Boleta de calificaciones: Kevin de León, tiene una B
Consejo Editorial de Los Angeles Times — Cuando Kevin de León asumió el cargo de presidente Pro Témpore del Senado de California hace un año, heredó un magullado cuerpo legislativo plagado de crisis y escándalo. Dos senadores habían sido acusados de corrupción. Un tercero había sido declarado culpable de perjurio y fraude electoral y había dimitido a su puesto el mes anterior. Y un cuarto había sido detenido por conducir bajo la influencia después de haber bebido con otros legisladores en un balcón del Capitolio.
La burocracia del Senado también estaba en desorden. Dos de los tres miembros del personal de más alto nivel habían dejado sus cargos en medio de acusaciones de nepotismo y favoritismo. El tercero, el administrador de más alto cargo del Senado, Greg Schmidt, se estaba jubilando. De León fue acogido a su nuevo empleo por un déficit estructural de $3 millones 500 mil dólares en el presupuesto del Senado. Una de sus primeras acciones fue despedir a 39 empleados. Lo cual no fue la mejor forma para ganar puntos de popularidad.
Hoy, se ha disipado esa nube oscura que se encontraba sobre el Senado. Los malos protagonistas se han ido o rehabilitado, los miembros del personal de alto nivel han sido reemplazados y el público ha dejado atrás el pasado. Pero si hubiera habido un solo paso en falso o un poco de escándalo durante el año, todos los detalles de los terribles momentos podrían haber sido revividos. Pero gracias al mérito de León (D-Los Angeles) esto no ocurrió.
De hecho, la Cámara Alta de la Legislatura no sólo sobrevivió, registró un muy buen año. Los senadores presentaron un frente unificado y tranquilo, en contraste con el caos en la Asamblea. Presentaron y aprobaron proyectos de leyes cruciales — eventualmente aprobados por la Asamblea y firmados por el gobernador Jerry Brown -- que tendrán consecuencias duraderas para los californianos, incluyendo uno que le puso fin a la exención de la creencia personal para las vacunas para los niños en escuelas públicas y una ley del derecho a morir para los enfermos terminales.
Esos dos proyectos de ley dieron pie a conversaciones cargadas de emociones pero necesarias que un líder del Senado menos audaz podría haber tratado de evitar, especialmente si estuviera enfocado – como lo estaba De León — en su propia propuesta potencialmente divisiva. Entre los proyectos de ley más significativos y polémicos del año se encontraba su ley SB 350, una propuesta de largo alcance para reducir las emisiones de carbono. Aunque fue recortada en los últimos días de la última sesión, todavía tendrá un gran impacto en el estado.
¿Cuánto reconocimiento merece De León por el cambio en el Senado? Mucho, en realidad. Ha mostrado una gran capacidad de liderazgo y tiene la combinación correcta de confianza, energía y compromiso. Su experiencia como legislador le ha ayudado mucho en su nueva posición, la cual ha utilizado para impulsar una legislación consecuente. Cuando la propuesta de ley del derecho a morir perdió firmeza en un Comité de la Asamblea, fue un partidario activo de su reintroducción en la sesión especial de atención de salud, que finalmente condujo a su aprobación.
Durante sus cuatro años en la Asamblea y sus cinco años en el Senado, De León se ha mantenido firmemente a un objetivo claro y constante – ayudar a los californianos trabajadores y de bajos ingresos -- que comunica mucho sobre su trabajo en la capital. El resultado se puede ver en los proyectos de ley que ha escrito, como un plan de ahorro de jubilación automático para todos los trabajadores californianos (aún está en la fase de estudio). Entre ellos están varios que abordan temas ambientales en comunidades pobres; un buen ejemplo es la ley SB 535 del 2012, la cual requirió que una cuarta parte de los ingresos de limitación y comercio del fondo de reducción de gas invernadero del estado sea destinada para el beneficio de las comunidades desfavorecidas.
La ley SB 535 tipifica como De León ha abordado el cambio climático, una de las cuestiones más apremiantes del estado y una de las prioridades legislativas de De León. Su compromiso para abordar el problema es especialmente importante dado que sus colegas legislativos latinos que representan zonas urbanas en el pasado han visto estas iniciativas ambientales con escepticismo.
