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Austin (Estados Unidos) — El peso de Estados Unidos, la primera economía global, se dejó notar en el cierre de la asamblea de primavera del Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial (BM) al retirarse el compromiso de luchar contra el proteccionismo, una idea que había subrayado como fundamental anteriormente.
“Hemos tratado de hacer un balance constructivo y el significado de la palabra proteccionismo es muy ambiguo y, por eso, lo hemos eliminado de diferentes secciones del comunicado”, explicó a la prensa el presidente del Comité Financiero y Monetario del FMI, Agustín Carstens.
Finalmente, la habitual promesa de luchar contra el proteccionismo no aparece en el comunicado final que sirve para cerrar el encuentro de líderes económicos fue suprimida, algo similar a lo ocurrido tras la reunión ministerial del G20 celebrada en Alemania cinco semanas atrás, a iniciativa del secretario del Tesoro de EEUU, Steven Mnuchin.
“Estamos trabajando para fortalecer la contribución del comercio a nuestras economías”, señala de manera genérica el texto final.
A esta cautela se suma lo ocurrido en cumbre del G20 que tuvo lugar en paralelo a los encuentros del FMI, y en la que Alemania, que ocupa la presidencia rotatoria del grupo, decidió no emitir un comunicado como era tradicional y evitar así “especulaciones”, en palabras de Wolfang Schäuble, ministro de Finanzas.
Los comunicados finales deben contar con la aprobación de los países participantes, lo que da a entender el cambio de rumbo puesto en marcha por parte del gobierno del presidente estadounidense Donald Trump.
La llegada de Trump al poder, con una agenda de claro nacionalismo económico y explícito recelo al sistema multilateral, ha generado nerviosismo dentro del FMI y el BM, instituciones surgidas de los acuerdos de Bretton Woods de 1944 como pilares del orden económico basado en el impulso de la globalización y el libre comercio.
En sus apenas 100 días en la Casa Blanca, Trump ha retirado a Estados Unidos del Acuerdo Transpacífico alcanzado con once naciones de la cuenca del Pacífico y ha prometido renegociar el Tratado de Libre Comercio de América del Norte, en vigor con Canadá y México.
Esta semana, además, y mientras el Fondo advertía sobre el riesgo derivado del “aislacionismo”, Trump firmaba una orden ejecutiva para endurecer los requisitos de algunos visados para profesionales y revisar de los acuerdos comerciales que permitan a empresas extranjeras optar a contratos públicos.
Ante el giro proteccionista de EEUU, Mauricio Cárdenas, ministro de Hacienda de Colombia, reconoció que durante las reuniones del FMI había constatado “inquietud” sobre “los efectos que pueda tener esto sobre el resto del mundo”, dado su papel de primera economía mundial.
Más diplomático fue el ministro español de Economía, Luis de Guindos, quien dijo que más que “inquietud”, lo que había percibido era “curiosidad” por las políticas del nuevo Gobierno estadounidense y señaló que el mensaje transmitido por Mnuchin no se había distanciado mucho del consenso del G20.
Precisamente, Mnuchin, en una evento con la directora gerente del Fondo, Christine Lagarde, defendió la agenda del presidente de Trump pero lo hizo en un tono conciliador.
“Estamos concentrados en potenciar el crecimiento de EEUU, cierto. Pero creemos que el crecimiento de EEUU acabará siendo beneficioso para el resto del mundo”, sostuvo el secretario del Tesoro, quien apuntó que espera lograr un crecimiento sostenible del 3 % anual, frente a la media de cerca de 2 % de los últimos años.