Cervantes de Nueva York muestra el dispar arte español durante el franquismo
Nueva York — El Instituto Cervantes de Nueva York inauguró este jueves una muestra que acoge obras de cerca de una veintena de artistas españoles enmarcados en dos grupos que, durante la época del franquismo, eligieron formas distintas de expresar un mismo sentimiento: su deseo de cambio.
La exhibición, que podrá verse hasta el próximo 3 de septiembre en la Gran Manzana después de haber recorrido las sedes de la institución en Praga, Moscú, Roma o Lisboa, contrapone las obras del grupo El Paso, que se decantaba por la corriente abstracta, y Los Realistas, cultivadores del realismo cotidiano.
Así, podrán verse en Nueva York obras de Pablo Serrano, Manuel Viola, Antonio Suárez, Juana Francés, Martín Chirino, Manuel Millares, Manuel Rivera, Antonio Saura, Luis Feito y Rafael Canogar, de El Paso, junto al realismo de Esperanza Parada, Amalia Avia, Julio López, Francisco López, María Moreno, Antonio López e Isabel Quintanilla.
Entre estas dos agrupaciones, se encontraba Lucio Muñoz, que cumplía el importante papel de eslabón, y de quien también se ha incluido una obra.
El Instituto Cervantes destacó el carácter selecto de la muestra, debido a que algunas de las piezas que contiene son difícilmente visibles, ya que pertenecen a colecciones privadas o a los propios artistas.
El proyecto “tiene como novedad la de emparejar a artistas que hasta ahora se estudiaban por separado por pertenecer a grupos y tendencias artísticas diferentes”, explicó la responsable de artes visuales del Instituto Cervantes, María José Magaña.
“Estamos ante una ocasión única en la que artistas de estilos diferentes se unen para dar voz a una época concreta de la historia de la pintura y la escultura en España”, apuntó por su parte la comisaria de la muestra, María Toral.
El grupo El Paso, señaló Toral, estaba compuesto por creadores que buscaban acabar con el letargo artístico que reinaba en España durante la dictadura de Franco, y su esfuerzo conjunto les llevó a exponer en la Bienal de Venecia o a importantes instituciones como el Museo de Arte Moderno de Nueva York (MoMA) en 1958.
Al mismo tiempo, otro conjunto de artistas empezaba a destacar en España, pero desde la figuración, la otra gran tendencia del momento que también había llegado hasta EE.UU. con artistas como Edward Hopper.
Así, la exposición es capaz de mostrar los puntos de unión de dos grupos aparentemente muy distintos: retratan la sociedad española del momento, y expresan su deseo de cambio dentro de la sociedad, que quedaba patente en la presencia de mujeres artistas que trabajaban de igual a igual.