Por qué tantos empleados en EE.UU. están atrapados en sus empleos
REDACCION/BBC MUNDO — Una cláusula que pocos conocen pero que es permitida por la ley laboral en la mayoría de los estados de Estados Unidos está haciendo que muchos empleados en ese país se sientan como rehenes en sus trabajos.
Claire Bolderson y Rosamund Jones de la BBC estuvieron investigando en Boston, Massachusetts los efectos que está teniendo esta poco conocida pero muy controvertida legislación.
Se trata de un “acuerdo de no competencia”: una cláusula que forma parte de muchos contratos laborales y que estipula que el empleado no podrá trabajar para una empresa competidora o establecerse por su cuenta en el mismo rubro, si deja la firma que lo está contratando.
La cláusula suele durar hasta un año después de que el trabajador dejó su puesto pero en algunos casos dura más.
Cerca del 40% de los estadounidenses ha firmado un acuerdo de no competencia en algún momento de su vida profesional, según el abogado laboral Russell Beck, experto en ese tipo de contratos.
“Históricamente solo los ejecutivos tenían que firmarlos pero hoy en día se usan en todos los niveles de empleo”, afirmó Beck.
El letrado también señaló que cada vez más empresas están demandando a sus exempleados para hacer valer estas cláusulas.
Atrapados
La amenaza de ser llevado a juicio -algo que conlleva un costo enorme en EE.UU.- hace que muchos empleados se queden en sus puestos, por miedo.
Quienes firmaron estos acuerdos y quieren dejar su empleo deben buscar un trabajo muy diferente al que tenían o vivir de sus ahorros por un año para evitar las posibles demandas.
En muchos casos ni siquiera sirve mudarse: algunas de las cláusulas -en especial las de multinacionales basadas en EE.UU.- restringen al trabajador a nivel mundial.
Y las limitaciones aplican incluso si la persona fue despedidade su trabajo.
Eso le ocurrió a Brian Connolly, quien cuenta que ha tenido que firmar estos acuerdos de no competencia en todos los trabajos para que ha tenido en su vida, desde 1984 en adelante.
Connolly trabaja en la industria de alta tecnología, donde estas cláusulas son comunes. Y padeció los efectos de la legislación cuando su empresa lo despidió en medio de la crisis financiera global de 2009.
“Recibí un llamado de un excolega que me ofreció trabajar en su empresa, del mismo rubro que la mía, pero consulté con una abogada y me dijo que no era una buena idea, debido al acuerdo de no competencia”, relata.
Tuvo que aceptar trabajo en algo diferente, lo que le implicó una pérdida de ingresos que él estima en cerca de US$300.000.
Mal negocio
Según el experto en Recursos Humanos Dan Foley, quien también ha padecido los efectos de un acuerdo de no competencia, estos contratos son malos para los negocios.
“Si tienes empleados que quieren dejar tu empresa no te hace ningún favor mantenerlos por virtud de una cláusula. ¿Nunca escuchaste la expresión: ‘renunciar y quedarse’?”.
“Son personas que se quieren ir y no están comprometidas con su organización”, asegura.
Si bien la justicia muchas veces falla a favor del empleado, si considera que un acuerdo de no competencia es injusto o abusivo, el riesgo que toma un trabajador al desafiar ese cláusula es enorme.
Incluso si gana, esa persona deberá pagar enormes costos legales.
Según el profesor Matt Marx de la Escuela de Negocios de la Universidad de Boston muchas empresas se aprovechan de esta presión psicológica para retenera sus empleados.
“Es un recurso muy barato. Solo tienen que agregar un párrafo a tu contrato de trabajo prohibiéndote que trabajes para la competencia, algo que no les cuesta nada, y quizás nunca tengan que gastar un centavo en costos legales para obligarte a que te quedes”.
Poder de negociación
Algunos estudios han mostrado que estas cláusulas no solo limitan la movilidad laboral sino también el poder de negociación de los empleados.
Una encuesta realizada por el profesor Marx reveló que la mayoría de los empleados se enteró de que tenía que firmar este acuerdo cuando ya había acordado tomar el trabajo y había declinado otras ofertas.
“Se les pide que lo firmen una vez que han perdido su poder de negociación”, destaca el docente.
Esta es una de las cosas que está tratando de cambiar un proyecto de ley en Massachusetts, uno de varios estados que han propuesto reformar estos acuerdos.
El proyecto propone, entre otras cosas, obligar a las empresas a informar sobre estas cláusulas en su oferta laboral y acortar su duración.
Sin embargo, el intento de reforma ya lleva ocho años y aún no ha sido aprobado.
