Estudio muestra el peligro para los niños que quedan en los autos
SAN DIEGO — Un automóvil estacionado al sol en un día de verano puede alcanzar los 116 grados en una hora. En ese mismo período de tiempo, un niño encerrado dentro del vehículo puede alcanzar una temperatura corporal letal de 104 grados, de acuerdo con un estudio de investigadores de la Universidad de California, San Diego y Arizona State University.
Aunque los expertos en salud y seguridad advierten rutinariamente a los padres que no dejen a los niños pequeños solos en un vehículo, el nuevo estudio cuantifica qué tan caliente se ponen los automóviles estacionados y qué riesgo representa para los niños.
“La mayoría de la gente dice: sí, eso es obvio, los automóviles se calientan mucho en un día caluroso”, dijo Jennifer Vanos, profesora asistente del Instituto de Oceanografía Scripps de la Universidad de California en San Diego, y autora principal del estudio, que se publicó en Temperature, en mayo. “Queríamos dar un paso más allá y decir cuál podría ser el impacto en un niño”.
En una hora, los vehículos estacionados al sol alcanzan una temperatura ambiente de 116 grados, los tableros llegan a 157 grados, los volantes a 127 grados y los asientos a 123 grados.
Mientras tanto, los niños atrapados en su interior enfrentan un “estrés de calor no compensable”, dijo Vanos. “No tienen forma de perder calor y es entonces cuando las temperaturas interna realmente comienzan a aumentar”.
Los investigadores esperan que su análisis promueva el peligro de dejar a los niños solos en los autos. A medida que el clima se calienta en el sur de California, la policía ya ha respondido a algunos de esos incidentes.
Recientemente la policía de San Diego recibió una llamada sobre un niño encerrado en un automóvil en Pacific Center Boulevard, en Sorrento Valley. Rescataron a la niña de 2 años, que fue tratada en el hospital infantil Rady. La policía dijo que aparentemente fue un accidente y que los padres están cooperando con la investigación.
Y en Alhambra, la policía arrestó a una niñera por supuestamente haber dejado a un niño de 6 años encerrado en un automóvil sofocante durante dos horas mientras hacía pendientes y comía en un restaurante. La niñera, Helen Law, fue arrestada bajo sospecha de poner en peligro grave a un niño y se le retuvo con una fianza de 100 mil dólares.
En lo que va del 2018, doce niños han muerto por golpe de calor relacionado con un vehículo, y en promedio hay 37 muertes por año, según el sitio web noheatstroke.org.
El estudio universitario surgió de un análisis de cómo las estructuras de sombra solar reducen el calor dentro de un automóvil. Los investigadores tomaron tres pares de vehículos plateados: dos autos económicos idénticos, dos sedanes y dos mini furgonetas, y estacionaron uno de cada uno al sol y uno a la sombra.
Los vehículos más pequeños se calentaron más rápido, pero todos se pusieron peligrosamente calientes. Incluso aquellos que estaban estacionados a la sombra subieron a una temperatura interna de 100 grados.
“Con los datos recopilados, dije que lo que realmente falta es lo que le sucede a la temperatura interna de un niño”, dijo Vanos.
Comenzando con un hipotético niño de 2 años, contabilizó el peso corporal, la temperatura, la humedad y el flujo de aire en un modelo para calcular su temperatura interna en un automóvil estacionado, donde el entorno cerrado crea peligros únicos.
“En la radiación solar directa, ocurre una situación de invernadero dentro del vehículo, atrapando la radiación de onda larga y calentando el interior del vehículo a un estado estacionario con poco o ningún flujo de aire”, afirmó el estudio.
Sin flujo de aire, no habría enfriamiento por evaporación. Y una vez que la temperatura de la piel del niño se eleve por encima de 95 grados, el proceso de convección que atrae el calor de la piel se revertiría y su cuerpo comenzaría a absorber el calor del aire.
El niño sobrecalentado podría sufrir un golpe de calor, con lesiones permanentes en los órganos, daño cerebral o muerte. Incluso antes de eso, pueden aparecer síntomas que incluyen deshidratación, náuseas, vómitos, dolores de cabeza, erupción cutánea y agotamiento por calor.
“Algunos padres leerán esas historias tristes y pensarán: ¿Cómo pudo suceder eso? Nunca dejaría que eso suceda”, narró Vanos. “Y creo que ese es el primer error que puedes cometer”.
Ella sugiere poner un animal de peluche en el asiento delantero para recordar que hay un niño en la parte trasera o poner el bolso o el teléfono celular en la parte posterior, para ver al niño antes de salir del automóvil. En definitiva, Vanos cree que la solución estará en tecnología que alerte al conductor cuando el niño aún está en el asiento del automóvil.
“Creemos que tenemos toda la tecnología en nuestro automóvil, pero no tenemos esto”, dijo. “Podría salvar 37 vidas por año”.
Brennan escribe para el U-T.
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