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Residentes de Monrovia se preparan para lo peor, ya que los vientos y el fuego se dirigen hacia ellos

An L.A. County fire protection crew surveys a residential area in Duarte on Tuesday amid a threat from the Bobcat fire.
Miembros de un equipo de protección de estructuras contra incendios del condado de Los Ángeles inspeccionan una residencia en Brookridge Road en Duarte el martes ante la amenaza del incendio Bobcat.
(Irfan Khan / Los Angeles Times)

El camión de bomberos verde se dirigió a Ridgeside Drive en Monrovia, pasando una hilera de casas de dos pisos y con algunos residentes conversando afuera de sus casas.

Entre ellos estaba Cliff Armstrong, un vendedor por cable de 60 años, que ha vivido en el barrio de Cloverleaf Canyon durante 21 años. Dijo el martes que nunca había visto tantos bomberos moviéndose por la zona.

Más temprano ese día, Armstrong estaba viendo a los helicópteros sumergir grandes cubos en una cuenca de agua y miró camiones de bomberos pasando por la calle durante los últimos dos días.

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“Nunca había visto este nivel de preparación”, dijo.

“Y diferentes agencias preparándose para lo peor”, señaló su vecino.

“He visto camiones de Alhambra, Santa Ana, San Bernardino y San Marino también”, expuso Armstrong. “Me pregunto si están anticipando que no habrá mucho apoyo aéreo”.

Una capa marina había ayudado a frenar el fuego Bobcat en el Bosque Nacional de los Ángeles la noche anterior, pero también evitó que las tripulaciones aéreas lanzaran agua al fuego Bobcat.

Los directivos de incendios forestales temen que los vientos de Santa Ana puedan empujar el fuego hacia el barrio del Cañón Cloverleaf y otras comunidades de las estribaciones que se encuentran a lo largo de las montañas de San Gabriel.

Con una contención del 0%, el fuego ha quemado 8.553 acres, casi duplicando su tamaño desde el lunes.

“La gran preocupación es el modelo meteorológico, que prevé la presencia de vientos de Santa Ana”, dijo el representante del Bosque Nacional de los Ángeles, John Clearwater, “y existe la posibilidad de que ese fuego sea empujado hacia el sur. Al sur de la línea de fuego están numerosas comunidades de las estribaciones”.

Las ciudades cercanas de Arcadia, Duarte y Sierra Madre también están instando a los residentes a permanecer en estado de alerta.

Los residentes como Armstrong dicen que si se ven obligados a evacuar sería la primera vez que tendrían que huir de sus casas. Los incendios han ido y venido por esta área, incluyendo el gran incendio de Station en 2009.

Armstrong reveló que se quedó para rociar con agua su casa durante ese incendio.

“No creo que me arriesgue esta vez”, dijo.

Los vecinos han comenzado a empacar sus pertenencias y a mover sus vehículos a las casas de amigos que viven lejos de las montañas o en otras ciudades. Comparten consejos entre ellos sobre cómo defender mejor sus hogares de un incendio.

Fuera de sus casas, Armstrong y su vecino hablan de esos esfuerzos. Su vecino le dice que ha quitado todos los cojines del patio y las alfombras del suelo, todo lo que sea combustible.

“Oh, claro, claro. Bueno, espera un minuto”, dijo Armstrong. “Tengo un garaje lleno de papel higiénico y toallas de papel debido al COVID”.

Se rió.

“¿Recuerdas que fue difícil de encontrar? Tengo un montón de papel en el garaje”.

La mayoría de los residentes aquí dicen que confían en que los bomberos protegerán sus hogares. Hasta ahora han estado patrullando el área sin parar.

Una mujer de Oakglade Drive, que se negó a dar su nombre por motivos de privacidad, relató que ha vivido en el vecindario de Cloverleaf Canyon durante más de 40 años. Comentó que a pesar de los incendios que han amenazado el área, ha sido bendecida con suerte. Un incendio que alcanzó la cresta del cañón detrás de su casa se volvió menos amenazador cuando los vientos amainaron. El fuego se extinguió, dijo.

“Creo que estoy bendecida”, manifestó. “Ya estoy bendecida por vivir aquí”.

“Además, los bomberos han estado trabajando sin parar”, añadió.

De vuelta en Ridgeside Drive, todo el escenario le parece surrealista a Armstrong. El viernes, su suegro murió. Su hijo estaba a punto de comenzar cursos universitarios en línea mientras anticipaba tener que evacuar. Armstrong dijo que al principio pensaba alquilar una habitación de hotel pero le preocupaba el coronavirus.

“No hay nadie en nuestra oficina en Glendale, e iba a ir allí con sacos de dormir”, reveló.

Pero teniendo familia en el norte, dijo que se quedaría en la casa de su cuñada en Chino Hills por el momento.

“2020 es un año que entrará en los libros de la historia”, concluyó.

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