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Los evangélicos se mantienen firmes con Trump: “Dios siempre eligió a las personas que tenían fallas”

Un miembro del personal de Harvest Christian Fellowship hace los anuncios de la iglesia al final del servicio en el campus de la congregación en Riverside.
(Gabriella Angotti-Jones / Los Angeles Times)

Un reciente editorial puso de relieve las fisuras entre los fieles. En algunos casos, ofreció una ocasión para solidificar el apoyo al 45º presidente.

Los brillantes árboles de Navidad flanqueaban a la banda de ocho personas mientras cantaban una versión de rock suave de “Joy to the World”.

Algunos de los cientos en la multitud extendieron un brazo y se mecieron con los himnos el domingo en Southern California evangelical church, el sello insignie de una floreciente iglesia evangélica del sur de California.

Los invitados se colocaron en sus asientos, los ujieres recogieron diezmos, luego, el pastor Greg Laurie, en una transmisión en video, recibió un aplauso después de anunciar que la iglesia experimentó 19.000 actos de fe el año pasado.

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“Nuestro país necesita ayuda en este momento”, dijo más tarde Laurie a la multitud. “Creo que Estados Unidos necesita un despertar espiritual”.

Durante la siguiente hora, no hubo ningún comentario sobre el voto dividido de la Cámara de Representantes la semana pasada para destituir al presidente Trump, o un editorial mordaz publicado el jueves por una prominente revista evangélica que abogaba por expulsarlo del cargo por ese “carácter groseramente inmoral”.

“Creemos que eliminarlo no es una cuestión de lealtades partidistas sino lealtad al Creador de los Diez Mandamientos”, escribió el autor, Mark Galli.

El editorial provocó furor entre los conservadores. Franklin Graham, hijo del difunto reverendo Billy Graham, quien fundó la revista, dijo que el editorial invocó falsamente el nombre de su padre para criticar a Trump.

“Para mí, como cristiano, el hecho de que él sea el presidente más pro-vida en la historia moderna es extremadamente importante, y Christianity Today quiere que ignoremos eso, decir que no cuenta”, escribió Graham.

Trump denigró rápidamente la publicación de Galli como un medio “progresivo” fallido que prefería “un no creyente de la izquierda radical, que quiere tomar su religión y sus armas”.

Aunque Laurie se mostró apolítico desde el púlpito el domingo antes de Navidad, su congregación sabía dónde estaba parado. Laurie ha realizado numerosas visitas a la Casa Blanca, incluida la semana pasada para una fiesta de Navidad.

En Twitter, el pastor fue inquebrantable.

“[Trump] ha hecho tanto por nosotros como evangélicos y todos deberíamos estar orando por él”, escribió Laurie.

Para su congregación y otros en el sur de California, en un estado donde 1 de cada 5 adultos son cristianos evangélicos, según el Pew Research Center, la editorial destacó las fisuras entre los fieles, pero parecía hacer poco para persuadir. En algunos casos, ofreció una ocasión para consolidar el apoyo al 45º presidente.

“Todos somos humanos, y ninguno de nosotros está exento de pecado”, dijo Sandra Ortiz, de 45 años, después de concluir el servicio matutino con Laurie. Trump, señaló, es “humano como el resto de nosotros”.

Ortiz, quien votó por Trump en 2016 y planea volver a hacerlo el próximo año, admiraba que su pastor de casi dos décadas había visitado repetidamente la Casa Blanca, comparándola con la fe en acción.

“De esta manera, nuestro presidente estará influenciado por personas que creen en Dios y van en la dirección adecuada, para que pueda tomar las decisiones correctas”, dijo Ortiz.

En el extenso campus de Lake Forest de la Iglesia Saddleback, la megaiglesia del Condado de Orange fundada por Rick y Kay Warren, muchos continuaron calculando que la capacidad de Trump para un buen trabajo, como el apoyo a Israel y los nombramientos judiciales que se oponían al aborto, valían la pena o contrarrestaban sus imperfecciones y supuesta mala conducta.

“Dios siempre eligió a las personas que tenían defectos”, dijo Bob Love, un desarrollador de bienes raíces de Newport Beach. “Siento que las personas son personas, nadie es perfecto”.

Love, de 84 años, se enteró del controvertido editorial a través de la página de Facebook de Franklin Graham. El republicano dijo que no siempre le gusta lo que dice Trump, pero que le da crédito por apoyar a Israel “a lo grande” y trasladar la capital a Jerusalén.

“Ha hecho mucho por la iglesia”, agregó Love.

El sermón de Rick Warren ese domingo, uno de los 95 servicios que se realizarán en más de una docena de campus de Saddleback en los próximos días, se había centrado tanto en la celebración del nacimiento de Jesús en Navidad como en su segunda venida. Fue un sermón que insistió en la responsabilidad y el juicio divino.

“Dios recompensará o castigará”, bramó Warren. “Hay hipócritas en todas partes... Afortunadamente, Dios salva a los hipócritas”.

Posteriormente, la feligrés Reina Udofia, de 38 años, se centró en este momento frenético de la historia y el papel de Trump en él.

“Nunca hemos tenido un presidente que hablara tan fuera de lugar”, dijo Udofia, una residente de Irvine. “No es de los que se arrepiente, es ruidoso. Él ofende a todos, a todos. No tengo buenos sentimientos sobre él y traté de darle el beneficio de la duda”.

Estaba preocupada por el “odio que vomitó” y por cómo Estados Unidos se ha convertido en “un hazmerreír”.

Udofia, miembro de Saddleback durante cinco años, no escuchó las exhortaciones políticas explícitas de Rick Warren, aunque Kay Warren no ha tenido miedo de criticar el lenguaje mordaz del presidente en línea. En cambio, Udofia escuchó de sus líderes un llamado a “estar atento” y ser “bueno con su vecino”.

Carrie Dunwoody, de 73 años, maestra jubilada de Coto de Caza y miembro de la iglesia de Warren desde hace mucho tiempo, estaba decepcionada de que Christianity Today eligiera sumergirse en lo que llamó una lucha política partidista. Ella quería que la publicación “nos aliente y nos traiga luz y bondad”.

Dunwoody se enteró de que Galli, el autor del editorial sobre Trump, se retiraba en enero. Ella se sintió aliviada.

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