Anuncio

Las escuelas de Los Ángeles regresaron a la normalidad, pero la violencia parece estar más cerca de casa

El miércoles por la mañana, en la Thomas Starr King Middle School en Los Feliz, los estudiantes caminaban frente a letreros hechos a mano que decían “NO HAY CLASES HOY”, los cuales tenían fecha del martes.

Julio Felipe, de 13 años, pasó los últimos momentos antes de que sonara el timbre con sus amigos a unos pasos de la escuela, tenía la lengua de color azul eléctrico, se había comido una paleta por la mañana.

El había visto algunas de las noticias sobre el tiroteo de San Bernardino, pero el peligro todavía se sentía distante de él, dijo. El martes fue un día inesperado, la amenaza a las escuelas del Distrito Escolar Unificado de Los Ángeles obligaron a cerrar los planteles del sistema escolar. Julio Felipe dijo que la pasó leyendo el libro “Catcher in the Rye” (“El guardián entre el centeno”).

Anuncio

“Yo siento que esta escuela es segura”, dijo el estudiante. “De todas las escuelas que hay en Los Ángeles ¿por qué sería la de nosotros el objetivo”?.

Después de un día de interrupción para estudiantes, padres y maestros, las escuelas públicas de Los Ángeles reabrieron la mañana del miércoles. Al inicio del día, la superintendente adjunta, Michelle King emitió un comunicado para tranquilizar a la ciudad donde anunciaba que “todas las escuelas serían abiertas y que operarían en horario normal”. La ciudad prometió mayor presencia de la policía, en un esfuerzo de que los estudiantes hicieran la transición a un día escolar libre de amenazas.

El director Mark Naulls de la escuela secundaria Thomas Starr King, dijo que la escuela tiene cerca de 2,000 estudiantes, lo que la hace una de las más grandes del distrito y que estaba funcionando como de costumbre. Aunque el distrito ha reforzado las patrullas de seguridad en los alrededores de la escuela, dijo que el personal estaba tratando de “recuperar un sentido de normalidad.”

“Los niños están de buen humor, y queremos mantenerlos así,” dijo.

Naulls dijo que estuvo de acuerdo con la decisión de cerrar las escuelas. “LAUSD prefirió pecar de cauteloso, y creo que muchos de los padres estuvieron de acuerdo con eso”, dijo.

Max Graenitz, cuya hija asiste a la escuela, está de acuerdo. “Ellos están siendo cautelosos, pero no importa, incluso si resultó ser falso,” dijo Graenitz.

Los tiroteos en San Bernardino son inquietantes, pero él se encuentra creciendo acostumbrado a este tipo de tragedias. “Los tiroteos son aleatorios e impredecibles”, dijo. “Me parece más aterrador que una amenaza terrorista”. Graenitz dijo sentirse más amenazado ya que claramente la violencia se mantiene a unas pulgadas más cerca de casa.

Madeline Harmon y Lian Macdonough dejaron a sus hijos en la escuela y se quedaron afuera de su SUV negra.

A pesar de la promesa de que habría más patrullas de policía alrededor de las escuelas, dijeron haber notado la falta de una presencia mas visible.

¿”Nos sentimos seguros”? No, dijo Harmon. Criticó al distrito por no actuar la noche que se recibió la amenaza. “¿Cómo sé que no hay una bomba en el campo de fútbol ahora mismo?”.

Los ataques en San Bernardino han puesto a Harmon y su hijo al límite, pero dijo que había muchas otras razones para tener miedo. “No es sólo San Bernardino, está también Columbine, Sandy Hook. Mira cuántas escuelas han sido atacadas en los últimos cinco años,”, dijo Harmon. “Tengo miedo porque simplemente uno no sabe lo que puede suceder”.

Traducción: Diana Cervantes

Si desea leer esta nota en inglés, haga clic aquí

Anuncio