El testimonio contradice las afirmaciones del sheriff Villanueva sobre el manejo de los ‘Banditos’
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El sheriff de Los Ángeles, Alex Villanueva, ha promocionado repetidamente lo que comenta que fue su primer acto en el cargo en diciembre de 2018: destituir al capitán de la estación del este de Los Ángeles, donde un grupo de agentes tatuados conocidos como los Banditos realizaron atropellos y dictaron dónde serían asignados los oficiales.
“Se cambió toda la dirección de la estación este de Los Ángeles”, enfatizó Villanueva en una transmisión en las redes sociales el otoño pasado. “Y eso fue a propósito porque habían fallado en su trabajo para dirigir la estación”.
Villanueva ha informado que trasladó a 36 personas y trajo a un nuevo capitán, Ernie Chávez, para dirigir la estación y sofocar el problema de los Banditos. Pero los nuevos documentos judiciales que incluyen testimonios jurados de Chávez plantean interrogantes y, en ocasiones, contradicen las afirmaciones del sheriff.
Chávez señaló que no le comentaron por qué lo trasladaban a la estación y que nunca hizo un esfuerzo por identificar quiénes pertenecían a los Banditos. Y agregó que Villanueva no discutió con él los problemas en la estación.
“No sé quiénes son los Banditos”, declaró en marzo bajo juramento Chávez, quien ahora es comandante.
Villanueva no respondió a las preguntas sobre las discrepancias. El Departamento del Sheriff citó los litigios pendientes y se negó a comentar, aparte de decir que Villanueva “ha hecho más para abordar los problemas de la cultura organizacional que todos sus predecesores juntos”.
Se hicieron públicos extractos del testimonio de Chávez, como parte de una demanda presentada por ocho agentes que dicen que fueron acosados habitualmente por una pandilla de oficiales predominantemente latinos que tienen tatuajes similares de un esqueleto con sombrero, bandolera y pistola.
“¿Investigó a los Banditos?”, preguntó Vincent Miller, un abogado que representa a los ocho agentes, según una transcripción de los extractos de la declaración.
“No”, respondió Chávez.
Más tarde se le preguntó: “Que usted sepa, no lo trajeron para sofocar la situación de los Banditos, ¿correcto?”.
“Eso es correcto”, declaró Chávez.
También explicó que las 36 personas que fueron cambiadas de estación reflejaban traslados generales, jubilaciones o ascensos, no una respuesta a las acusaciones centradas en los Banditos.
“¿Es una declaración incorrecta del sheriff Villanueva decir que transfirió a 36 personas?”, preguntó Miller.
“Según la información que tengo, eso es incorrecto. Esas 36 personas simplemente reflejarían transferencias generales”, respondió Chávez. En ese sentido, señaló que dejó la estación del este de Los Ángeles en noviembre de 2019, después de su ascenso a comandante.
En la reunión de la Comisión de Supervisión Civil en mayo, Villanueva subrayó que la pandilla de Banditos “ya no existe” en la estación del este de Los Ángeles.
“Se han dividido de acuerdo con la ley y de manera constitucionalmente permisible”, señaló.
Pero los ocho agentes presentaron esta semana una demanda actualizada con nuevas acusaciones, incluido que los Banditos tuvieron recientemente una fiesta en la que se tatuaron 10 agentes, lo que elevó el número total de miembros a 100.
“La pandilla de Banditos ha controlado la estación del este de Los Ángeles como presos que manejan el patio de una prisión”, indica la demanda.
Los agentes que son miembros han adoptado expresiones de pandillas, señala la demanda. Cuando uno dice que una persona está “en el auto”, significa que esa persona es uno de ellos. Usan “palabra en el patio”, una frase que se utiliza para explicar lo que se dice entre los individuos en prisión, según la demanda.
La demanda señala que a los Banditos se les dan lugares de estacionamiento preferenciales en la estación y recaudan “impuestos” de los agentes jóvenes, incluso a través de una recaudación de fondos reciente para ayudar a cuatro de ellos a pagar los gastos legales relacionados con esta demanda.
Volviendo a 2016, alega la demanda, los Banditos negaron repetidamente el respaldo a los agentes demandantes en llamadas de casos peligrosos, los presionaron para que abandonaran la estación y enviaron mensajes hostiles a sus computadoras del trabajo. También señala que una vez los Banditos sacaron en secreto municiones de la escopeta de otro agente.
En septiembre de 2018, dos oficiales quedaron inconscientes en una fiesta del Departamento en un espacio para eventos llamado Kennedy Hall, indica la demanda. El incidente fue el foco de dos investigaciones internas del Departamento del Sheriff, una de las cuales, según aseguró Villanueva, terminó en la sanción de 26 empleados, así como en un informe de la Oficina del Inspector General.
La demanda actualizada cita mensajes de texto entre un grupo de oficiales después del incidente en el que uno bromea sobre el “245” en la fiesta, refiriéndose a la sección del código penal por agresión. En capturas de pantalla de los mensajes obtenidos por el Times, otros bromean sobre las pruebas, aconsejándose mutuamente “deshacerse de ellas” y “quemarlas”.
El informe del inspector general del año pasado decía que hay pruebas sustanciales de que los Banditos son “parecidos a pandillas y su influencia ha resultado en favoritismo, sexismo, racismo y violencia”.
Villanueva ha indicado que es el primer sheriff en implementar una política que prohíbe la pertenencia a grupos ilícitos.
“Una nueva política no tiene sentido si no se hace cumplir”, señaló Miller, el abogado que representa a los agentes. “Es solo una fachada, una pretensión de reforma”.
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