Rashida Tlaib, la primera musulmana que alcanzará el Congreso
Washington — De padres inmigrantes palestinos, Rashida Tlaib no sabía hablar inglés cuando entró a la escuela en este país, hoy, décadas después, está a punto de ser la primera mujer musulmana en llegar al Congreso, donde pretende “recuperar la esencia” de los derechos civiles y la “justicia social”.
Tlaib, con una agenda marcadamente progresista, ganó las primarias demócratas por el 13? distrito congresional de Michigan el mes pasado, revolucionando el panorama político y reivindicando, como asegura en entrevista con Efe, la necesidad de acabar con la discriminación, no solo racial, sino también económica en el país.
“La mitad de mis colegas en el Congreso son millonarios. Y, felicitaciones a la gente que tiene éxito, pero la mayoría de nosotros, la mayoría de los estadounidenses, no estamos en ese rango salarial”, argumenta la demócrata, para quien las elecciones legislativas que se celebrarán en noviembre serán un mero trámite al no pelear con ningún republicano por ese escaño.
Feliz por haber logrado su candidatura en “tiempos de oscuridad”, Tlaib se alegra de estar acompañada por otros rostros diversos en estas elecciones, como el de la también musulmana Ilhan Omar, o el afroamericano, aspirante demócrata a la gobernación de Florida, Andrew Gillum.
“Musulmanes, mujeres, latinos, afroamericanos: es un bonito arcoiris”, confiesa.
Uno de sus principales objetivos es “recuperar la esencia” de la Ley de Derechos Civiles promulgada en 1964, la que, según afirma, se ha visto “diluida” en las cortes a lo largo de los años, impidiendo que todos los estadounidenses, sin importar su color o su estrato social, puedan tener acceso a las mismas oportunidades.
Tlaib denuncia la “profunda desconexión” de la clase política con la realidad social, lo que ha provocado que aquella Ley del 64 necesite “volver a sus raíces” y evitar que las políticas del día a día continúen “discriminando en función del color de la piel, la fe o la condición sexual”.
El acceso a la educación, cuyo sistema alimenta la segregación racial y económica en el país, es uno de los ejemplos claros que da la candidata, así como el acceso a la sanidad, sobre la que aboga por un servicio sanitario universal.
“Una de las cosas que sabemos, seguro, es que el actual sistema está viciado. Una de las cosas con las que no estoy de acuerdo con los demócratas es que permitieron a las aseguradoras tener mucha mano en el borrador de la actual ley sanitaria”, explica, en referencia al gran peso que aun tienen estas compañías en el acceso a la salud en el país.
“Espero que podamos presionar lo suficiente hasta que se convierta en realidad el sistema de salud universal”, insiste, alineando su planteamiento político con figuras como el exaspirante demócrata a la Presidencia, Bernie Sanders.
En cuanto a la tensión que vive el país sobre los temas migratorios, Tlaib subraya que EE.UU. sigue siendo un país de oportunidades para los inmigrantes, donde, una persona como ella, de una familia humilde proveniente de Oriente Medio, ha podido alcanzar un escaño en el Capitolio.
“No quiero pensar que la inmigración en este país es lo que viene de esta Administración, tiene que ser mucho más que eso”, asegura, en alusión a las duras políticas que ha tomado al respecto el Gobierno de Donald Trump.
“Cuán increíble, criminal e inhumano es separar a niños de sus padres”, reflexiona sobre las medidas de “tolerancia cero” del mandatario, que provocaron hace unos meses la separación de miles de menores de sus padres al llegar a la frontera con México.
Pero Tlaib considera que los estadounidenses se están acostumbrando a ello, y que ahora, a diferencia de tiempos pasados, muchos piensan que esos niños, esas madres, son “menos” que ellos, por no ser ciudadanos.
“No sé cómo llegamos aquí. Quién sabe si alguien pondrá fin a su muro y lo acusará (en el Congreso para un juicio político)”, se pregunta.
Sin embargo, y ante todos los escándalos que han sobrevolado la Casa Blanca de Trump, Tlaib no duda en que “ha habido un lado criminal de su campaña”, que además “continúa” en la Casa Blanca “tratando de encubrirlo”.
“Esta es la posición más importante y más poderosa del mundo, y allí hay un hombre que cree que está por encima de la ley. Creo que esto será lo que unirá a la gente, no importa si son republicanos o demócratas -afirma-: proteger la Presidencia”.