El caso de los cuatro hermanos encerrados por sus padres adoptivos en Arizona
REDACCION/BBC MUNDO — El niño logró escapar de su casa el pasado sábado, en Tucson, Arizona, Estados Unidos. Entró a un comercio y pidió hablar por teléfono.
Su aspecto “desaliñado” y su corta edad llamaron la atención del empleado de la tienda, quien llamó a la policía.
A continuación, las autoridades policiales fueron hasta la casa del niño y se encontraron con un panorama desolador.
Otros tres niños de entre 6 y 12 años “estaban en habitaciones separadas, que estaban cerradas desde el exterior, a oscuras, sin acceso a comida, agua, o instalaciones de baño”, dijo el martes el departamento de policía del condado de Pima.
Afirmaron que esta situación se repetía “por hasta doce horas seguidas de forma regular”.
Una de las habitaciones tenía una cubeta que funcionaba como baño, añadieron las autoridades.
La policía dijo que los niños, todos hermanos biológicos adoptados por una pareja, no se daban cuenta de que las condiciones en las que vivían eran inusuales. Eran excelentes estudiantes y no reportaron problemas en la escuela.
A raíz de esta situación, los padres adoptivos, Benito y Carol Gutiérrez, de 69 y 64 años respectivamente, fueron arrestados y acusados de abuso infantil.
Una llamada clave
En una conferencia de prensa, el detective Pat Willson de Pima elogió el accionar del empleado de la tienda Family Dollar que contactó a la policía.
“Felicitamos a este ciudadano”, dijo. “No estaba seguro de si la situación era un delito, pero informó de sus preocupaciones”.
Los Gutiérrez habían superado todas las verificaciones de antecedentes requeridas para poder adoptar niños, dijo Willson y agregó que no se habían informado problemas en el pasado.
Este caso se produce a un mes después de que una pareja de California (EE.UU.) fuera detenida luego de que la policía descubriera que sus 13 niños estaban cautivos en su casa.
David Allen Turpin y Louise Anna Turpin fueron acusados de tortura y de poner en peligro a los niños.
La policía dijo que algunos de sus hijos habían sido “atados a sus camas con cadenas y candados”.