Los disturbios de Baltimore y la negra sombra de Los Ãngeles en 1992
LOS ANGELES.- Hace veintitrés años, algunas partes de Los Angeles se parecÃan al Baltimore que se ha visto durante la última semana, sólo que peor. El número de vÃctimas en Los Angeles, después de cuatro dÃas ardientes de caos que comenzaron el 29 de abril tras la absolución de los policÃas que participaron en la golpiza de Rodney King, fue de 53 muertos, 2,000 heridos, 11,000 detenidos y mil millones de dólares en daños.
Avancemos rápidamente a las escenas de los edificios en llamas de Baltimore, en donde los disturbios empezaron después del funeral del lunes de un hombre de 25 años de edad que murió a causa de una lesión en la columna vertebral mientras se encontraba bajo custodia policial. Las preguntas sobre si la policÃa y los bomberos podrÃan haber hecho más para reprimir los saqueos y la destrucción fueron las mismas que se hicieron tiempo atrás, entre el 29 de abril y el 3 de mayo en Los Angeles, sin ver ninguna buena respuesta en camino.
Hay otra similitud entre Los Angeles y Baltimore: El controvertido uso de la fuerza policial en contra de un hombre de color fue la situación que desencadenó el polvorÃn que se vino creando durante décadas.
No hay excusa para los saqueos y los incendios que hemos visto en Los Angeles y en Baltimore, y las personas comprensiblemente quieren saber cómo puede tener sentido destruir tu propio vecindario.
No tiene sentido. Algunas cosas son simple brutalidad.
Pero parte de ello es una respuesta furiosa hacia un sistema que parece estar manipulado. Cuando te convences de que la justicia y la oportunidad están disponibles para algunas personas y no para otras, y que nada cambia de una generación a la otra, no hace falta mucho para que la mentalidad de las masas pierda el control.
En Los Angeles vimos -- todo el mundo vio -- lo que inició todo, porque la salvaje golpiza a Rodney King fue capturada en video. En Baltimore, no está exactamente claro lo que le sucedió a Freddie Gray, y falta ver si alguna persona aparte de aquellas que salieron a las calles hará responsables a los policÃas de Baltimore por lo que le sucedió a Gray mientras estaba bajo su custodia.
Sin embargo, lo que sà se conoce es que Gray vivÃa en un vecindario llamado Sandtown-Winchester, en donde las tasas de desempleo y pobreza son del doble de las del promedio de toda la ciudad, asà como lo reportó el Baltimore Sun. Aproximadamente una cuarta parte de los edificios están vacÃos, lo cual es común para las ciudades que alguna vez fueron grandes ciudades industriales, donde los niños ahora venden drogas entre las ruinas de las fábricas clausuradas.
Cuando vivÃa en Filadelfia, quede boquiabierto la primera vez que vi cuadras enteras de edificios que parecÃan que habÃan sido bombardeadas, con algunas casas reducidas a montones de ladrillos. Fue difÃcil creer que aún estaba en los Estados Unidos de América, donde aunque no nacemos en realidades iguales, nos gusta creer que existe la igualdad de oportunidades.
Pero no es asÃ, y la brecha cada vez es más amplia.
Sandtown-Winchester se parece mucho a como era el sur de Los Angeles en 1992 y, en ese sentido, mucho de ello sigue siendo parecido.
El vecindario de Baltimore tiene dos veces el número de tiendas de licor y tabaco que el promedio de la ciudad. Una cuarta parte de los jóvenes que viven ahà fueron arrestados por lo menos una vez entre el 2005 y el 2009. Las tasas de violencia doméstica fueron las peores de la ciudad. Una cuarta parte de los edificios están desocupados, y hay tres veces el número de violaciones por pintura de plomo que el promedio de la ciudad. Ese último detalle es de notarse, ya que se dijo que Gray y sus hermanas habÃan sufrido de envenenamiento causado por pintura de plomo cuando eran niños.
Tan vergonzoso como lo es de admitir, tenemos condiciones del tercer mundo aquà en la tierra de las riquezas. Están ahà en Baltimore, a una corta distancia de los pasillos nacionales del poder. Y están aquà en Los Angeles, en la capital nacional de las casitas de cartón y las mansiones del tamaño de coliseos.
El reciente resurgimiento económico de la nación se ha brincado a algunos vecindarios por completo. Pero ahora, una semana de creciente disturbios civiles han llamado la atención a otra parte del paÃs en donde los fracasos de las polÃticas públicas, asà como la desigualdad de ingresos y recursos, han aplastado la esperanza y han incitado a la rebelión.
“Los niños pobres, sin tener ninguna culpa, están menos preparados por sus familias, sus escuelas y sus comunidades para desarrollar sus talentos divinos tan plenamente como lo son los niños ricosâ€, escribió Robert Putnam en su libro “Nuestros Niños: El Sueño americano en crisisâ€.
El libro es un estudio persuasivo de las formas en que los caminos hacia la movilidad ascendente han sido bloqueados durante el último medio siglo, mientras que la riqueza se ha concentrado más entre una menor cantidad de personas, dejando fuera a la clase media y atrapando a las multitudes debajo de ellos.
“Desde el 2009 al 2012â€, escribe Putnam, “Los ingresos reales del 1 por ciento de las familias estadounidenses aumentó 31 por ciento, mientras que los ingresos reales del 99 por ciento apenas se movió (aumentando menos de medio punto porcentual)â€.
El profesor de la USC, Ed Kleinbard, hace un llamado convincente y motivado por la conciencia para una reinversión en la educación y en la red de seguridad social en su libro “Somos mejores que esto: Cómo el gobierno DEBE gastar nuestro dineroâ€.
“Estados Unidos tienen la tasa más alta de pobreza, la mayor desigualdad de ingresos y la mayor desigualdad de riqueza de cualquiera gran economÃa desarrollada en el mundoâ€, escribe Kleinbard.
Esas tristes realidades están todavÃa en plena exhibición en el área del sur de Los Angeles que estalló hace 23 años. A pesar de algunas mejorÃas, los altos números de delincuencia y desempleo permanecen arraigados, las escuelas se enfrentan a enormes desafÃos, las instalaciones públicas están decayendo y los niños están creciendo con probabilidades cada vez menores para sobrepasar las circunstancias en las que nacieron.
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