En Los Ángeles y Orange mejoran drásticamente las tasas de COVID, esperan noticias sobre reaperturas importantes
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Algunos de los condados más grandes de California están ahora más cerca de una reapertura económica más amplia de lo que han estado en meses, con solo un puñado de vacunas contra COVID-19 implementadas estratégicamente, y ante la inminente posibilidad de reanudar las comidas en restaurantes y dar la bienvenida a estudiantes para clases presenciales.
Según los nuevos datos estatales publicados el martes, Los Ángeles, Orange y San Bernardino, registraron tasas de casos de coronavirus lo suficientemente bajas como para permitirles escapar del nivel más estricto, o púrpura, de la ruta de reapertura de cuatro niveles de California. Sin embargo, el momento en que aterrizarían oficialmente en una categoría menos restrictiva depende de la rapidez con la que se pueda administrar la vacuna a los residentes de algunas áreas desfavorecidas.
El número mágico de dosis es 2 millones. Una vez que California haya administrado tantas dosis en las comunidades de bajos ingresos específicos, el estado relajará los criterios, lo que junto con las tasas de disminución de contagios permitirán que esos condados pasen al nivel rojo más permisivo. El objetivo de la entidad es administrar más vacunas en las áreas que se encuentran en el cuartil más bajo del índice de Lugares Saludables de California, una herramienta de medición socioeconómica.
Actualmente, los condados deben tener una tasa ajustada igual o inferior a 7.0 nuevos casos de coronavirus por día, por cada 100.000 residentes, para pasar al nivel rojo. Después de que el estado alcance su objetivo de dosis de 2 millones, lo que probablemente ocurrirá esta semana, las zonas con una tasa de casos de hasta 10 contagios diarios por cada 100.000 personas serían elegibles para esta categoría.
Como parte de este esfuerzo para abordar las desigualdades en la administración de vacunas, California ahora dedica el 40% de sus suministros disponibles para los residentes en las áreas más desfavorecidas.
Ese umbral ajustado permite a los condados suprimir más rápidamente las restricciones más estrictas relacionadas con el coronavirus en negocios y espacios públicos.
Según los criterios existentes, Los Ángeles, Orange y San Bernardino no estarían en posición de avanzar desde el nivel púrpura esta semana.
Sin embargo, debido a que los tres han registrado tasas de menos de 10 casos nuevos por día por cada 100.000 personas durante las últimas dos semanas, parece que se les permitirá moverse poco después de que la entidad supere su obstáculo de vacunación.
“Tenemos entendido que, dentro de las 48 horas posteriores a que el estado anuncie que se ha cumplido con los objetivos de la vacuna, Los Ángeles, junto con otros condados con tasas de casos calificadas, pasarían al nivel rojo”, informó la directora de salud pública de Los Ángeles, Bárbara Ferrer, a la Junta de Supervisores del condado el martes.
California está a unas 103.000 dosis por debajo de su objetivo, según los últimos datos estatales disponibles.
Las tasas promedio de casos de coronavirus publicadas más recientemente, que se ajustan según la cantidad de pruebas realizadas, fueron 5.2 en Los Ángeles, 6.0 en Orange y 6.7 en San Bernardino.
Hace un mes, las tasas de casos eran 31.7 en Los Ángeles, 29.7 en Orange y 32.7 en San Bernardino.
Otras áreas del sur de California han experimentado caídas igualmente pronunciadas, y también se están acercando a un posible movimiento hacia el nivel rojo. Las últimas tasas de casos tabuladas por el estado fueron 8.3 para Riverside, 8.8 para San Diego, 9.7 para Santa Bárbara y 9.1 para Ventura.
Sin embargo, todos esos condados necesitarían registrar tasas de casos por debajo de 10 durante otra semana a fin de ser elegibles para avanzar bajo los criterios relajados del estado.
Aunque el nivel rojo es el segundo más estricto del plan de reapertura de California, alcanzar esa categoría brinda oportunidades mucho más amplias para que se reanuden los negocios y otras actividades.
Las zonas en el nivel rojo pueden permitir las comidas en interiores de restaurantes y que las salas de cine vuelvan a abrir al 25% de su capacidad, o hasta 100 personas, lo que sea menor. También se permitiría reanudar las clases presenciales para los estudiantes del séptimo al duodécimo grado.
Los gimnasios, los estudios de danza y yoga pueden abrir al 10% de su capacidad. Los museos, zoológicos y acuarios pueden reanudar en interiores al 25% de aforo, y las tiendas y bibliotecas no esenciales pueden hacerlo al 50% de afluencia, en comparación con el 25%.
