Si desea saber por qué los funcionarios de salud pública están tan nerviosos sobre cuánto empeorará la pandemia de COVID-19 a medida que avanza la temporada navideña, considere lo que sucedió después de una boda pequeña que se llevó a cabo este verano, en la zona rural de Maine.
Solo 55 personas asistieron a la boda del 7 de agosto, en el Big Moose Inn, en Millinocket. Pero uno de esos invitados llegó con una infección de coronavirus. Durante los siguientes 38 días, el virus se propagó a otras 176 personas, siete de las cuales murieron.
Ninguna de las víctimas fatales había asistido a la fiesta.
En un nuevo informe, investigadores del Centro de Maine para el Control y la Prevención de Enfermedades explican cómo una celebración bien intencionada con familiares y amigos terminó causando tanto sufrimiento y muerte en todo el estado, en tan poco tiempo.
Aunque la pandemia tenía 5 meses cuando fue la boda, pocos de los que se encontraron frente al virus tomaron las precauciones que podrían haber reducido su riesgo de infección. Esa indiferencia hacia las pautas de salud pública parece haber jugado un papel clave para hacer de la boda un evento de superpropagación, según el informe.
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Es algo para tomar en cuenta cuando escuche a los funcionarios de salud instar a los miembros del público a suspender sus tradiciones navideñas este año. A medida que observa los detalles del brote, imagine intercambiar la “cena de Acción de Gracias” o la “fiesta de Navidad” en lugar de esta “boda” y vea si se altera su forma de pensar sobre sus propios planes de vacaciones.
Esto fue lo que sucedió:
6 de agosto
Una pareja viajó de California a Maine para casarse en una iglesia en el este de Millinocket. La fiesta se llevaría a cabo a unas 16 millas de distancia en esta zona, una ciudad en el condado de Penobscot de unos 4.500 residentes. Cinco miembros de la familia del novio llegaron con ellos.
En ese momento, la ciudad no había registrado ni un solo caso de COVID-19. Los visitantes mantuvieron viva esa racha: los siete dieron negativo para el coronavirus poco después de llegar al estado.
7 de agosto
La pareja celebró la fiesta de su boda en una sala de eventos en el Big Moose Inn. Aunque Maine prohibió las reuniones en interiores de más de 50 personas, asistieron 55 invitados. Estaban sentados alrededor de 10 mesas, en grupos de cuatro a seis individuos.
Los empleados del hotel tomaron la temperatura de cada invitado. Nadie tenía fiebre.
Los letreros colocados informaban que debían usar cubrebocas, pero “los invitados no cumplieron”, según el informe. También ignoraron el consejo de permanecer al menos a seis pies de distancia de personas que no eran miembros de su propio hogar.
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Todos los empleados del Big Moose Inn usaron cubrebocas.
8 de agosto
Uno de los invitados a la boda tuvo “fiebre, secreción nasal, tos y fatiga”, según el informe. Esa persona que vivía en Maine y se hizo conocido como “el paciente índice” fue examinado más tarde para detectar una infección por coronavirus.
10 de agosto
Un músico que había tocado durante la recepción contrajo tos. No obstante, esta persona asistió a una reunión en persona en una escuela en Millinocket.
11 de agosto
Un trabajador del Maplecrest Rehabilitation and Living Center, un centro de atención a largo plazo a 100 millas de Millinocket en Madison, Maine, contrajo “fiebre, escalofríos, tos, mialgia, secreción nasal y dolor de cabeza” —todos síntomas consistentes con COVID-19. El hijo de este trabajador había asistido a la recepción de la boda, y los dos habían estado en estrecho contacto en los días posteriores. A pesar de tener signos evidentes de enfermedad, el empleado de Maplecrest fue a trabajar ese día y el siguiente.
13 de agosto
Llegó el resultado de la prueba de coronavirus para el paciente índice. Fue positivo.
El trabajador de Maplecrest fue examinado para detectar una infección de coronavirus.
14 de agosto
En el transcurso de una semana, 24 personas del condado de Penobscot que habían asistido a la boda dieron positivo por coronavirus. En respuesta, el Centro de Maine para el Control y la Prevención de Enfermedades, o MeCDC, inició una investigación del evento.
Uno de los invitados a la boda tuvo tos, dolor de garganta, secreción nasal, dolores musculares y pérdida del sentido del gusto. Esta persona trabajó a más de 200 millas de distancia en la cárcel del condado de York.
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Mientras tanto, un miembro del personal de la escuela que había estado en contacto con el músico fue diagnosticado con COVID-19.
15 de agosto
El empleado de la cárcel del condado de York laboró un turno de ocho horas, a pesar de tener síntomas de COVID-19. Fue el primero de cinco días consecutivos de trabajo para el empleado, que pasó tiempo en dos “unidades de vivienda de instalaciones correccionales” distintas.
