Conductor acusado de las muertes de inmigrantes, podría enfrentar la pena capital
- Share via
SAN ANTONIO/Associated Press — El conductor del camión podría enfrentar la pena de muerte por su papel en la muerte de 10 inmigrantes que perecieron después de que estuvieran encerrados en el remolque de un camión encontrado en el estacionamiento de Wal-Mart en San Antonio.
En una demanda federal presentada el lunes, el conductor del camión de carga, James Matthew Bradley Jr., de 60 años, de Clearwater, Florida, fue acusado ante una corte federal de “transporte de extranjeros indocumentados”, un delito que se castiga con cadena perpetua o pena capital si el delito resulta en una muerte.
Treinta y nueve personas fueron descubiertas en el camión el domingo por la mañana justo a la salida de la carretera Interstate 35, a unos 150 kilómetros de la frontera México-Estados Unidos, después de que un hombre desorientado se acercó a un empleado de Wal-Mart en busca de agua.
El empleado llamó a la policía, la cual encontró ocho cadáveres y decenas de personas que luchaban por sobrevivir en el interior del remolque.
Ocho hombres fueron declarados muertos en la escena el domingo por la mañana. Al parecer perecieron a causa del calor y asfixia, dijo la portavoz policial, Romana López.
Dos hombres han muerto desde entonces en hospitales locales, según la Oficina del Fiscal Federal.
Diecisiete de los ocupantes del vehículo fueron llevados a los hospitales cercanos con lesiones graves o críticas. Otros 13 tuvieron lesiones que no amenazaban la vida.
En entrevistas con agentes del Departamento de Seguridad Nacional el domingo, algunos de los pasajeros del camión dijeron que habían pagado “protección” al cartel de Los Zetas para cruzar la frontera.
Estimaron que entre 70 y 200 personas podrían haber sido abarrotadas a bordo del camión.
Un oficial de policía de San Antonio encontró a varias personas de pie y acostadas en y alrededor de la parte trasera del remolque, según una declaración jurada presentada el lunes por James Lara, agente de investigaciones especiales del Departamento de Seguridad Nacional.
Cuando el oficial encendió una luz en la cabina del remolque, Bradley salió de la parte trasera de la cabina, informó el agente.
De acuerdo a la declaración, le dijo al oficial que estaba transportando el remolque de Schaller, Iowa, a Brownsville, Texas, y que no estaba al tanto del contenido del remolque o carga.
Bradley dijo que escuchó movimiento en su camión sólo cuando salió del vehículo para orinar, de acuerdo con la declaración jurada. Después de abrir la puerta en la parte trasera del remolque, dijo que trató de brindar ayuda. Lara dijo que Bradley renunció a su derecho a permanecer en silencio.
Durante otro interrogatorio por agentes de Investigaciones de Seguridad Nacional, Bradley dijo que viajaba desde Laredo,Texas, para entregar el camión a alguien que lo había comprado en Brownsville. “Mientras salía del vehículo para ir al baño escuchó “golpear y sacudir” en el remolque. Cuando abrió la puerta se sorprendió cuando fue arrollado por gente ‘española’ y cayó al suelo”.
“Entonces notó cuerpos que yacían en el suelo como carne”. Inmediatamente, dijo Bradley, se dio cuenta de que al menos una persona estaba muerta.
Dijo que sabía que el sistema de refrigeración del remolque no funcionaba y que los cuatro orificios de ventilación probablemente estaban obstruidos. Llamó a su esposa, pero no llamó al 911, le dijo a los agentes.
Varios de los ocupantes del remolque dijeron que habían sido contrabandeados a través del río de Rio Grande cerca de Laredo en diversos grupos y después fueron reunidos en diferentes escondites.
Cuando todos se reunieron en el remolque el sábado, calcularon que el vehículo contenía entre 70 y 200 personas.
Un ocupante, ciudadano mexicano de Aguascalientes, le dijo a los agentes que había viajado por Nuevo Laredo y había acordado pagar a los contrabandistas $5,500 cuando llegara a San Antonio. Después de esperar con un grupo de 28 personas hasta las 8 pm. los contrabandistas le dijeron que la gente de Los Zetas cobrarían 11.000 pesos mexicanos - alrededor de $ 620 - por protección y 1.500 pesos mexicanos por cruzar en balsa.
El grupo cruzó el río en tres viajes, luego caminó por la noche.
Alrededor de las 9 am del día siguiente, su grupo fue recogido por una camioneta Chevrolet y llevado al remolque. Cerca de 70 personas ya estaban dentro. En el interior no había comida ni agua.
A eso de las nueve de la noche, alguien abrió la puerta trasera para decirles que iban a partir. Se les dijo que el remolque tenía refrigeración y que no tenían nada de que preocuparse.
Después de la primera hora algunos pasajeros comenzaron a tener problemas para respirar y empezaron a desmayarse. La gente comenzó a golpear las paredes del remolque en un esfuerzo por llamar la atención del conductor.
Como había un agujero en la pared del remolque, uno a uno, la gente comenzó a tomar turnos para respirar en el agujero. Cuando entraron en el estacionamiento de Wal-Mart, el chofer frenó abruptamente, causando que muchos pasajeros se cayeran. Las puertas traseras se abrieron y la gente empezó a salir como pudo.
En cuestión de minutos, muchos habían abordado seis camionetas tipo SUV negras que esperaban para recoger a los pasajeros. Cada vehículo salió tan pronto como se llenaba. Pero una vez que llegaron las autoridades, ocho de los pasajeros fueron declarados muertos en la escena.
El cónsul general mexicano en San Antonio confirmó que varios mexicanos estaban entre los muertos y los supervivientes. La cónsul general, Reyna Torres Mendivil, dijo en una vigilia en honor a las víctimas el domingo por la noche en una iglesia de San Antonio, que su personal todavía estaba trabajando para identificar a las víctimas, según la agencia noticiosa mexicana Notimex.
Adán Valdivia López, alcalde de Calvillo, Aguascalientes, dijo a Notimex que varios residentes de su ciudad estaban a bordo del remolque. Dos de ellos, Jonhy Serna Ramírez y su tío, Mario Ramírez, fueron trasladados a hospitales por deshidratación. Un tercer hombre, Gustavo Adolfo Romo Romo, no fue localizado y se cree que escapó o fue recogido por otro vehículo antes de que las autoridades llegaran.
El contrabando de migrantes en remolques es una práctica relativamente común a lo largo de la frontera.
En mayo de 2003, 19 personas murieron de deshidratación, hipertermia, sofocación y asfixia después de haber sido abandonadas en un camión remolque en una parada de camiones en Victoria, Texas.
El conductor en ese caso, Tyrone Mapletoft Williams, fue condenado y está cumpliendo una condena de 34 años de prisión.
Para leer esta nota en inglés, haga clic aquí
Videos de Hoy
Nunca es demasiado tarde para dejar de fumar
Discriminación en el lugar de trabajo en EE.UU.
Clonación de tarjetas en ATMs
A La Espera De Un Gran Terremoto Por La Falla De San Andrés
Rastreadores de fitness son inexactos
Terapia revierte con éxito el Alzheimer en ratones
Una vistazo al traje espacial SpaceX
El chocolate puede disminuir el riesgo de problemas cardíacos
