Republicanos y demócratas reinician de cero diálogo sobre presupuesto de EEUU
Washington — Republicanos y demócratas reiniciaron de cero esta semana las negociaciones sobre el presupuesto después de que el fin de semana pasado sus diferencias, especialmente en materia migratoria, provocaran un cierre parcial administrativo durante casi tres días.
El cierre entró en vigor en la medianoche del viernes 19 de enero, coincidiendo con el primer aniversario del presidente Donald Trump en la Casa Blanca, después de que la mayoría de los senadores demócratas y varios republicanos bloquearan un proyecto de ley de gastos temporales aprobado por la Cámara de Representantes que habría durado hasta el 16 de febrero.
Los demócratas se comprometieron a no votar a favor de una medida de gasto a menos que se llegara a un acuerdo sobre cómo garantizar la protección de los jóvenes inmigrantes indocumentados que llegaron a Estados Unidos cuando eran niños, conocidos como “soñadores”, y así sucedió.
Sin embargo, tras pasar el fin de semana en conversaciones, y con las intenciones de la mayoría republicana de volver a convocar una votación sobre otro presupuesto temporal, esta vez hasta el 8 de febrero, el líder de la minoría demócrata en el Senado, Chuck Schumer, aceptó la medida a cambio de que su homólogo conservador, Mitch McConnell, reactivara el debate migratorio.
Tras el choque de trenes, y con el temor de volver a incurrir en otro cierre, McConnell dijo este jueves que se siente optimista sobre la posibilidad de alcanzar un acuerdo en las negociaciones bipartidistas sobre la inmigración y el presupuesto antes de que expiren de nuevo los fondos.
“Soy optimista. Es mi mayor preferencia que los senadores alcancen un acuerdo bipartidista sobre estos temas antes del 8 de febrero”, dijo.
Asimismo, Schumer aseguró que las conversaciones sobre materia migratoria han “comenzado de nuevo”, al confirmar que ha retirado su oferta de aportar financiación para la construcción del muro con México, a la cual había accedido para evitar el cierre, sin éxito, a cambio de una solución para los soñadores.
De esta forma, Schumer sacó de la mesa de negociaciones su oferta de destinar 20.000 millones de dólares para la construcción del muro en la frontera con México, una de las grandes promesas de campaña del presidente Donald Trump, y que hasta ahora no ha podido llevar a cabo.
Sin embargo, la Casa Blanca insiste en aprobar un paquete migratorio de forma separada a los presupuestos, y este jueves reveló su propia propuesta al respecto, para que los congresistas trabajen sobre un acuerdo basado en sus demandas y condiciones.
La reforma migratoria planteada por la Casa Blanca permitiría acceder a la ciudadanía a 1,8 millones de indocumentados que llegaron a EE.UU. de niños a cambio de 25.000 millones de dólares para construir el muro y reforzar la seguridad fronteriza.
La cifra de 1,8 millones de inmigrantes es superior a los 690.000 jóvenes, conocidos como “soñadores” o “dreamers” que actualmente pueden trabajar y están protegidos de la deportación por el programa DACA (Acción Diferida para los Llegados en la Infancia), cuya vigencia expira en marzo por orden de Trump.
El presidente, además, pide el fin de la llamada “lotería de visados para la diversidad”, que asigna aleatoriamente hasta 50.000 de ellos al año para los ciudadanos de naciones que tradicionalmente tienen bajas tasas de migración a EE.UU., especialmente países africanos.
Al respecto, Trump propone eliminar la lotería, pero asignar esos visados a trabajadores altamente cualificados, además de solicitar al Congreso que acabe con el actual sistema de reagrupación familiar, que permite a ciudadanos estadounidenses pedir la tarjeta de residente permanente (“green cards”) para sus familiares en el extranjero.
De esa forma, la Casa Blanca espera que el Senado pueda votar sobre una ley migratoria durante la segunda semana de febrero, días antes del día 8, y desatascar así las negociaciones presupuestarias para evitar un nuevo cierre de la Administración.
Aun así, el Partido Demócrata ha mostrado su desacuerdo sobre la propuesta, así como algunos de los legisladores hispanos, que rechazan que el camino a la ciudadanía para los “soñadores” se convierta en “una moneda de cambio” para las “políticas antiimigrantes” Trump.
“Mientras Donald Trump finalmente reconoce que a los ‘soñadores’ se les debería permitir permanecer aquí y convertirse en ciudadanos, los usa como una herramienta para destrozar nuestro sistema legal de inmigración y lograr la lista de deseos que los intransigentes de la línea dura han defendido durante años”, aseveró Schumer tras conocerse la propuesta.