Columna de adictos y adicciones: Historia de Miriam
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“Quiero compartir mi experiencia: Actualmente tengo 28 años de edad, vivo con mis padres y nunca he tenido un trabajo de verdad; tal vez por ser mujer y la menor de cinco hermanos varones, siempre he vivido bajo la tutela de mi familia”.
“Hace cuatro años empecé a consumir cocaína. Al principio era solo los fines de semana y nada más cuando andaba de fiesta, -que era muy seguido- después se convirtió en algo cotidiano, un día sí y otro también; pasaba tres o cuatro días de fiesta o acostada en mi cama, completamente drogada”.
“Cuando la cocaína dejó de hacerme sentir bien, comencé a consumir cristal, así duré casi dos años, destruyéndome y destruyendo a mis padres y mis hermanos, quienes me ofrecían todo tipo de consejos y soluciones, mismas que yo jamás quise escuchar”.
“Para calmar los ánimos y demostrar que podía controlar mi adicción y mantenerme por mí misma, me fui a vivir con unas amigas, quienes me introdujeron a un estilo de vida donde ganaba mucho dinero saliendo con hombres mayores que yo. Está de más mencionar que tuve una vida promiscua y desordenada”.
“No me detendré en detalles, pero poco a poco empecé a perder mis encantos y fui bajando de categoría, hasta sumirme en un mundo obscuro y delirante”.
“Hace cuatro meses tuve una sobredosis, de la cual afortunadamente logré sobrevivir. Solo recuerdo que me desvanecí y me cuentan que empecé a gritar y golpearme, pero yo no me acuerdo de nada. Agradezco a Dios que viví para contarlo, el médico nos dijo que me salvé gracias a las convulsiones, por eso mi corazón no se detuvo”.
“A partir de ese susto, entendí que no es la vida que quiero y que merezco, encontré ayuda en mis padres, mis hermanos y en Dios. Actualmente tomo terapia con un psiquiatra que me está ayudando con las secuelas de mi adicción, asisto a un grupo de 12 pasos y estoy más apegada a Dios. No canto victoria, pero cada día es mejor, aunque aún sigo escuchando voces y tengo dificultades con la memoria”.
“Espero que les sirva de algo lo que les comento, y si son activos, le pido a Dios, que puedan salir pronto de ese vicio que solo destroza la vida”.
Agradezco a Miriam, su confianza y sus palabras. Estoy segura que con la ayuda de Dios y su familia, nuestra amiga podrá superar su adicción y retomar su vida.
Escríbame, su testimonio puede ayudar a otros. Todos los nombres han sido cambiados.
Los efectos del cristal regularmente tienen una duración de entre 6 y 8 horas, sin embargo, estos podrían durar hasta 24 horas. Algunos de los efectos a corto plazo son:
- Pérdida del apetito
- Aumento del ritmo cardíaco, de la presión sanguínea y de la temperatura corporal
- Dilatación de las pupilas
- Trastornos del sueño
- Náuseas
- Comportamiento extraño, errático y violento
- Alucinaciones
- Hipersensibilidad
- Irritabilidad
- Pánico y psicosis
- Convulsiones
- Ataques
- Muerte por sobredosis
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