Algunos negocios del sur de California reabren sus puertas ante la multitud y numerosas preguntas
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El primer día de comida en el interior del local fue tranquilo en Tudor House, un histórico teatro que sirve comida en Lake Arrowhead. Antes de la pandemia, el restaurante de la era de la Prohibición podía acomodar a 60 personas a la vez para su brunch con champán. A las 11 de la mañana del domingo, solo había dos.
“No se trata de cuándo el gobierno diga que se puede abrir, sino de cuándo la gente retome la rutina de salir a los restaurantes”, dijo el propietario John Connor. “Será un proceso lento para que las personas se decidan a salir”.
Los condados de San Bernardino y Orange salieron el domingo del nivel púrpura, el más restrictivo del plan de reapertura codificado por colores de California, despejando el camino para que los restaurantes pudieran reanudar las comidas en el interior al 25% de su capacidad. El condado de Los Ángeles se unió a ellos el lunes permitiendo nuevas reaperturas.
Algunos negocios informaron de un rápido repunte.
Virginia Ramírez, anfitriona de Belgian Waffle Works en Lake Arrowhead, dijo que el comedor del popular restaurante familiar estaba abarrotado el domingo por la mañana. “Estamos muy ocupados”, expresó.
En Social Costa Mesa, un moderno restaurante neoamericano, los clientes estaban ansiosos por comer en el interior, dijo Robert García, el gerente de turno.
“El negocio está muy bien”, afirmó por encima del tintineo de la vajilla y las voces de los clientes. “No me puedo quejar. Tenemos suerte de tener lo que tenemos”.
Pero otros establecimientos dijeron que los clientes estaban tardando en regresar.
“Ahora mismo, el 90% del público ni siquiera sabe que estamos abiertos”, manifestó Connor. Dijo que las fuertes nevadas hicieron que las carpas con calefacción fueran poco prácticas para los restaurantes de la ciudad turística de montaña. Pero tenía muchas esperanzas puestas en abril, cuando tiene previsto organizar un espectáculo de teatro de suspenso.
“La mafia de Los Ángeles era dueña de la Tudor House, así que podríamos hacer un tema de Bugsy Siegel, de gánsteres”, dijo.
Sin embargo, le preocupa que el gobierno pueda volver a dar marcha atrás.
“Los restaurantes no pueden ser un yoyó: contratar personal, despedirlo, comprar comida, tirarla”, expuso Connor. “Es probable otro cierre, y el abrir al 25% no da beneficios, pero al final hay que pagar el alquiler”.
Los condados de Los Ángeles, Orange y San Bernardino se unieron a otros 10 -Contra Costa, Sonoma, Placer, Mendocino, San Benito, Tuolumne, Siskiyou, Amador, Colusa y Mono- para pasar al nivel rojo de reapertura, menos restrictivo. En los 13 condados viven 17.7 millones de californianos, lo que significa que el lunes, al incorporarse el condado de Los Ángeles a la reapertura económica, cerca del 45% de la población del estado podrá comer dentro de un restaurante, visitar un museo o tomar una clase de yoga en el interior.
Además de ofrecer comidas en el interior, los condados de la franja roja podrán reanudar las proyecciones en los cines al 25% de su capacidad, acoger de nuevo en los campus a los estudiantes de séptimo a duodécimo grado, reabrir los gimnasios al 10% de su capacidad y ampliar las restricciones de capacidad en las tiendas y bibliotecas no esenciales. Los museos, zoológicos y acuarios también pueden volver a abrir sus puertas, con un 25% de capacidad.
“Creo que se trata de una medida que ha tardado mucho en llegar”, dijo el domingo el supervisor del condado de Orange, Don Wagner. “Es un gran paso en la dirección correcta. El gobernador probablemente podría haberlo hecho antes, pero en este momento es un paso en la dirección correcta”.
Añadió que ha escuchado a una “enorme cantidad” de electores discutir sobre las dificultades económicas causadas por el virus y las normas posteriores, así como el estrés físico, mental y emocional.
