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“Me siento como un milagro”, latinos se unen al Desfile de las Rosas para prevenir los ataques al corazón

Erika Pérez, residente en Temple City, cuenta las horas y los días para acudir al Desfile de las Rosas. El interés, afirma la migrante guatemalteca, no es tanto en ver las vistosas carrozas, sino más bien en aprovechar la oportunidad de compartir su testimonio. “No voy solo por ir, yo me siento como un milagro”.

Las mujeres latinas son más propensas a desarrollar enfermedades cardiovasculares, es decir 10 años antes que las mujeres anglosajonas.

En febrero de 2011, a pocos días de haber dado a luz a su tercer hijo, se vio sorprendida por un fuerte dolor de cabeza. De igual manera, sintió una opresión en el pecho. En ese tiempo, a sus 37 años de edad, acostumbraba a salir a caminar y el colesterol lo tenía controlado.

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El dolor se hizo más intenso, recuerda Pérez. Su esposo tuvo que llevara al hospital de emergencia. En los exámenes descubrieron que tenía la presión alta y una de las arterias se la encontraron completamente bloqueada. Asimismo, le informaron que había sobrevivido a un ataque masivo al corazón.

“Todos los días pensaba que me iba a morir, cuando me llegaba el miedo oraba”, rememora sobre el incidente que le cambió sus hábitos alimenticios. Desde entonces, dejó de comer hamburguesas, pizzas y pan dulce. “Nada de sodas, ahora solo tomo agua”, advirtió.

Según la Asociación Americana del Corazón solo 3 de 10 hispanas afirman estar informadas que se encuentran en alto riesgo, mientras que únicamente una persona de 4 de esta comunidad están conscientes de las opciones de tratamiento.

Ante esa realidad, la Asociación se prepara a divulgar al mundo la importancia de prevenir los ataques al corazón, a través de la participación en el Desfile de las Rosas, evento internacional que se realiza cada 1 de enero, en el que exhibirán un carro alegórico y contarán con la presencia de 40 supervivientes.

“Si algo no está bien en el cuerpo, hay que actuar de inmediato, debemos ir al médico. Hay que aprender a comer bien, hacer ejercicio y enseñarle a la familia, porque nuestra salud es más importante que un rato de alegría”, agregó la superviviente. “Todo pasa por un propósito”.

Entretanto, otros voluntarios han comenzado a decorar la carroza que circulará por las calles de Pasadena, la cual tendrá 25 pies de alto y 55 de ancho. Se calcula que tendrá un peso de 25 mil libras y contará con 15 mil flores, con las que se diseñará el lema que dice: “Unión de Corazones”.

De acuerdo a Elena De La Cruz, portavoz de la Asociación Americana del Corazón, el 80% de las enfermedades cardiovasculares son prevenibles; por esa razón, están apostando a que ese mensaje se difunda en toda la nación, una ventana que el Desfile de las Rosas acapara al llegar a millones de televidentes en todo el mundo.

“Las enfermedades cardiovasculares son la principal causa de muerte en Estados Unidos; sin embargo, hay esperanza. Si aprendemos a hacer cambios pequeños podemos ayudar a la salud del corazón, comenzando el año nuevo podemos iniciar con propósitos saludables”, enfatizó la vocera.

En las primeras dos semanas de diciembre, los voluntarios han colocado semillas de frijoles, café y arroz molido, así como otros materiales secos en la decoración de la carroza, la que se espera esté lista el último día del año 2015.

A juicio de María Acereto, de 25 años de edad, no es necesario pasar por una operación o un ataque para cuidar la salud. “Tuve que vivir un pre-infarto para darme cuenta que tenía un problema en el corazón”, indicó la superviviente que se sumará a la delegación que participará en el desfile.

“Aunque seamos jóvenes también nos puede pasar”, reconoció la angelina que desde el 2014 evita en la medida de lo posible comidas con grasa y sal. “Viví con un problema en el corazón toda la vida, me di cuenta hasta que fui al hospital, ahora tengo que cuidarme más”, concluyó Acereto.

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