Para entender por qué, sirve analizar la otra cara de la moneda: ¿por qué tantas empresas -en un país que se enorgullece de su libertad de mercado e incluso del individuo- utilizan estos convenios?
Protección
John Hazen maneja una empresa de papel que lleva su apellido y fue fundada por su abuelo en 1925.
Le explicó a la BBC por qué sintió la necesidad de usar estos contratos restrictivos cuando decidió reconvertir y modernizar su negocio tras la última crisis financiera.
“Tuvimos que reinventarnos e hicimos una inversión gigante. Hay que recordar que esto era 2009 y el mundo se caía a pedazos. Pero fuimos para adelante y creamos muchos puestos de trabajo nuevos”, recuerda.
Fue en ese contexto que por primera vez la empresa le pidió a algunos de sus empleados que firmaran acuerdos de no competencia para proteger la propiedad intelectual de la compañía, que era el corazón de esta nueva inversión.
“Fue un factor importante a la hora de decidir hacer la inversión, porque hablábamos de mucho capital y lo que estaba en peligro no solo era la empresa sino el sustento de los empleados”, dice Hazen.
Solo el 5% de los empleados debieron firmar estas cláusulas y hoy a los nuevos trabajadores de Hazen ya no se les pide que los firmen. Sin embargo, hay otras empresas con estrategias más agresivas.
Medida preventiva
Una de ellas es el laboratorio Indigo, que recolecta microbios de plantas para ver cuáles brindarán la mejor cosecha.
El trabajo de Indigo tiene un fuerte potencial comercial y la empresa le ha pedido a todos sus cerca de 200 empleados -incluida la recepcionista- que firmen acuerdos de no competencia.
“Tenemos que mantener nuestra ventaja competitiva y una forma de hacerlo, además de tener los mejores productos, es proteger nuestra propiedad intelectual a través de estos acuerdos”, señala el principal abogado de la firma, Paul Dacier.
Dacier considera que incluso los empleados administrativos deben firmar estos acuerdos porque todos tienen acceso a “información secreta”, por tratarse de una compañía chica.
Pero ¿por qué no usar las patentes y otras medidas de protección comercial para garantizar que la propiedad intelectual no sea plagiada?, le consultó la BBC.
“El problema de esas medidas es que no sabes hasta que es demasiado tarde si alguien se ha apropiado de tus secretos comerciales. Quizás para cuando me entero -sí me entero- el daño ya esté hecho”, afirma el letrado.
Dacier cree que estas cláusulas en realidad defienden al empleado porque al proteger información clave de la empresa, también protegen la continuidad de los puestos de trabajo.
“Si una persona quiere trabajar para una empresa competidora no hay problema pero tendrá que esperar. Si no ha tomado los recaudos económicos necesarios para protegerse, ese no es mi problema”, sentencia.
Otra visión
No todos los empleadores creen que deben utilizar estos acuerdos para protegerse.
Jules Pieri, cofundadora de la empresa de marketing online The Grommet, que se creó en 2008 y ahora emplea a unas 80 personas, no cree que sean una buena herramienta.
“Cuando creé la empresa pensé qué decía de mí, como líder, que obligara a mis empleados a firmar algo que más o menos decía que tenían que ser sirvientes de la empresa, y no le vi el sentido”, cuenta.
A Pieri le sorprende la cantidad de empresas supuestamente “modernas y con onda” que los usan, aunque reconoce que no tenerlos sí supone cierto riesgo.
Pero ella prefiere la táctica de la zanahoria más que la del palo.
“Yo trato a mis empleados como alguien que sabe que podrían estar en otro lado y por ende hace todo lo posible porque quieran estar acá. Es sencillo”, afirma.
Empresas emergentes
Dan Foley, el experto en Recursos Humanos, advierte que los acuerdos de no competencia también pueden ser malos para fomentar la creación de nuevos emprendimientos.
“Las startups sufren porque no pueden contratar a todas las personas que quisieran”, destaca.
Foley también señala que “la mayoría de los emprendedores abren nuevos negocios en industrias que le son conocidas y muchas veces vienen de trabajar en las grandes empresas. Todos ellos saben que pueden ser demandados por esas organizaciones más grandes, que tienen mucho dinero, lo cual es inquietante”.
Más allá de los motivos genuinos que tienen algunas empresas para usar estos acuerdos, lo cierto es que no son esenciales para asegurar el crecimiento económico.
Prueba de ello es que algunos estados -como California, hogar del Sillicon Valley y uno de los estados más ricos de EE.UU.- no los utilizan.
No obstante, a nivel país, estas cláusulas seguirán siendo una realidad para los empleados en la mayoría de los estados.
A pesar de algunos cambios menores y de propuestas de reforma más profundas, como la de Massachusetts, está claro que muchos prefieren el stato quo.