Pero recientemente ha visto que eso ha cambiado.
“La gente con la que he hablado en los últimos dos días parece tener más ánimo”, dijo. “Creo que hoy en día existe un auténtico optimismo de que los peores días de la pandemia han quedado atrás”.
Aún así, algunos negocios dijeron que todavía no valía la pena una reapertura más completa.
Heidi Grunt es propietaria del 29 Palms Inn, en las afueras del Parque Nacional Joshua Tree. El parque estaba repleto de turistas con motivo de la floración primaveral, y a las 10 de la mañana del domingo, su teléfono no paraba de sonar con hambrientos aspirantes a comer en el interior.
Antes de la crisis, el hotel y el restaurante empleaban a unas 65 personas. Ahora, dijo Grunt, se han reducido a 10.
“Desde el COVID pensamos más en un sentido de complejo turístico”, expuso. “Hemos seguido ofreciendo algunas comidas a nuestros huéspedes del hotel, pero no necesariamente al público”.
Mientras algunos negocios trabajaban en una mayor reapertura, otros estaban en modo de espera, al menos durante un par de semanas más.
Los parques de atracciones pueden reabrir al 15% de su capacidad, con otras modificaciones, a partir del 1 de abril. Atracciones como Disneylandia, Universal Studios, Knott’s Berry Farm y Six Flags Magic Mountain, algunas de las cuales han reabierto para realizar eventos limitados de comida y compras, tendrán que limitar inicialmente los visitantes a los residentes de California. Los deportes al aire libre -con aficionados- y los espectáculos en vivo al aire libre también podrán reanudarse el 1 de abril, siempre y cuando cumplan con las restricciones de capacidad y venta de concesiones que varían según el nivel.
Los funcionarios de salud del condado de Los Ángeles -junto con los departamentos de salud de las ciudades de Long Beach y Pasadena- dijeron que el permiso para la reapertura de los niveles rojos entraba en vigor a las 12:01 a.m. del lunes.
El Dr. Muntu Davis, funcionario de salud del condado de Los Ángeles, comentó que la decisión de esperar hasta el lunes fue “realmente para dar a las empresas algún tiempo” para prepararse y modificar adecuadamente sus operaciones.
Otros 13 condados -San Diego, Riverside, Sacramento, Ventura, San Joaquín, Tulare, Santa Bárbara, Monterey, Kings, Sutter, Yuba, Lake y Tehama- están preparados para unirse al nivel rojo este miércoles, siempre que sus métricas de coronavirus se mantengan estables.
“Es agradable ver la esperanza en el horizonte y una sensación de normalidad que vuelve a aparecer”, manifestó el domingo la supervisora del condado de Orange, Lisa Bartlett.
Dijo que aunque es estupendo poder empezar a reabrir la economía local, está aún más emocionada por lo que significa este paso adelante.
“Pasar a la franja roja es una señal clave de que, con suerte, estamos consiguiendo superar el COVID-19”, comentó. “Las hospitalizaciones han bajado. Los índices de camas en la UCI han disminuido. Más personas se están vacunando: miles de individuos diariamente en nuestro condado”.
Eso no significa que el virus haya desaparecido, señaló: Llevará tiempo vacunar a los 3.2 millones de residentes del condado de Orange, y siguen circulando variantes más transmisibles y potencialmente más mortíferas. Medidas como el uso de mascarilla, el lavado de manos y el distanciamiento siguen siendo cruciales.
“Es muy importante, incluso después de que alguien se vacune, seguir cumpliendo con las directrices de salud y seguridad para protegerse a sí mismo y a los que le rodean”, dijo. “Todas estas son cosas importantes que hay que seguir teniendo en cuenta y cumplir mientras continuamos avanzando en la salida de la pandemia de COVID”.
Los redactores del Times Luke Money y Rong-Gong Lin II contribuyeron a este informe.
Para leer esta nota en inglés haga clic aquí
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