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Preocupa a los consumidores el reparto de responsabilidades en accidentes con vehículos de auto-conducción

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Los fabricantes de automóviles pueden estar en el desarrollo excesivo de tecnología de vehículos autónomos, pero de acuerdo con el estudio de la consultora J.D. Power “2017 U.S. Tech Choice Study”, los consumidores están cada vez más recelosos de los vehículos de auto-conducción, y la duda crece en las responsabilidades de un accidente.

El estudio anual de elección tecnológica de J.D. Power, se llevó a cabo este año en enero y febrero. Los resultados se basan en una encuesta en línea de más de 8.500 consumidores que compraron o arrendaron un vehículo nuevo en los últimos cinco años.

Los últimos hallazgos de la consultora, indican que todos los grupos de edad excepto la Generación Y (los nacidos entre 1977 y 1994), dijeron que tendrían menos confianza en un vehículo totalmente automatizado ahora comparado con el año pasado.

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En comparación con el estudio de 2016, un 11 por ciento más de los consumidores de la Generación Z (nacidos entre 1995 y 2004), dijeron que “definitivamente no” confiarían en los automóviles y otro 23 por ciento dijo que “probablemente no” confiaría en la tecnología.

Entre los nacidos antes del baby boom (nacidos antes de 1946), 9 por ciento más estaban en el grupo “Definitivamente no confiar”. Y el 81 por ciento de la generación del baby-boom (nacido en 1946-1964) dijo que “definitivamente” o “probablemente” desconfiaría de la autonomía del vehículo.

“En la mayoría de los casos, a medida que los conceptos de tecnología se acercan a la realidad, aumenta la curiosidad del consumidor y la aceptación”, dijo Kristin Kolodge, directora ejecutiva de interacción con el conductor y la investigación de la interfaz de máquina humana (HMI) en J.D. Power.

Pero “con vehículos autónomos, vemos un patrón en el que la confianza genera interés en la tecnología, y en este momento el nivel de confianza está disminuyendo”, agrego Kolodge.

Por otro lado, cuando se les preguntó acerca de la evitación de colisiones individuales y las características de asistencia al conductor, los encuestados eran considerablemente más abiertos a la tecnología.

Los consumidores mostraron el mismo interés que en la encuesta del año pasado cuando se trata de características tales como faros adaptativos, cámaras retrovisores, advertencia de colisión con frenado automático y alerta de cambio de carril.

“La familiaridad con este tipo de tecnologías puede conducir a una mayor aceptación por parte del consumidor del concepto de auto-conducción de vehículos”, señaló Kolodge.

“Como características como el control de crucero adaptado, frenado automático y sistemas de advertencia del punto ciego se convierten en la corriente principal. Los compradores de automóviles ganarán más confianza en tomar sus manos fuera del volante y permitir que sus vehículos intervienen para evitar errores humanos”, dijo Kolodge

Por otro lado, es posible que algunos incidentes de tráfico altamente publicitados que involucren tecnología autónoma, podrían hacer que los consumidores se preocupen más que nunca.

Por ejemplo, la función de piloto automático en un modelo 2015 Tesla S en Florida, fue incapaz de percibir un camión que se interpuso en su camino, lo que resulto en un accidente fatal.

Este accidente llamó la atención mundial de los consumidores que están esperando esta tecnología, aunque una investigación realizada por la Administración Nacional de Seguridad en el Tráfico de Carreteras, determinó que el piloto automático no tenía la culpa.

También, otro accidente de un automóvil de auto-conducción de Google chocó con un autobús en California. No hubo lesiones en ese accidente de baja velocidad, pero en conjunto los vehículos de Google han estado involucrados en una docena de colisiones bien publicitadas.

Sin embargo, el incidente del autobús era el único en el cual el vehículo de auto-conducción de Google fue el culpable, lo que hizo que Google refine más adelante su software autodidacta.

La llegada de los vehículos autónomos conllevará un cambio normativo, y la industria de la automoción y las aseguradoras están haciéndose a la idea de los posibles cambios.

“Cuando el propio vehículo define a qué velocidad va a circular o por qué carril debe hacerlo, es él mismo el que va a provocar un accidente y el factor humano desaparece”, según dijo un experto de seguros de Allstate. Pero esto no quiere decir que la responsabilidad en caso de siniestro recaiga únicamente en el fabricante del vehículo.

El accidente se puede achacar a múltiples variantes, como por ejemplo un fallo en el software, por lo que tendría que adoptarse una legislación para incluirlo, y así con nuevas leyes que vendrán a medida que llegan las dificultades.

El vehículo autónomo conducirá a una evolución del reparto de responsabilidades entre conductores, fabricantes y gestores de la infraestructura, y en muchos casos las aseguradas no querrán ser parte del reparto.

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