Los funcionarios estatales también anunciaron la semana pasada que los parques de diversiones serán elegibles para reabrir con restricciones en los condados de nivel rojo, a partir del 1 de abril, lo que significa que las atracciones cerradas durante mucho tiempo, como Disneyland, Universal Studios, Knott’s Berry Farm y Six Flags Magic Mountain, en el sur de California, podrían estar a pocas semanas de recibir nuevamente a los visitantes.
La capacidad se limitará al 15% para los parques en los condados que están en el nivel rojo, y el límite aumentará al 25% una vez que se progrese a anaranjado y al 35% al llegar al nivel más indulgente, el amarillo. La asistencia se limitará a los visitantes del estado.
Sin embargo, las reglas de la entidad sirven solo como un punto de referencia. Los condados tienen el poder de imponer restricciones adicionales, lo que significa que no es un hecho que una región reabrirá por completo inmediatamente después de que cumpla con los requisitos estatales.
En Los Ángeles, por ejemplo, Ferrer indicó que “estamos analizando de cerca la ciencia para comprender qué prácticas ayudan a reducir la transmisión comunitaria de COVID-19”.
Asimismo, señaló que todos deben permanecer “extraordinariamente cautelosos, porque ya hemos pasado por esto antes”, aparentemente caminando por un camino esperanzador solo para ver el rebote del coronavirus con una intensidad feroz.
“No nos volvamos a poner en una situación de riesgo que detenga una vez más nuestro progreso”, comentó. “Pero lo más importante es que este es realmente el momento de mantenernos vivos para que podamos vacunar a todos”.
Queda por ver si Los Ángeles puede optar por postergar ciertas actividades, como comidas en el interior de los restaurantes, pero algunos funcionarios del condado dijeron que creen que la región haría bien en seguir las pautas del estado.
“Creo que causaría confusión hacer algo diferente a eso en este momento, y, probablemente, mucha ira, porque hay bastantes lugares que realmente han sufrido”, comentó el martes la supervisora Janice Hahn.
La supervisora Kathryn Barger señaló que le preocupaba que tener una serie de reglas diferentes pudiera alentar los “viajes a través del condado para participar en distintas actividades”.
“Tengo la esperanza de que podamos alinearnos con las reglas del estado para que nuestros residentes puedan ver el camino claro a seguir, nuestros negocios no están en desventaja”, comentó.
Incluso sin cambios en los umbrales de los niveles, nueve condados fueron autorizados a pasar a una categoría menos restrictiva esta semana. Seis (Alameda, Butte, Calaveras, Imperial, Santa Cruz y Solano) pasaron del púrpura al rojo.
Mariposa y Plumas pasaron del nivel rojo a la siguiente categoría naranja, mientras que Alpine alcanzó el nivel amarillo.
La progresión de los condados de un nivel a otro encaja con la superación de California de su devastadora ola de coronavirus de otoño e invierno.
Durante la última semana, la entidad informó un promedio de 4.270 nuevos casos de coronavirus por día, una disminución del 37% con respecto a hace dos semanas, según datos compilados por el Times.
“Hemos vuelto a los números de casos diarios que ahora son lo que llamamos nuestros niveles previos al aumento, y esta es una noticia maravillosa”, señaló Ferrer. “Pero es de vital importancia recordar que las continuas disminuciones no son inevitables”.
El número de pacientes con COVID-19 en los hospitales de California también se ha desplomado, llegando a 3.766 el domingo, con 1.065 en unidades de cuidados intensivos. Ambas cifras son las más bajas desde mediados de noviembre.
Junto con el umbral de dosis inminentemente alcanzable de 2 millones, los funcionarios estatales han establecido un objetivo adicional de administrar un total de 4 millones de inyecciones de la vacuna contra COVID-19 a los residentes de las comunidades seleccionadas.
Una vez que eso suceda, el estado reescribirá aún más su plan de reapertura para facilitar que los condados ingresen a los niveles naranja y amarillo.
El umbral para progresar a nivel naranja se relajaría, de un requisito de menos de 4.0 casos nuevos diarios por 100.0000 residentes, a menos de 6.0. Entrar en el nivel amarillo requeriría una tasa de casos por debajo de 2.0 por día, por cada 100.000 personas, en comparación con el requisito actual de menos de 1.0.
No está claro cuánto tiempo llevará alcanzar la marca de 4 millones de dosis. Durante la última semana, los proveedores en todo California han administrado un promedio de 203.566 dosis diarias en todo el estado, según muestran los datos del Times.
El gobernador Gavin Newsom dijo el lunes que la entidad está viendo “más y más progreso todos los días a medida que reabrimos nuestra economía y nuestras escuelas de manera segura para la enseñanza pública en persona”.
“La luz es realmente brillante al final de este túnel”, expresó durante una sesión informativa en el condado de Tulare.
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