17 de agosto
Otro miembro del personal de la escuela fue diagnosticado con COVID-19.
Todos los empleados de la escuela que habían estado expuestos al músico, o cualquiera de las dos personas que el músico infectó posteriormente, entraron en cuarentena o aislamiento. Como resultado, las escuelas locales tuvieron que retrasar dos semanas su primer día de clases.
Millinocket-area students were supposed to go back to school in early September. Now schools are delaying in-person learning because of the wedding-related coronavirus outbreak, which has been linked to 85 cases. https://t.co/868o4gYTFU via @bangordailynews@Eeshapendharkar
La prueba de coronavirus para el trabajador del centro de atención a largo plazo de Maplecrest resultó positiva.
19 de agosto
Todos los residentes y el personal de Maplecrest fueron examinados para detectar el coronavirus.
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El invitado a la boda que trabajaba para la cárcel del condado de York fue diagnosticado oficialmente con COVID-19. También otros tres empleados del lugar. Los funcionarios del MeCDC comenzaron una investigación sobre el brote de la cárcel.
20 de agosto
El número de infecciones confirmadas relacionadas con la boda aumentó a 30. Incluyendo a 27 de los 55 invitados a la boda (el 49% de los asistentes), así como al músico, un miembro del personal del hotel, y un cliente que no estaba allí para la boda.
Después de un tiempo, los funcionarios de salud determinaron que los invitados que se infectaron en la recepción transmitieron el virus a otras 17 personas, quienes a su vez lo transmitieron a otros 10 individuos.
En general, el 90% de las personas relacionadas con el brote de la recepción de la boda desarrollaron síntomas de COVID-19. Cuatro personas —todas de al menos 75 años y con afecciones médicas subyacentes— terminaron en el hospital. Ninguno de ellos había asistido a la boda.
Uno de los pacientes hospitalizados falleció.
21 de agosto
El MeCDC inició una investigación del centro de atención a largo plazo de Maplewood.
1 de septiembre
Al iniciar septiembre, 18 empleados de la Cárcel del Condado de York dieron positivo por coronavirus. Cuarenta y seis reclusos también habían dado positivo por el virus.
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4 de septiembre
Funcionarios del MeCDC y el Departamento de Correcciones de Maine visitaron la cárcel de York y descubrieron que, a pesar de la magnitud del brote, “la instalación no había implementado la detección diaria de síntomas para los miembros del personal ni había impuesto el uso regular de cubrebocas”.
Finalmente, el invitado a la recepción de la boda que labora en la cárcel inició una cadena de transmisión que provocó 82 infecciones adicionales. El MeCDC dijo que el 42% de los trabajadores de las instalaciones correccionales contrajeron el virus, al igual que el 41% de los reclusos. El brote también se extendió a los hogares del personal de la cárcel, infectando a 16 de sus “contactos domésticos”.
La mayor parte de estos casos —76%— involucraron a personas de 30 a 59 años. Aunque el 83% de los miembros del personal que se infectaron desarrollaron síntomas de COVID-19, solo el 23% de los reclusos se enfermaron.
Ninguna de las personas relacionadas con el brote de la cárcel fue hospitalizada ni murió.
11 de septiembre
La investigación en el centro de atención a largo plazo de Maplewood reveló infecciones por coronavirus en 24 de los 44 residentes (eso es el 55%), y en 14 de los 76 empleados (que es el 18%).
Dos tercios de los residentes de la instalación tenían al menos 75 años y el 88% de ellos padecía al menos una condición médica preexistente que podría haberlos hecho más vulnerables al virus.
Finalmente, seis de los residentes murieron de COVID-19. Todos tenían al menos 60 años y una condición médica preexistente.
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Al final, 177 personas estaban infectadas y siete de ellas murieron.
Para los funcionarios de salud de Maine que redactaron el informe, las lecciones son claras: use un cubrebocas. Practique el distanciamiento social. Y por favor, no vaya a trabajar cuando esté enfermo.
“Las reuniones comunitarias como bodas, fiestas de cumpleaños, eventos religiosos y funerales, tienen el potencial de ser eventos de superpropagación del SARS-CoV-2”, recuerdan a los lectores. Y el riesgo es mayor cuando las personas se reúnen en el interior, agregaron, algo que probablemente ocurra durante las vacaciones de invierno próximas.
Los hallazgos aparecen en la edición del viernes del Informe Semanal de Morbilidad y Mortalidad, una publicación de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de EE.UU.
Karen Kaplan covers science and medical research for the Los Angeles Times. She has been a member of the science team since 2005, including 13 years as an editor. Her first decade at The Times was spent covering technology in the Business section as both a reporter and editor. She grew up in San Diego and is a graduate of MIT and Columbia University.