San Agustín, una ciudad de leyendas fantasmales
Miami — Las continuas batallas, invasiones piratas, naufragios y epidemias que ha sufrido San Agustín en sus 452 años de historia han dado lugar a un sinfín de leyendas que envuelven a la ciudad más antigua de Estados Unidos de un halo fantasmal.
Del inexpugnable Castillo de San Marcos, fortaleza española que repelió incontables asaltos desde que se inició su construcción en el siglo XVII, se oyen historias de apariciones de fantasmas de soldados que penan mientras patrullan el lugar y de piratas como el inglés Andrew Ramson.
Este bucanero sobrevivió a una fallida ejecución en San Agustín y se dice que, a pesar de aquel “milagro”, su espíritu quedó atado para siempre al Castillo de San Marcos.
El popular faro de la ciudad es otro de los lugares donde se concentra la mayor cantidad de actividades “espeluznantes” de la ciudad, que desde 1873 alberga presencias y revelaciones de fantasmas inexplicables.
La más conocida hace referencia a la muerte de tres niñas tras precipitarse al agua con una carretilla con la que jugaban.
“Según la leyenda, las risas y sus pequeñas voces diciendo ‘Hola’ pueden ser escuchadas en la torre”, asegura a Efe Tonya Creamer, coordinadora de Relaciones Públicas del faro, que añade que a varios visitantes inexplicablemente se les ataron los cordones de sus zapatos entre si o incluso a la barandilla y las escaleras del edificio.
Al menos los espíritus de otras cuatro personas que perdieron la vida por enfermedad u otras causas no accidentales se aparecen en la torre desde hace años, dicen sus responsables.
En ese sentido, la ciudad fundada por el explorador español Pedro Menéndez de Avilés ha sabido explotar su actividad y ha creado “La oscuridad de la luna”, una excursión que permite a los turistas investigar durante la noche este frecuentado lugar de San Agustín.
Otros lugares rodeados de historias paranormales son los cementerios Huguenot y Tolomato, el más antiguo de Florida, donde un gran número de personas que fallecieron por fiebre amarilla están enterradas en esos camposantos desde el siglo XVIII.
Causan escalofrío además varios moteles en los que se ha reportado una gran cantidad de “revelaciones fantasmales”.
Precisamente, el motel San Francisco, el más antiguo de la ciudad, alberga en la tercera planta, según sus empleados, la presencia de una joven negra ataviada con un vestido blanco.
“El personal y los huéspedes piensan que es Lily, una esclava negra que habitó en la posada en 1885”, sostiene Creamer, que resalta la historia de amor que esta mujer mantuvo con el sobrino del propietario, quien se suicidó porque su amor era “imposible”.
Desde entonces, los trabajadores del motel, que también han reportado en numerosas ocasiones que las televisiones se apagan o encienden solas, aseguran que “una afligida Lily” vagabundea su amor, especialmente en la habitación 3A.
Los movimientos inexplicables también son constantes en el motel Casablanca, situado al frente de la bahía de una localidad que fue un importante centro para el contrabando de bebidas alcohólicas en el país desde Jamaica, Puerto Rico, Cuba y otras islas del Caribe.
Durante la época de la Ley Seca, en el siglo XX, el albergue estuvo dirigido por una anciana que solía ayudar a los contrabandistas que navegaban por la costa de noche señalándoles con una linterna desde la azotea la presencia de los funcionarios del Departamento del Tesoro de EE.UU.
Tras su muerte, aún son muchos los navegantes que aseguran ver una sombra y una luz en el techo del Casablanca, presencia que también se siente y se ve desde el interior del motel, según algunos testigos.
A los populares trenes fantasma se unen en esta ciudad más de una docena de visitas “paranormales” que recorren los alrededores de la ciudad y que revelan a los viajeros algunas de las apariciones más “infames”, según Creamer.
Las excursiones a pie son una opción para aquellos turistas que quieran comprobar, a través de las fotografías, los fenómenos paranormales en San Agustín, porque muchas de las imágenes tomadas en ocasiones anteriores revelaron la presencia de un hombre alto y delgado con un sombrero y un abrigo largo.