¿Cuánto vale un voto? Así gastaron los candidatos a representantes de California en 2016
LOS ANGELES TIMES — Si quiere llegar a uno de los 53 escaños de California en la Cámara de Representantes de los EE.UU., comience a ahorrar dinero: el ganador promedio en 2016 invirtió $1.5 millones para formar parte de la delegación más grande del Congreso nacional.
Mientras que algunas carreras políticas resultaron más económicas, otras fueron amargas peleas que terminaron costando millones.
A continuación, un vistazo a quiénes sacaron el máximo provecho de su dinero y quiénes pagaron hasta el último centavo para ganar votos.
Los grandes gastadores por voto en California:
En la parte más alta, el representante Darrell Issa (R-Vista) gastó alrededor de $37.49 por voto para vencer a su rival demócrata, sorprendentemente fuerte -y desconocido hasta junio pasado-, el coronel retirado de Marina, Doug Applegate. La campaña de Issa gastó $5.8 millones en gastos operativos, versus $1.5 de Applegate.
La lista de quienes más gastaron por voto incluye a miembros del Congreso que ganaron batallas de reelección costosas y partidarias.
El Representante Jeff Denham (R-Turlock), de Central Valley, gastó cerca de $33.64 por voto, por un total de $4.2 millones, y ganó la reelección tres puntos por encima del apicultor Michael Eggman, un demócrata.
La representante Ami Bera (D-Elk Grove) gastó $3.9 millones para obtener otro mandato y logró una victoria muy estrecha sobre el sheriff del condado de Sacramento Scott Jones, republicano. Bera gastó $25.46 por voto, comparada con Jones, quien invirtió $8.87 por voto.
Los 10 candidatos de la Cámara que más gastaron por cada voto
Estos candidatos al Congreso gastaron más por cada voto. Mike Honda e Isadore Hall perdieron.
(tabla)
*Nota: las cifras de gastos se basan en los últimos informes de campaña presentados ante la Comisión Federal de Elecciones. Para calcular el costo por voto, The Times analizó los gastos operativos de la campaña en lugar de su gasto total, que puede incluir el dinero cedido a otras campañas o a organizaciones benéficas.
Los máximos perdedores
El mayor perdedor del ciclo en cuando a dólares invertidos por voto fue el veterano demócrata Rep. Mike Honda (D-San José), quien gastó $33.15 y perdió ante Ro Khanna, también demócrata.
La campaña de Honda recaudó $3 millones y obtuvo sólo el 39% de los votos. Khanna, quien había estado cerca de Honda en 2014, también está en la lista de los que más gastaron, con $25.60 por voto. En total, invirtió cerca de $600,000 más que Honda, pero obtuvo 51,000 votos adicionales.
Otra gran derrota de campaña fue la del exsenador estatal Isadore Hall III, de Compton, quien gastó $21.84 por voto en una estrecha derrota con la abogada y exconcejal de Hermosa Beach Nanette Barragán, que gastó $18.69 después de una difícil campaña para reemplazar a la representante saliente Janice Hahn (D-San Pedro).
Ninguno de los dos invirtió desmedidamente en la carrera, pero como tan pocos votantes llegaron a las urnas en noviembre, la cifra por voto se elevó. La participación de votantes en el distrito fue cercana al 60%.
El Rep. David Valadao (R-Hanford) tiene el segundo mayor costo por voto para las elecciones, con $37.37, también debido a la baja participación en su distrito de Central Valley. Su campaña gastó $2.8 millones para derrotar al demócrata Emilio Huerta, con 56.7% de los votos. Cerca del 60% de los votantes registrados se presentaron en ese distrito, según la guía electoral no partidista California Target Book.
Otras derrotas relativamente caras incluyen la del republicano Justin Fareed, quien gastó $15.10 por voto pero perdió por más de seis puntos porcentuales contra la demócrata Salud Carbajal, quien gastó $16.95 para representar a Santa Bárbara en el Congreso.
El demócrata Bryan Caforio invirtió $13.42 por voto en su derrota de seis puntos frente al representante Steve Knight (R-Lancaster), quien gastó $11.77 por voto, la inversión más eficiente entre todos los candidatos ganadores en una carrera ajustada.
Mucho gasto, pero en una competencia no tan ajustada
No todos en la lista tuvieron una elección tan competitiva.
El líder de la mayoría de la Cámara de Representantes Kevin McCarthy (R-Bakersfield) quedó en el puesto número cinco por gastar $27,65 dólares por voto. Ganó el 69% de los votos en una competencia fácil contra la demócrata Wendy Reed.
McCarthy llegó alto porque su campaña repartió $4.6 millones en gastos de funcionamiento y acumuló más de medio millón de dólares en gastos de comidas, así como $229,000 en pasajes aéreos durante el último ciclo electoral de dos años, según los registros de la Comisión Federal de Elecciones. Su campaña gastó también $525,000 en consultores de recaudación de fondos para atraer más dinero.
Su comité, por ejemplo, entregó más de $2.5 millones al Comité Republicano Nacional del Congreso, grupo que ayuda a que los republicanos de todo el país sean elegidos.
Poco gasto y grandes pérdidas
Los candidatos que gastan poco en las campañas para llegar al Congreso de California a veces también pierden a lo grande.
Seis candidatos reportaron no tener ningún gasto federal. Una candidata, Adrienne Edwards, que se enfrentó al representante Xavier Becerra (D-Los Ángeles), reportó sólo $1.80 para todo el ciclo de campaña.
La mayoría de los miembros bien establecidos en el Congreso, que representan a distritos seguros -lo cual significa que su partido cuenta con una enorme ventaja en lo que respecta al número de votantes registrados- se enfrentaron a personas que no llevaron a cabo campañas muy competitivas.
En 2016, el oponente de la líder de la minoría, Nancy Pelosi, fue el maestro Preston Picus, quien apareció en las boletas sin afiliación partidaria pero se autoproclamaba progresista independiente. Picus informó un gasto de $3,000 durante la campaña, equivalente a un centavo por voto (cosechó el 19% de ellos).
“Gastar mucho dinero parece tener correlación directa con el resultado, aunque hay algunas excepciones”, afirmó Jessica Levinson, profesora y experta en derecho electoral de la Escuela de Derecho de Loyola, en Los Ángeles.
Algunos candidatos pueden gastar poco y ganar de todos modos, porque tienen escaños seguros. El representante del área de la Bahía Mark DeSaulnier (D-Concord) tuvo la campaña más rentable. El novato congresista gastó poco más de $312,000 en gastos operativos y ganó 214,868 votos (72%), lo cual dejó en $1.47 su costo de inversión por voto.
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Traducción: Valeria Agis