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Cuál es la relación entre el COVID-19 y la disfunción eréctil duradera

The coronavirus is seen under a microscope.
Una imagen de microscopio electrónico muestra el coronavirus, en amarillo, emergiendo de la superficie de células cultivadas en un laboratorio.
(National Institute of Allergy and Infectious Diseases / Rocky Mountain Labs)

¿El COVID-19 puede causar disfunción eréctil duradera?

Este es ahora el tema de discusión entre médicos y expertos en salud mientras intentan comprender mejor los efectos del coronavirus. El problema se ha observado en algunos pacientes, pero los expertos coinciden en que se necesitan más estudios para llegar a conclusiones.

Algunos hombres llegan a los consultorios médicos relatando que la disfunción eréctil comenzó después de una infección por COVID-19, expuso el Dr. Ryan Berglund, urólogo de la Cleveland Clinic. Hasta hoy, solo existe principalmente evidencia anecdótica; “no conocemos la magnitud del problema en este momento”, afirmó el doctor, quien enfatizó que no está comprobado que el COVID-19 cause impotencia.

Es necesario realizar estudios de observación, dijo el especialista, y agregó que sería útil estudiar a hombres del mismo grupo etario y con un estado de salud similar para ver si las tasas de disfunción eréctil difieren dependiendo de si tienen coronavirus. “Todavía no hemos llegado a eso”, comentó Berglund.

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No sería sorprendente que el COVID-19 dañara la salud sexual masculina, consideró por su parte el Dr. Emmanuele Jannini, profesor de endocrinología y sexología médica en la Universidad de Roma Tor Vergata, quien ha escrito extensamente sobre el tema.

La disfunción eréctil podría ser un síntoma del “COVID prolongado”, destacó, una serie de síntomas que pueden durar meses después de la infección inicial. Los síntomas comunes del COVID prolongado incluyen dificultad para respirar, dolor de pecho, palpitaciones y pérdida del olfato o el gusto. Jannini sospecha que el riesgo es mayor en pacientes que sufrieron de neumonía asociada al COVID-19, algo que desencadena la inflamación de los vasos sanguíneos, específicamente, las células endoteliales que recubren los vasos sanguíneos del cuerpo.

Cuando esos vasos sanguíneos y el resto del sistema cardiovascular se dañan, pueden desencadenar disfunción eréctil, agregó. Jannini sospecha que cuando una infección por coronavirus deriva en impotencia, puede durar mucho después de que haya pasado el ataque inicial con COVID-19.

A diferencia de otros mamíferos que tienen un hueso en el pene que contribuye a una erección, en los seres humanos las erecciones se generan únicamente a través del flujo sanguíneo, indicó Berglund, específicamente se trata de una dilatación de las arterias que trae más flujo sanguíneo al pene del que puede salir.

“Por lo tanto, cualquier cosa que pueda afectar la capacidad de la arteria para administrar de manera efectiva suficiente suministro de sangre para crear una erección podría provocar disfunción”, precisó.

De la misma manera que la inflamación del músculo cardíaco, o miocarditis, puede ocurrir como consecuencia del COVID-19, es plausible que la enfermedad pueda producir impotencia.

“También son los propios vasos sanguíneos los que pueden inflamarse”, dijo Berglund, “y ello podría causar un fenómeno obstructivo e impactar negativamente la capacidad de tener erecciones”.

La disfunción eréctil duradera asociada con el COVID-19 tiene consecuencias más allá de la actividad sexual. Puede ser un indicador de una enfermedad relacionada al corazón y los vasos sanguíneos, consideró, y quienes la padecen deben informar a un médico y hacerse un examen cardíaco regular.

“Lo más preocupante aquí sería que la disfunción eréctil relacionada con la enfermedad puede ser un indicador de otra condición vascular subyacente relacionada con el COVID”, según Berglund. La enfermedad vascular se refiere a las arterias coronarias, algo que puede provocar un infarto de miocardio, comúnmente conocido como ataque cardíaco, agregó.

Aquí, en resumen, hay varias de las razones por las que el COVID-19 podría contribuir a la persistencia de la disfunción eréctil o perjudicar la salud sexual masculina:

1) La neumonía por COVID-19 causa inflamación de los vasos sanguíneos

La neumonía por COVID-19 puede hacer que los vasos sanguíneos se inflamen, lo cual lleva a un flujo sanguíneo restringido, que puede contribuir a la disfunción eréctil, señaló Jannini.

“Muy a menudo”, agregó Berglund, “el desarrollo de disfunción eréctil está relacionado con el desarrollo de una enfermedad vascular”.

Y ahora está claro que algunos pacientes con COVID-19 sufren de vasos sanguíneos inflamados, agregó.

“Este no es un problema poco común con otras infecciones virales”, según Berglund. “Es solo que la escala de esta infección viral y la gravedad de la misma probablemente han llevado a una mayor incidencia de enfermedades vasculares y condiciones vasculares inflamatorias que otras infecciones virales”.

2) La neumonía causada por COVID-19 daña los niveles de oxígeno en la sangre

La neumonía puede provocar daño pulmonar que, a la vez, puede reducir la capacidad de una persona para obtener suficiente oxígeno en la sangre, según Jannini. Eso podría comprometer la capacidad de mantener una erección.

Está bien establecido que la falta de suficiente oxígeno en la sangre puede provocar disfunción eréctil, remarcó.

3) El COVID-19 puede dañar las células que producen testosterona

Es posible que el coronavirus infecte las células de los testículos, incluidas las células de Leydig que producen testosterona, la hormona sexual masculina que afecta la libido y el deseo.

Una revisión de la literatura científica sobre las posibles formas en que se puede desarrollar la disfunción eréctil en los sobrevivientes de COVID-19, de la cual Jannini fue coautor, dice que las células de Leydig también tienen una proteína llamada ACE2, la misma que usa el coronavirus para comenzar a infectar células humanas. Las autopsias de personas que han muerto por COVID-19 muestran “una reducción significativa de células de Leydig”, según la revisión.

Berglund calificó esta hipótesis como razonable, pero no ha sido probada.

4) La pérdida del olfato puede afectar la excitación

La incapacidad para captar los olores puede reducir la capacidad de excitación, dijo Jannini.

5) La depresión y ansiedad de la pandemia pueden contribuir

Los efectos de la pandemia, incluida la pérdida de empleos y el impacto de las órdenes de quedarse en casa, también pueden afectar el estado de ánimo de las personas y contribuir a la disfunción eréctil, remarcó Jannini.

“Hay un fuerte componente emocional y psicológico para poder tener una erección, entre comillas, se debe ‘estar de humor’”, añadió Berglund.

El médico relató que sabe que algunos de sus pacientes podían tener una erección porque se despertaban con una. “Pero cuando llega el momento de tener intimidad, en realidad no pueden. Y sabemos que la enfermedad ha causado una enorme cantidad de estrés en la gente”, señaló. “Eso puede afectar su capacidad de tener erecciones”.

6) Se necesitan más estudios

Cuando las personas contraen una enfermedad, tienden a culpar a la condición por las cosas que suceden, agregó Berglund, incluso si esa no es la causa del problema.

Pero la relación plausible entre el COVID-19 y la disfunción eréctil es una razón más para que quienes no se han vacunado, lo hagan, dijo Jannini. “Vacunarse significa tener más relaciones sexuales”, bromeó. “Sugeriría que los jóvenes se vacunen: si quieren tener sexo, es mejor vacunarse”.

Para leer esta nota en inglés, haga clic aquí.

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