¿Qué hacer cuando no podemos pagar la factura del hospital? Defendernos
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Frances Edwards tiene seguro, pero el costo del tratamiento médico agotó sus ahorros después que se le diagnosticara un melanoma en etapa III, en octubre de 2016.
A principios de 2019, debía $6400 por sus dos primeros tratamientos del año contra el cáncer, y sabía que no podría pagarlos.
“Dije: ‘Dios mío, ¿cómo voy a hacer esto?’”, recordó Edwards, de 74 años, quien vive en Cambria, en la Costa Central de California. Cada cinco semanas, Edwards conduce 450 millas, ida y vuelta, para recibir tratamiento en el Norris Comprehensive Cancer Center de la Universidad del Sur de California en Los Ángeles.
Habló de las facturas con su oncólogo y éste la remitió a alguien cuyo trabajo es ayudar a pacientes con dificultades económicas. Este profesional consiguió que la asistencia financiera pague los costos del tratamiento que no están cubiertos por el plan de Medicare de Edwards.
“Esto me ha dado una gran tranquilidad”, dijo Edwards.
Sin embargo, no todos los hospitales ofrecen ayuda tan fácilmente.
La ley federal exige que los hospitales sin fines de lucro proporcionen atención gratuita o con descuento a las personas de ingresos limitados a cambio de mantener su estatus de exentos de impuestos. Pero un análisis de Kaiser Health News encontró que casi la mitad de ellos facturan habitualmente a los pacientes que califican para tal asistencia, y a veces los acosan con cobradores de deudas o con demandas legales.
La ley de California es más amplia que la ley federal, y establece criterios de ayuda financiera que se aplican a todos los hospitales, no solo a las instituciones sin fines de lucro. Pero eso no significa que todos los hospitales estén ansiosos por ayudar.
“Muchas personas que piensan que no califican sí lo hacen, pero los hospitales no se lo comunican”, señaló Gary Ko, fundador y presidente de California Medical Billing Advocates, una nueva organización sin fines de lucro que ayuda a pacientes, de forma gratuita, a negociar sus facturas médicas.
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Así que hay que defenderse.
El costo de la atención médica es una carga financiera cada vez mayor, incluso para las personas con seguro. Esto se debe en parte a un aumento significativo en el número de inscritos en planes de salud con altos deducibles, y en los montos de los deducibles, que pueden superar los $6000 anuales para individuos.
Pero los más de 28 millones de residentes de Estados Unidos —incluyendo unos 3 millones en California— que carecen de seguro son los más afectados: Los hospitales a menudo les cobran precios de venta al público, que son mucho más altos que las tarifas negociadas por las aseguradoras.
Más de la mitad de los californianos se han saltado un tratamiento debido al costo, y entre los que lo hicieron, más del 40 por ciento dijo que su condición había empeorado, según una encuesta publicada en febrero por la California Health Care Foundation. (California Healthline es una publicación editorial independiente de la California Health Care Foundation).
¿Y qué pasa si el ingreso en un hospital o un tratamiento en un centro ambulatorio resulta en facturas médicas que no puedes pagar?
“En primer lugar, no te apresures a pagar”, recomendó Steven Corn, un defensor certificado de pacientes en Los Ángeles que ayuda a la gente a negociar descuentos en sus facturas médicas.
Probablemente tienes más tiempo del que piensas, y si un hospital o clínica empieza a preocuparse ante la posibilidad de no poder cobrar ni un centavo, podría aceptar cantidad menor.
La ley de California exige que los hospitales proporcionen atención gratuita o con descuento a los pacientes sin seguro médico que ganan hasta 3,5 veces el nivel de pobreza federal ($44 660 al año para un individuo, $91 700 para una familia de cuatro). También les exige que ayuden a las personas con seguro en ese umbral y que han tenido que hacer frente a gastos médicos de su bolsillo en los 12 meses anteriores que superan el 10 por ciento de sus ingresos.
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Algunos hospitales tienen umbrales de ayuda más generosos, aunque a los hospitales rurales con dificultades se les permite tener umbrales más estrictos.
Los hospitales deben publicar en internet sus políticas de atención de beneficencia e informar a los pacientes sobre cómo solicitarlas mediante la publicación de avisos y la entrega de la información por escrito a los pacientes no asegurados. También puedes encontrar las políticas y formularios de solicitud de todos los hospitales de California en el sitio web de la Office of Statewide Health Planning and Development (https://syfphr.oshpd.ca.gov/).
Si tienes dificultades para pagar una factura médica, aunque no cumples con las pautas de ingresos, solicita ayuda de todos modos. Los hospitales pueden ayudarte en base a tus circunstancias. Y muchos aceptarán al menos un plan de pago mensual sin intereses.
Cuando busques ayuda, deberás presentar información detallada sobre tus finanzas, así que asegúrate de que tus documentos estén en orden.
Pero ten en cuenta que cualquier ayuda financiera de tu hospital solo cubrirá lo facturado por el propio hospital. Es probable que incurras en gastos adicionales de los médicos afiliados u otros proveedores, y es posible que tengas que tratar por separado con sus oficinas de facturación.
Si pides ayuda con la factura, asegúrate de hacer los deberes. La ley de California no especifica la cantidad que un hospital debe descontar de su factura, y a menudo puede ser una cuestión de negociación.
Comienza por pedir al hospital o al consultorio del médico una lista detallada de cada servicio prestado y los montos cobrados, y asegúrate de que realmente recibiste todos esos servicios.
“La mayoría de las facturas tienen algunos errores obvios”, apuntó Corn.
AnnMarie Quintaglie McIlwain, CEO de Patient Advocators, con sede en Summit, Nueva Jersey, cuenta que un cliente recibió una factura que le cobraba por un transplante de médula ósea que no recibió. Fue un error de codificación, dice McIlwain, y al corregirlo se le descontaron $250,000 de la factura.
Otro paso crucial —si se tiene seguro— es comprobar que el plan de salud ha pagado toda la parte que le corresponde. Si te sometes a una cirugía y recibes facturas de varios proveedores, es posible que alcances tu deducible con solo una de las facturas, pero los otros no lo sabrán. Pídeles que vuelvan a presentar sus facturas a tu aseguradora.
Si se necesita ayuda externa para tratar con el hospital o la clínica, hay opciones. Podrías contratar a un defensor profesional del paciente, que normalmente cobra un porcentaje de lo que te ahorra. Si decides seguir ese camino, puedes encontrar defensores de pacientes en tu área en el sitio web de la Alliance of Professional Health Advocates. Ingresa http://www.aphadvocates.org/ y haz clic “Directory”.
Antes de hacerlo, intenta obtener asistencia gratuita. Pruebe con la Fundación de Defensores del Paciente (http://www.patientadvocate.org/ o (800) 532-5274), que ayuda a las personas a resolver facturas de salud inasequibles y también proporciona ayuda financiera para enfermedades concretas y basada en la necesidad.
Si vives en California, puedes presentar tu caso en línea a California Medical Billing Advocates (www.calmba.org). Ko explicó que él y su equipo comparan las facturas de los clientes con las tarifas de Medicare y utilizan el diferencial, a menudo muy grande, para argumentar a favor de descuentos importantes.
“Yo les digo, ‘¿Esto es lo que le cobras a un paciente que obviamente no tiene dinero?’” dijo Ko. También dice al hospital: “Si le cobras la cantidad total a este paciente, vas en contra de tu misión”.
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