las casi 550 registradas en el pico de la pandemia, en la temporada invernal.

En el escenario más probable, si las vacunas continúan distribuyéndose al ritmo actual, se espera que las muertes diarias se mantengan estables, advierte el modelo del instituto. Si más individuos usaran mascarillas, los decesos diarios disminuirían. Pero si todas las personas vacunadas dejaran de usar tapabocas y las variantes se extendieran incluso más rápido de lo esperado, las muertes diarias podrían llegar a 500 a mediados de noviembre, según el modelo del instituto.

Con la experiencia de Reino Unido, no podemos ser complacientes, tuiteó el Dr. Ashish Jha, decano de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Brown.

Las tasas semanales de casos en California siguen mejorando.

El condado de Los Ángeles no informó los números de episodios el sábado o el domingo debido a una actualización planificada en sus sistemas de procesamiento, pero la tendencia hacia el fin de semana parecía consistente con la disminución continua de estos.

Entre el 27 de agosto y el viernes pasado, los nuevos casos semanales se redujeron en un 36% en el Área de la Bahía, un 28% en el sur de California, un 27% en el área metropolitana de Sacramento, un 18% en el Valle de San Joaquín y un 15% en las zonas rurales del norte de California.

No obstante, los índices de transmisión de coronavirus siguen siendo altos, al igual que los niveles de hospitalización por COVID-19.

Los hospitales en el Valle Central y en las zonas rurales del norte de California siguen sometidos a una presión considerable y tienen las tasas más altas de ingresos por COVID-19 del estado. Por cada 100.000 residentes, el Valle de San Joaquín tiene 36 internados por el virus; en la zona rural del norte de California hay 32; y en el área metropolitana de Sacramento, 27. Por el contrario, la tasa del sur de California es de 15; la del Área de la Bahía, 12.

Algunos expertos dicen que puede ser prudente implementar medidas de emergencia por COVID-19, como mandatos de uso de cubrebocas en espacios cerrados, cuando hay cinco o más hospitalizaciones por la enfermedad por cada 100.000 residentes.

En el condado de Del Norte, en la frontera septentrional de California, más de la mitad de los pacientes admitidos en el hospital principal de Crescent City tienen COVID-19.

En el Valle de San Joaquín, una región amplia que se extiende desde Stockton hasta Bakersfield, con más de cuatro millones de personas, la capacidad disponible de la unidad de cuidados intensivos se ha mantenido por debajo del 10% durante 12 días consecutivos, y los funcionarios del condado de Fresno han advertido que están tan abrumados que podrían tener que racionar la atención médica y elegir a quién salvar.

Las UCI del condado de Fresno han estado particularmente abarrotadas en las últimas semanas, con 80 a 93 pacientes, cifras no vistas desde enero. Como los hospitales también atienden a personas con otras dolencias, el hacinamiento ha sido tan extremo que los funcionarios se vieron obligados a trasladar a los enfermos en estado crítico hasta Sacramento y el Área de la Bahía, a unas 170 millas de distancia.

Algunos expertos tienen la esperanza de que los mandatos de vacunación, así como los requisitos de inoculación o prueba, aumenten las tasas de inmunización. La semana pasada, el presidente Biden expresó que los empleados de compañías con al menos 100 trabajadores deberán inmunizarse o someterse a pruebas semanales.

En el condado de Los Ángeles, la directora de salud pública Bárbara Ferrer dijo que el ritmo de vacunación debe aumentar mucho más. No obstante, expresó su esperanza de que las órdenes concentradas ayuden, como por ejemplo la destinada a niños de 12 años o más que asisten a escuelas públicas de Los Ángeles, que en enero próximo deberán estar inmunizados para poder ingresar al campus.

“Tenemos la obligación de intentar detener la pandemia, y las vacunas son la herramienta más poderosa que tenemos”, enfatizó la funcionaria.

En todo el estado, la administración del gobernador Gavin Newsom ha ordenado, con limitadas excepciones, que los trabajadores de la salud deben estar completamente inoculados antes del 30 de septiembre. A los empleados de las escuelas de California también se les mandó vacunarse o efectuarse pruebas semanales.

Los estudios en curso continúan demostrando el poder de las dosis. Un estudio reciente publicado por los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de EE.UU evidenció que, en comparación con las personas inmunizadas, quienes no lo están en las áreas afectadas por el aumento de la variante Delta tenían 4.5 veces más posibilidades de contraer la enfermedad, 10 veces más riesgo de ser hospitalizadas con COVID-19 y 11 veces más probabiliades de morir.

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