El extraño zumbido que está enloqueciendo a habitantes de Windsor, Canadá
REDACCION/BBC MUNDO — Quienes lo escuchan dicen que es como el sonido de un camión que está en marcha todo el tiempo, o como la caída de un rayo en un lugar lejano, o como los parlantes en un concierto.
A veces viene, a veces se va. Pero quienes lo sienten han tenido dolores de cabeza, insomnio, náuseas, se sienten irritables o fatigados y, en algunos casos más graves, les ha causado depresión.
“Uno simplemente pierde la capacidad de disfrutar el tiempo en familia… El ruido es muy penetrante. Es muy difícil hasta ver televisión. A veces cuando estoy en mi cama de hecho se mueve. De ese tamaño es el poder del sonido”, dijo Mike Provost a BBC Mundo.
Este residente de la ciudad de Windsor, Canadá, habla del ruido que desde 2011 han reportado algunos habitantes de esa localidad ubicada en la frontera con Estados Unidos.
El fenómeno fue llamado “Windsor Hum”, una especie de zumbido que ha sido tratado de identificar en varias ocasiones por especialistas.
Desde 2011, al menos tres grandes estudios han encontrado un posible origen del efecto acústico -que la mayoría de los residentes de Windsor no padecen- pero no la fuente exacta que lo causa.
Pero para algunos de quienes lo escuchan, el ruido es muy exasperante pues es impredecible saber cuándo llega, cuánto durará o cuál será su intensidad.
“Imagina tener que huir de todo lo que conoces y amas solo para tener la oportunidad de no oír nada que tararee en tu cabeza durante horas y horas”, escribió Sabrina Wiese en un foro de afectados, pues como ella hay otras personas que han considerado irse de Windsor debido a este problema.
“Va y viene”
En Windsor viven más de 210.000 personas, pero solo algunos residentes -ni las autoridades ni los estudios tienen un número preciso- han padecido el zumbido.
Esta ciudad de la provincia de Ontario se ubica justo frente a la ciudad estadounidense de Detroit, la cual tiene una población de más de 672.000 habitantes y es un gran centro industrial, principalmente de la producción automotriz.
El río Detroit es la frontera entre ambas ciudades.
“El ruido va y viene durante el día, pero es peor en las noches”, explica Mike Provost a BBC Mundo, un jubilado que maneja un foro en internet y quien ha provisto a las autoridades con algunas grabaciones del ruido.
“Hemos visto que influye el clima. Cuando hace frío, el sonido tiende a reducirse. Cuando hay viento sube. No sabemos de dónde viene ni qué lo causa”, indica.
A lo largo de los años, los que lo perciben han notado que la altura del terreno en el que se estén tiene alguna clase de influencia: a mayor elevación, más ruido se percibe.
“Si no lo escuchas, mejor no te esfuerces por escucharlo, porque ya no se irá si lo oyes”, dice asegura.
El origen, no la fuente
Tres análisis de expertos elaborados por separado han apuntado a una fuente como la más probable: la isla Zug.
En 2011, la Agencia Geológica de Canadá confirmó mediante análisis sismográficos que el ruido en Windsor sí existe y que el punto de origen más probable es ese lugar.
“Las señales registradas son consistentes con los zumbidos en términos de tiempo, duración y carácter con los ruidos reportados en el área de Windsor”, dicen las conclusiones del reporte.
Un estudio de la Universidad de Ontario Occidental de 2013 tampoco pudo identificar la fuente exacta, pero señaló que las “posibles fuentes pueden incluir la actividad de la cantera o los sistemas de ventilación industrial”.
Y el estudio más grande que se haya practicado, con instrumentos de medición acústica desplegados en varios puntos, llegó después en 2014, elaborado por la Universidad de Windsor.
Señaló como fuente más probable las operaciones de alto horno de la isla Zug, realizadas por la empresa metalúrgica United States Steel Corp.
“Estas conclusiones se ven reforzadas por la naturaleza periódica del ruido, que ha sido observado y medido por los investigadores y coincide con las operaciones irregulares observadas asociadas con las operaciones de fabricación de acero en la isla Zug”, señala el reporte.
Gary Wheeler, del Ministerio de Medio Ambiente y Cambio Climático de Ontario, dijo a BBC Mundo que por el momento no tienen planeado realizar más estudios del “Windsor Hum”.
Sin acceso a la isla Zug
Mientras que algunas personas en McGregor, al sur de Windsor, y en la ciudad estadounidense de Cleveland han reportado que escuchan el ruido, en Detroit no.
El abogado de la ciudad de River Rouge, David Bower, ha descartado en el pasado una investigación en la isla de su demarcación: “No vamos a pagar por algo que beneficie a otra persona porque no es un problema que nos afecte”, dijo al diario canadiense National Post.
Pero una estudio de campo ahí es fundamental para obtener “un resultado significativo” sobre qué está causando el zumbido que afecta a la población del lado canadiense, como indicó la Universidad de Windsor.
Gary Gross, un residente de Windsor afectado por el zumbido y quien ha participado en los estudios del caso, dijo a la BBC que los interesados en encontrarle una solución al zumbido saben que encontrar colaboración con las autoridades estadounidenses “es muy difícil, si no imposible”.
Una petición de entrevista con United States Steel Corp. solicitada por BBC Mundo no obtuvo respuesta de forma inmediata.
¿Microondas?
En Estados Unidos hubo otros dos casos similares a los de Windsor desde la década de 1990, pero los expertos tampoco pudieron identificar una fuente con certeza.
Un amplio estudio fue realizado en la localidad de Toas, Nuevo México, en 1993 luego de que 161 personas de una población de 8.000 percibían el ruido.
Lo único que pudieron identificar fue “un nivel de campo electromagnético elevado que, según los informes, estaba relacionado con las líneas eléctricas locales”.
En Kokomo, Indiana, 126 personas de 46.000 habitantes dijeron sentir los efectos del zumbido y algunas dijeron que reductores de ruido en dos instalaciones industriales cercanas aliviaron los efectos, “pero la mayoría no”.
El experto en acústica James P. Cowan considera que “no es un fenómeno acústico tradicional”.
“Puede ser escuchado por algunas personas pero no puede ser localizado usando instrumentación acústica estándar”, indicó en un análisis de los casos de Nuevo México e Indiana.
Cowan apunta a que una posible causa sea el fenómeno de “audición de microondas”.
“Es un fenómeno por el cual las personas (incluidas las personas clínicamente sordas) pueden escuchar sonidos relacionados con exposiciones al campo electromagnético que no van acompañadas de fluctuaciones de presión acústica mensurables”, indica Cowan.
Sin embargo, aclara que esto solo es una posible causa a estudiar en este tipo de casos de ruidos cuyo origen es un misterio.