LOS ANGELES TIMES — Un hombre que administraba el almacén de Oakland y el colectivo de artistas donde un enorme incendio mató al menos a 36 personas habló públicamente por primera vez y declaró a una estación de noticias del área de la Bahía que las víctimas eran sus amigos, sus familiares, sus “niños”.
Derick Ion Almena, quien era conocido como Derick Ion para los residentes, habló brevemente con un reportero de KGO-TV, quien los abordó a él y a su esposa en el Oakland Marriott City Center, donde la pareja se aloja. “Eran mis hijos, mis amigos, mi familia, mis amores, mi futuro”, declaró Almena a KGO-TV. “¿Qué más tengo que decir?”, preguntó, antes de marcharse con su esposa, Micah Allison.
The victims — some as young as 17 — were found “throughout the entire square footage” of the warehouse.
Los comentarios de Almena se dieron a conocer días después de que un incendio estallara en un almacén de 10,000 pies cuadrados, donde se había organizado una fiesta el pasado viernes. Los investigadores ya comenzaron a examinar la escena.
Horas después del fuego apareció un comentario en una página de Facebook de “Derick Ion”. “Confirmado. Todo aquello por lo cual trabajé tanto ha desaparecido. Agradezco que mis hijos y Micah están en un hotel, seguros y a salvo… Es como si hubiera despertado de un sueño de opulencia y esperanza para estar ahora en la vigilia de pobreza de autoestima”.
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The ruins of the Ghost Ship warehouse in Oakland, the site of a fire that killed at least 36 people, are seen from above on Dec. 5. (Jay L. Clendenin / Los Angeles Times)
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Debris litters the inside of a warehouse where a fire killed 36 people during a club-style party. (David Butow / For The Times)
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A firefighter walks through the burned-out Oakland warehouse on Saturday.
(David Butow / For The Times) 4/24
Firefighters walk through a debris-strewn warehouse where a fire killed at least nine people in Oakland.
(David Butow / For The Times) 5/24
A drone flies over investigators outside Oakland’s Ghost Ship warehouse, where 36 people died this month in one of the worst fires in modern California history. (Jay L. Clendenin / Los Angeles Times)
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Titus Cromwell, 4, places a flower from his family’s garden near the scene of the Ghost Ship warehouse fire in Oakland.
(Francine Orr / Los Angeles Times) 7/24
In the days after the Ghost Ship fire in Oakland, hearts dedicated to victims were hung from a nearby tree. (Francine Orr / Los Angeles Times)
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Daryl Norman, 63, of Oakland stops by the scene of the fire on his way to church in Oakland. “I had to come see for myself,” he said of the 36 victims. “God bless them.”
(Francine Orr / Los Angeles Times) 9/24
People stand at the perimeter holding flowers while watching crews remove material from what remains of the “Ghostship” warehouse fire, that burned and killed at least 36 people in the Oakland neighborhood of Fruitvale.
(Jay L. Clendenin / Los Angeles Times) 10/24
An art installation near the scene of the Ghost Ship fire.
(Francine Orr / Los Angeles Times) 11/24
People pay their respects Dec. 11 near the scene of the warehouse fire.
(Francine Orr / Los Angeles Times) 12/24
Mourners observe a moment of silence for the lives lost in the Ghost Ship warehouse fire at the Oakland Museum of California on Friday evening.
(Francine Orr / Los Angeles TImes) 13/24
ATF agents map the scene of the fire investigation Friday at the Ghost Ship warehouse in Oakland. (Francine Orr/ Los Angeles Times)
(Francine Orr / Los Angeles TImes) 14/24
Rain falls on the memorial for victims of the Oakland warehouse fire.
(Francine Orr / Los Angeles TImes) 15/24
Hillary Morse, 22, of Oakland mourns the loss of two of her close friends in the warehouse fire in Oakland. (Francine Orr / Los Angeles Times)
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Jacob Ramirez, 4, left, looks on while his grandmother Eva Ramirez, 52, consoles Hillary Morse, 22, right, of Oakland near the site of the warehouse fire in Oakland.
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Flowers, candles and notes, memorializing those killed and injured in the “Ghostship” warehouse fire that burned and killed at least 36 people in the Oakland neighborhood of Fruitvale.
(Jay L. Clendenin / Los Angeles Times) 18/24
A makeshift memorial of flowers and candles stands Dec. 4 near the site of the Oakland warehouse fire. (Francine Orr / Los Angeles Times)
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A man who identified himself as Ben P. reads cards on Sunday at a memorial near the site of the blaze.
(Francine Orr / Los Angeles Times) 20/24
Kristen Grzeca, a music teacher at Ruth Asawa San Francisco School of the Arts, hugs Monina Sen Cervone, director of world music and dance at the school, on Sunday at a makeshift memorial for victims of the warehouse fire. A 17-year-old victim was one of Grzeca’s students.
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After attending church, Teionna Cunningham of Oakland leaves flowers near the site of the fire.
(Francine Orr / Los Angeles Times) 22/24
A Seventh Day Adventist group prays on Sunday near the scene of the fire on 31st Avenue in Oakland.
(David Butow / For The Times) 23/24
Flowers are left near an Oakland warehouse where a fire broke out during a concert, killing 36 people.
(David Butow / For The Times) 24/24
Dino Graniello, left, and Jessie Xenakis light candles near the scene of a warehouse fire in Oakland that killed at least two dozen partygoers.
(David Butow / For The Times) Almena clarificó después sus comentarios mediante una declaración escrita a NBC News, donde aseguró que no sabía que había muerto gente en el lugar y que tenía el corazón roto. “Mi meta había sido nada menos que crear un ambiente para el arte y la creatividad en nuestra comunidad”, le dijo a NBC News. “Durante la investigación, por favor sigan demostrando su apoyo y compasión por los afectados de esta tragedia. Mis plegarias están con las familias de las víctimas”.
Almena no respondió de inmediato a un pedido de comentarios del Times.
Un grupo llamado Satya Yuga Collective había rentado el almacén que Almena, de 46 años, manejaba. Él y su esposa vivían en el segundo piso de las instalaciones, donde a menudo realizaban conciertos y mencionaban el sitio como “Oakland Ghost Ship” (el barco fantasma de Oakland). Según los residentes, los tres hijos de la pareja también vivían en el edificio.
Almena se consideraba un “creador de reinos” y construía esculturas de objetos encontrados y escenografías para eventos musicales. El almacén estaba lleno de arte hindú, objetos y muebles comprados por Almena en sus viajes a Bali.
Los funcionarios señalaron que, al momento del incendio, el almacén estaba siendo investigada debido a quejas de los vecinos sobre cuestiones de salud y seguridad.
Algunos exresidentes describieron el edificio como un ‘barril de pólvora’ y una ‘trampa mortal’, lleno de autocaravanas y pianos. También señalaron que no tenía aspersores contra incendios y que tenía una escalera parcialmente construida con tarimas de madera.
Los funcionarios de bomberos manifestaron que los equipos no oyeron alarmas de humo al llegar al edificio. El almacén es una de las varias propiedades de Chor N. Ng. Su hija, Eva Ng, de 36 años de edad, señaló que el edificio estaba rentado como estudio para un colectivo de arte y que no se empleaba como residencia.
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Traducción: Valeria Agis