La "Semana de los libros prohibidos" reivindica la libertad de leer - Los Angeles Times
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La “Semana de los libros prohibidos†reivindica la libertad de leer

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Personajes LGBTQ, lenguaje ofensivo y contenidos sexualmente explícitos fueron el denominador común de los libros más sujetos a censura en el país en 2016, una lista con la que la Asociación Estadounidense de Bibliotecas (ALA) reivindicó esta semana la “libertad de leerâ€.

La “Semana de los libros prohibidosâ€, que termina este sábado, llama la atención sobre las restricciones que enfrentan algunos libros -el año pasado, un total de 323 recibieron quejas-, pero celebra también que la mayoría logran permanecer en las estanterías de bibliotecas, tiendas y escuelas.

“El número de quejas ha aumentado en temáticas relacionadas con la comunidad LGBTQ y también hacia autores diversos, como puede ser Gabriel García Márquez, que es iberoamericanoâ€, desgranó a Efe la presidenta de la organización, Loida García-Febo.

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Desde 1982, esta iniciativa pone en valor el acceso abierto a la información y apoya la libertad -amparada por la Primera Enmienda estadounidense- para buscar y expresar ideas, “incluso las que algunos consideran poco ortodoxas o impopularesâ€, indica ALA.

La lista de los 10 libros más disputados en 2016 va encabezada por “This one summer†(“Aquel veranoâ€), de Jillian y Mariko Tamaki, que recibió intentos de censura por incluir personajes LGBT, drogas y lenguaje ofensivo, además de contenido sexualmente explícito.

Razones similares comparten otros textos, como “Dramaâ€, de Raina Telgemeier, que también tiene personajes LGBT, o “Two boys kissing†(“Dos chicos besándoseâ€) de David Levithan, por cuya portada, una imagen representativa del título, fue objeto de restricciones.

La participación de niños transgénero en las historias también contribuyó a reclamos del público en casos como el de “Georgeâ€, de Alex Gino; o “I am Jazzâ€, libro autobiográfico de la adolescente Jazz Jennings, protagonista de una serie televisiva.

“Little Billâ€, una serie literaria escrita por Bill Cosby, fue repudiada porque el actor está acusado de acoso sexual; y “Make something upâ€, una colección de relatos de Chuck Palahniuk, autor de “El club de la luchaâ€, fue considerada “repulsiva y totalmente ofensiva†por sus censores.

Completan la lista “Looking for Alaskaâ€, del superventas juvenil John Green, por “una escena sexualmente explícita que puede llevar a un estudiante a experimentarâ€; “Big hard sex criminalsâ€, de Matt Fraction, por su contenido sexual explícito, y “Eleanor & Parkâ€, de Rainbow Rowell, por lenguaje ofensivo.

En efecto, apunta la ALA, la mayoría de intentos de censura son motivados por el deseo de proteger a los jóvenes de contenidos sexuales “inapropiados†y lenguaje ofensivo, o por la inaptitud de los textos para “cualquier grupo de edadâ€, las tres razones más citadas según su Oficina de Libertad Intelectual.

No obstante, la política de acceso a la información en la que se funda la asociación indica a las bibliotecas y otras instituciones que “los padres, y solo los padres†tienen “derecho y responsabilidad para restringir el acceso de sus hijos, y solo sus hijos†a estos recursos.

Gracias a activistas locales, que van desde bibliotecarios hasta estudiantes o compradores, solo en torno a un 10 % de los textos “denunciados†cada año son efectivamente retirados de las estanterías.

Durante esta semana, bibliotecas asociadas a lo largo del país organizaron actividades entre las que destacó por su participación un concurso para que los “lectores rebeldes†compartieran en las redes sociales fotos con “libros prohibidosâ€, señaló García-Febo.

Se trata de una “manera de promocionar†esos libros y defender el “derecho de todos a leerâ€, añadió la presidenta de la organización, que con motivo de esta semana rescata en su página web unas palabras del filósofo y activista Noam Chomsky.

“Si no creemos en la libertad de expresión para la gente a la que despreciamos, no creemos en ella en absolutoâ€, dice la cita del también lingüista.

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