Exmarine latino corre para demostrar que el deporte cura heridas de guerra
Chicago (IL) — El exsargento de los Marines Mike Mendoza sabe bien lo que es el sufrimiento y el sacrificio. Tras dejar el Ejército después de resultar herido en Irak ha batido el récord de mayor número de pruebas disputadas de la dura disciplina del Ironman para recaudar fondos para ayudar a otros veteranos.
Con la mira puesta en las necesidades de los veteranos discapacitados tras las guerras de Afganistán e Irak, este exmilitar de origen mexicano ha recaudado más de 26.000 dólares que destinará a militares heridos en combate.
En función del caso de cada veterano, a través de los fondos que él recauda se pueden proveer equipos atléticos, bicicletas adaptadas y hasta matrículas en algún gimnasio, aunque también ayuda en la adquisición de prótesis de brazos y piernas.
Mendoza ve el deporte como la mejor terapia.
Por esta razón, este pasado fin de semana disputó su vigésimocuarta prueba Ironman 70.3 del año en Miami (Florida), con lo que superó el récord de otro atleta que llegó a 23 carreras en menos de 12 meses.
El exsargento, condecorado con las medallas Corazón Púrpura y Cruz Naval, se especializa en estas pruebas para las cuales nada 1,2 millas (1,9 kilómetros), pedalea 56 millas en bicicleta (90 kilómetros) y corre a pie 13,1 millas (21 kilómetros).
La suma en distancia aproximada de estas tres carreras es de 113 kilómetros, equivalente a 70.3 millas, de ahí el nombre de la disciplina, que cierra cada año con un campeonato mundial, organizado por la World Triathlon Corporation (WTC).
Residente en Mokena (Ilinois), el antiguo militar, que sufrió heridas en el pecho producto de una explosión de granada en 2006 en Irak, lo que le obligó a permanecer hospitalizado durante una larga convalecencia, cree que “cualquier herida no debe detenerte para practicar algún deporte y sanar”.
“Todo lo que hago es para los veteranos”, sintetiza.
“Si importante es terminar las carreras, todavía más lo es enviar un mensaje de recuperación a través de los deportes y la recreación”, expresa.
Conocido en las redes sociales como “El Corredor Patriota”, el hispano, que actualmente trabaja para el Departamento de Estado de EE.UU., relata que después de recuperarse le surgió la idea de cooperar con sus excolegas a través del Fondo Semper Fi, que ofrece asistencia financiera a veteranos heridos en combate.
Esa misma organización, precisa, lo ayudó mucho a él y a su familia cuando estuvo en rehabilitación.
“He aprendido que una manera de recuperarse de varias heridas, incluyendo la depresión, la ansiedad, y el insomnio, es involucrarse en actividades deportivas”, no duda en explicar Mendoza.
Por ejemplo, apunta, una bicicleta modificada para un veterano con ciertas discapacidades puede llegar a costar 20.000 dólares.
El hispano asegura que busca correr más carreras para ganar un lugar en las páginas del Libro Guinness de los Récords.
Comenzó a correr en este tipo de pruebas, también conocidas “Half Ironman” (Medio Ironman), en marzo del año pasado y esto lo ha llevado a competir en varias ciudades del país.
El próximo fin de semana viajará a Austin (Texas) para correr en un evento similar, y para noviembre tiene planificado asistir a otro evento en Los Cabos, en el estado mexicano de Baja California.
Aunque acaba de culminar su récord, Mendoza dice que continuará corriendo hasta marzo de 2018 en su afán de recaudación.
Mientras tanto, este exmarine proveniente de una familia con raíces en Zacatecas no tiene especial apuro en entrar en el famoso libro de los récords mundiales.
“No tengo que someter mis marcas de inmediato”, apunta el excombatiente, que tiene claro que lo “más importante ahora es ayudar”.