Aseguran que muchos inmuebles pueden evitar demoliciones tras el sismo en México
México — Muchos inmuebles de la capital mexicana severamente afectados por el terremoto del 19 de septiembre pueden evitar la demolición si se hace una buena revisión y reestructuración, aseguró hoy a Efe el ingeniero Arturo Bautista.
“Consideramos que la gran mayoría de los edificios los podemos reestructurar. Los podemos poner acorde con el reglamento actual y con las normas técnicas complementarias. Y hacer que el edificio funcione bien”, dijo el presidente de la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción (CMIC) en la capital.
Bautista, representante de esta cámara con alrededor de 10.000 socios en todo el país, consideró que muchos de los inmuebles afectados por el terremoto pueden repararse.
La próxima semana arrancarán las demoliciones de 13 edificios que la Secretaría de Obras y Servicios (Sobse) de la capital considera en grave riesgo de colapso.
Son entre 150 y 200 los inmuebles que el Instituto para la Seguridad de las Construcciones capitalino, de forma preliminar, estima deberán ser demolidos tras el terremoto de magnitud 7,1, que dejó 369 muertos, 228 de ellos en Ciudad de México.
No obstante, la lista podría ampliarse, y desde el inicio de la contingencia el baile de cifras ha sido considerable.
“Tenemos que llevar especialistas (...) y finalmente cada edificio habrá que analizarlo por separado para definir, calcular y valorar si es más económico reforzarlo estructuralmente o definitivamente demolerlo”, explicó.
Si en el edificio no fallan los cimientos, se puede reforzar su estructura atendiendo los marcos y los muros de carga.
Incluso aquellas estructuras, como las columnas, que están “reventadas” se pueden hacer rígidas de nuevo. Por ejemplo, con mallas de acero, detalló.
Bautista afirmó que siempre es más económico reparar que derrumbar un edificio para volver a construirlo.
El secretario de Obras y Servicios de la Ciudad de México, Édgar Tungüí, aseguró que no se utilizarán explosivos, un rumor que atemorizaba la ciudadanía.
Bautista consideró que no usar explosivos es lo más aconsejable, no tanto para los edificios colindantes, sino para evitar situaciones de desconcierto e incluso miedo entre los capitalinos.
“Tras (el terremoto de) 1985 hubo muchos edificios que se derribaron totalmente con explosivos. Obviamente eran explosivos controlados. Y la tecnología nos ayuda”, remarcó.
Sin embargo, en esta ocasión se optará por el trabajo manual y el uso de maquinaria. Primero las cuadrillas de trabajadores retirarán cristales y otras partes que puedan resultar peligrosas.
Posteriormente, se utilizarán martillos neumáticos y retroexcavadoras para ir rompiendo paredes y losas. Así, se van rebajando los niveles de los edificios.
El experto recordó que es también muy importante el trato que se da a las toneladas de escombros que resultan de una demolición.
“Necesitamos contar con tiraderos (vertederos) oficiales”, apuntó, y recordó que hay sitios habilitados para este tipo de residuos en los alrededores de la capital.
La CMIC colabora estos días con el Instituto para la Seguridad de las Construcciones, el Sobse, y la Secretaría de Desarrollo Urbano y Vivienda (Seduvi), remarcó.
En la capital, está apoyando a las autoridades en el “apuntalamiento, reparaciones mayores” y futuras demoliciones.
La entidad también ha intervenido en varias viviendas y está ayudando a inquilinos damnificados a “borrar de sus casas pequeñas fracturas y grietas que no tienen un daño estructural”, agregó.