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ICE dijo que un hombre de 74 años era demasiado peligroso para liberarlo y muere de aparente suicidio

Tal como lo ve la familia de Choung Woong Ahn, el inmigrante surcoreano de 74 años no debería haber estado en el Centro de Procesamiento de ICE de Mesa Verde antes de morir.

Los abogados de Ahn habían presentado tres solicitudes para su liberación en medio de la pandemia de coronavirus. Todas fueron rechazadas, la más reciente por un juez de distrito de Estados Unidos el 13 de mayo. El domingo murió por suicidio.

Desde la perspectiva del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas, Ahn estaba exactamente donde debería haber estado.

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Pasó ocho años en la prisión estatal de Solano en Vacaville por intento de asesinato con arma de fuego. Después de que cumplió su condena, fue transferido al centro de detención de inmigrantes en Bakersfield en febrero para los procedimientos de deportación.

El historial criminal de Ahn lo convirtió en una gran amenaza pública para ser elegible a la liberación, según ICE. El portavoz Jonathan Moor expuso que ICE ha pasado por un proceso deliberativo en relación a COVID-19 “para asegurarse de que sólo las personas que absolutamente necesitan estar detenidas” permanezcan allí.

Ahn, quien llegó a EE.UU desde Corea del Sur como residente permanente en 1988, tenía problemas de salud, como cáncer de pulmón, diabetes, hipertensión y antecedentes de ataques cardíacos, reveló su familia. Dijeron que mantener a un hombre de su edad y con sus enfermedades bajo custodia era cruel, mientras que el COVID-19 ataca a numerosas personas en esas instituciones.

Las instalaciones correccionales y de detención son particularmente vulnerables a los brotes. Más de 900 presos en una prisión federal en Lompoc contrajeron el virus, el peor brote en el sistema penitenciario federal. En San Diego, 151 internos en el Centro de Detención de Otay Mesa han dado positivo y uno ha fallecido, el mayor brote en el sistema de detención de inmigrantes. Aún no se han confirmado casos en Mesa Verde.

Justo antes de una audiencia programada en la corte de inmigración la semana pasada, Ahn fue llevado a un hospital local por dolor de pecho severo, donde dio negativo para COVID-19. Regresó a Mesa Verde la noche siguiente.

Young Ahn, de 66 años, comentó que su hermano pidió que lo devolvieran a la población general, pero le dijeron que debía permanecer en cuarentena durante 14 días. En protesta, comenzó a rechazar las comidas.

Choung Woong Ahn tenía antecedentes de intentos de suicidio, según un documento judicial y su abogado.

“Si sabían que tenía una mente suicida, entonces no debío ser puesto en una habitación de aislamiento solo”, dijo Young Ahn.

Choung Woong Ahn llamó a su hermano varias horas antes de su muerte. Hablaron de prepararse para su audiencia en la corte, que había sido reprogramada para el martes. Le dijo a Young Ahn: “Hablaré contigo mañana”.

Según una declaración judicial, Choung Woong Ahn disparó a dos hombres que acudieron en ayuda de una mujer a la que golpeó y amenazó con matar en un negocio de lavandería. La bala falló y se alojó en una pared. Los agentes del alguacil calificaron el incidente en octubre de 2011 como relacionado con la violencia doméstica.

“Estas son detenciones obligatorias basadas en lo que el Congreso nos ha esbozado, incluido el caso del Sr. Ahn”, manifestó Moor. “Basado en la naturaleza de su arresto, esa fue la razón principal de su permanencia en la cárcel”.

Pero la abogada de Choung Woong Ahn, Priya Patel, del Centro Legal, señaló que su muerte es un fallo sistémico por parte de ICE, la compañía de prisiones privadas GEO Group, que administra las instalaciones, y los funcionarios de California que supervisan los centros de detención.

Patel dijo que pensó, dada su edad y problemas médicos, que el juez federal estaría de acuerdo con su perspectiva sobre su caso.

Agregó que él había expresado su temor de contraer coronavirus. Había estado viendo las noticias y sabía lo peligrosa que era la situación y que era vulnerable.

“Hubo muchas, muchas maneras en que podría haberse evitado”, destacó. “En un nivel micro, no debería haber sido puesto en segregación. A nivel macro, debió haber sido liberado”.

ICE declaró que la muerte está bajo investigación.

“ICE está firmemente comprometido con la salud y el bienestar de todos los que están bajo su custodia y lleva a cabo una revisión exhaustiva de este incidente en toda la agencia, como lo hace en todos los casos”, manifestó Moor.

Young Ahn relató que su hermano terminó la escuela preparatoria en Corea del Sur y trabajó como desarrollador inmobiliario hasta que un proyecto limitado por el gobierno y su negocio se derrumbaron. Unos años más tarde, su hermana mayor le pidió que se uniera a ella en California, donde se dedicó a vender equipaje en los mercados ambulantes.

Otra hermana que vive cerca de San José visitó a Choung Woong Ahn casi todos los fines de semana después de ir a prisión. Hace dos semanas, ICE había solicitado su dirección y número de teléfono para mantenerlo en el archivo.

Ella había arreglado que él viviera con ella y le compró ropa y zapatos en caso de que fuera liberado durante la pandemia. Pero Young Ahn comentó que la familia también había comenzado una planificación a largo plazo para su deportación y ver la forma de ayudarlo a reasentarse en Corea del Sur.

Young Ahn dijo que está enojado por la forma en que murió su hermano.

“Algunas personas dicen: ‘Bueno, él tenía antecedentes penales’. Pero pagó lo que debía, ¿de acuerdo?”, enfatizó. “Cumplió su condena. Tenía mucho remordimiento, mucho arrepentimiento”.

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