Ha tomado medidas para hacer que las actividades del Senado sean más accesible al público, al transmitir más audiencias y reuniones del Comité y al realizar más de 100 audiencias de supervisión pública sobre temas como el derrame del oleoducto que se produjo en el mes de mayo frente a la costa de Santa Barbara y el uso de drogas psicotrópicas en los niños en cuidado tutelar. Y buscó activamente para reducir el número de proyectos de ley innecesarios o frívolos que salieron del Senado este año, una práctica que definitivamente debe continuar. También prohibió la recaudación de fondos por parte de los senadores durante los últimos meses del período de sesiones, una decisión impopular pero inteligente que esta página a menudo había impulsado.
De León todavía se tambalea en algunos lugares, empezando con su cuestionable decisión de realizar una ostentosa y cara fiesta en el Walt Disney Concert Hall para celebrar su nuevo puesto y el terminar con la incapacidad del Senado para abordar algunas de las cuestiones más urgentes durante este período de sesiones. Perceptiblemente ausente este año estuvo una decisión para saber cómo lidiar con la próxima expiración de la temporal Proposición 30 sobre impuestos a las ventas, que en cambio fue pospuesta hasta el 2016 o después. Y dos sesiones especiales solicitadas por el Gobernador para buscar financiación para los desesperadamente necesarios proyectos de transporte y para llenar un hueco de $1 mil millones de dólares en Medi-Cal para el próximo año hasta ahora han fracasado, en parte porque el proyecto de ley sobre cambio climático de De León le robó gran parte de su atención y energía durante el último mes del año legislativo.
Ese proyecto de ley también podría haber sido manejado mejor. Profundamente ambicioso -- tal vez demasiado ambicioso -- originalmente tenía tres objetivos: reducir el uso del petróleo a la mitad, duplicar la eficiencia energética del estado y el requerir que el estado obtenga la mitad de su electricidad de fuentes renovables para el año 2030. Dejó el gobernador fuera de esta operación y no pudo construir la coalición que necesitaba. De León debió de haber anticipado el retroceso de una propuesta para reducir tan profundamente el uso del petróleo en un estado productor de petróleo y en un período tan corto de tiempo. Era el momento para activar la diplomacia para calmar los temores de los legisladores que se encontraban bajo presión de los grupos petroleros pero que estaban legítimamente preocupados por el aumento de los precios de los combustibles y la pérdida de los empleos para los californianos. En cambio, confrontó a sus colegas, describiendo a los escépticos democráticos de la Asamblea como sometiéndose ante los grupos petroleros. Eso fue un error político que lo obligó a retirar la parte que hablaba sobre el petróleo del proyecto de ley, y que le podría costar aliados en el futuro.
Lo bueno es que ya ha demostrado que es capaz de reconocer y rectificar los errores de juicio. Un ejemplo fue su mala decisión para contratar a guardias de seguridad para conducir para los senadores y los miembros del personal a las altas horas de la noche. El servicio, que llegó demasiado pronto después del incidente de conducción bajo los efectos del alcohol, parecía consentir a los políticos que no podían resistir beber una copa o tres. De León insistió en que esa no era su intención, pero sin embargo lo eliminó poco tiempo después de que las vergonzosas noticias expusieran el cambio.
En otro ejemplo, una historia de la Associated Press planteó preguntas sobre la eficacia de la Propuesta 39, en la cual los esfuerzos de De León fueron fundamentales para conseguir que fuera aprobada. La iniciativa del 2012 eliminaba una laguna fiscal sobre las empresas multiestatales y dedicaba una porción de los ingresos para ayudar a que las escuelas públicas se hagan más eficientes en materia de energía. La historia señaló que una junta de supervisión había sido nombrada desde hace mucho tiempo pero que todavía no se había reunido, a pesar de que millones de dólares ya habían sido asignados a las escuelas. En su favor, De León presionó a la junta para organizar una reunión tan pronto como fuera posible, lo cual hizo en el mes de septiembre.
Una capacidad de liderazgo en la cual debería de trabajar: el compartir el protagonismo con su personal. Su proyecto de ley sobre cambio climático podría haber tenido mejores resultados este año si lo hubiera dividido en un paquete y hubiera reunido un equipo de colegas para hacerse cargo de una parte de las presiones y una parte del mérito. Además, el impulsar el sólo la ley SB 350 significa que se ha hecho a sí mismo un objetivo para la industria petrolera.
Pero en general, De León ha demostrado una admirable maduración como legislador y líder.
En él, el Senado — y por extensión los residentes de California -- tienen a un líder competente. Pero todavía tiene trabajo que hacer en la segunda mitad de la actual sesión de dos años si quiere dejar un legado digno de una calificación de una A.
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