Rusia insiste en que Siria no estuvo detrás del ataque químico de Jan Shijún
Naciones Unidas — Rusia insistió hoy en la ONU en que Siria no tuvo nada que ver con el ataque químico de hace un año en la localidad de Jan Shijún y volvió a acusar a las potencias occidentales de haber orquestado una campaña para culpar al Gobierno sirio.
Lo hizo en una reunión del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, coincidiendo con el primer aniversario del ataque, que mató a 80 personas y dejó centenares de heridos.
Según una investigación de expertos de la ONU y de la Organización para la Prohibición de Armas Químicas (OPAQ), el Gobierno sirio fue el responsable de la acción, algo que éste siempre ha negado.
Rusia, que vetó el pasado otoño la continuidad del mecanismo que investigó lo ocurrido, reiteró hoy sus críticas a esos expertos internacionales, a los que acusó de haber manipulado datos y de tener un resultado preparado de antemano.
El embajador ruso Vasili Nebenzia volvió a defender la versión de su Gobierno, según la cual sus aliados sirios no estuvieron detrás del ataque, y dejó claro que su país no permitirá que el mecanismo de investigación (conocido como JIM) vuelva a ponerse en marcha en su forma original.
Según Nebenzia, Occidente ha utilizado “propaganda” y una “guerra de información” para tratar de culpar a las autoridades sirias.
Estados Unidos y sus aliados, mientras, insistieron hoy en la necesidad de que el régimen de Bachar al Asad rinda cuentas por el ataque y criticaron a Rusia por hacer de escudo.
“No podemos dejar de trabajar para librar a este mundo de las armas químicas y hacer responsable a cualquiera que las use en cualquier lugar”, dijo la representante estadounidense, Nikki Haley, ante el Consejo.
Haley denunció que la protección que Rusia ha dado a Al Asad en el Consejo de Seguridad ha hecho del mundo “un lugar más peligroso” y le ha permitido continuar utilizando sustancias prohibidas en la guerra.
Hoy, por separado, responsables de Exteriores de Francia, Alemania, Reino Unido y Estados Unidos condenaron en un comunicado conjunto el uso de armas químicas en Siria y aseguraron que no descansarán hasta que se haya hecho justicia.
La mañana del 4 de abril de 2017 muchos vecinos de Jan Shijún, en la provincia de Idleb y bajo control rebelde, dormían cuando se produjo un bombardeo con gas sarín a las 06.45 hora local (03.45 GMT), que acabó con la vida de ochenta personas.
