Supervisores de Los Ángeles se niegan a prohibir los reventones; padres enojados
- Share via
Susana Renteria, madre de dos adolescentes, no puede creer que este martes la Junta de Supervisores del condado de Los Ángeles haya declinado prohibir los reventones que se llevan a cabo en la región.
Las fiestas juveniles, mejores conocidas como “raves”, se han convertido en tema de controversia debido a las muertes de por lo menos seis jóvenes desde el 2013 a la fecha. Todo esto a pesar de los cientos de miles de dólares en inversiones de seguridad y planeación.
“Con esta acción, queda claro que a nuestros políticos solamente les interesa el dinero que puedan recaudar de estas fiestas de muerte”, dijo Renteria.
En lugar de la prohibición que muchos padres esperaban, la junta votó a favor de crear una ordenanza que les permita considerar los permisos de reventones de uno por uno mientras se calcule que más de 10 mil participantes puedan asistir.
La junta también le pidió a los abogados de la ciudad incluir en la ordenanza algunas recomendaciones del Equipo de Tácticas del Festival de Música Electrónico compuesto por la policía de Pomona, agentes del Sheriff del condado, funcionarios públicos y el Departamento de Bomberos.
Entre las recomendaciones se encuentra restringir el acceso a las personas menores de 18 años de edad, prohibir el acceso de mochilas y la presencia de por lo menos cuatro agentes del sheriff o policías por cada 1,000 participantes.
“La salud, seguridad y bienestar de nuestros participantes son de gran importancia. Y estas medidas son un paso en la dirección correcta para asegurarnos de esto”, dijo la supervisora Hilda Solis.
Según Cynthia Harding, directora interina del Departamento de Salud Pública, la ordenanza tiene como meta establecer diferentes reglas para cada festival de música, ya sea en Pomona en otras zonas del condado.
El equipo “ha intentado realmente escuchar las voces de preocupación de la comunidad” respecto a los problemas de droga, alcohol y violencia en estos reventones”, dijo Harding.
No obstante, no todos se mostraron a favor de la ordenanza. Varios residentes que viven cerca de las instalaciones de la feria de Pomona, donde se llevan a cabo varias fiestas, habían exigido la prohibición alegando que el problema, a parte de las muertes, son los jóvenes que terminan en la calle tirados con drogas o alcohol en sus cuerpos.
Judith St. John, una residente de la comunidad, tachó a los supervisores de ignorantes señalando que “el condado no sabe” lo que les pasa a los participantes que obtienen la intervención de los médicos en eventos como el HARD Summer festiva.
St. John dijo que estos jóvenes sufrían de problemas renales y convulsiones hasta el punto de quedar en coma, por lo que pidió a los funcionarios conservar un record de las personas atendidas por los médicos.
Otros residentes en contra de la ordenanza exigieron que el condado también proporcione hasta 60 camas durante los eventos como prueba de que sabe que estas fiestas resultan en emergencias médicas.
Norma Pinto, quien se opuso a la acción de la Junta, declaró que “es claro que la única forma de prohibir las fiestas es con más muertes”.
“Es una lástima que tengamos que ser testigos de más muertes en el futuro para que se nos haga caso a los padres de familia”, dijo Pinto.
Allan Gelbard, un licenciado que aboga a favor de la reproducción de eventos musicales, destacó ante la Junta cuando las fiestas son controladas con regulaciones en pie, “estas son un beneficio para la sociedad.
Asimismo les recordó que los reventones le crean mucho dinero al condado.
Suscríbase al Kiosco Digital
Encuentre noticias sobre su comunidad, entretenimiento, eventos locales y todo lo que desea saber del mundo del deporte y de sus equipos preferidos.
Ocasionalmente, puede recibir contenido promocional del Los Angeles Times en Español.