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Papa se solidariza con ciudad argentina de Rosario, acosada por la violencia del narcotráfico

El Papa Francisco sale al final de la misa del Domingo de Ramos en la Plaza
El Papa Francisco sale al final de la misa del Domingo de Ramos en la Plaza de San Pedro en el Vaticano, el domingo 24 de marzo de 2024.
(Alessandra Tarantino / Associated Press)
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El papa Francisco expresó el martes su apoyo a la ciudad argentina de Rosario, acosada por la violencia de las bandas de narcotraficantes, y denunció que “sin complicidades de un sector del poder político, policial, judicial, económico y financiero” no se habría llegado a ese grado de inseguridad.

“Queridos hermanos y hermanas rosarinos, estoy cerca de ustedes”, dijo el pontífice argentino en su mensaje grabado en el Vaticano.

Rosario, situada en la provincia de Santa Fe y a 300 kilómetros de Buenos Aires, sufre desde hace semanas el recrudecimiento de la violencia de las bandas de narcos que operan allí desde hace años y muestran su poder mediante asesinatos aleatorios y a quemarropa en la vía pública y amenazas de muerte a las fuerzas de seguridad, autoridades políticas y hasta famosos futbolistas argentinos.

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La víspera desconocidos arrojaron un paquete en el acceso al barrio privado donde se suele alojar el delantero del seleccionado albiceleste y jugador del Benfica, Ángel Di María, que contenía un mensaje dirigido a su padre y en el cual le advertía que si su hijo volvía a jugar en un club de su ciudad natal iban a matar a un familiar.

Preocupado por la ola de violencia narco, Francisco, de 87 años, instó además a “todos los sectores políticos” a dialogar y lograr un consenso para generar leyes y políticas “que acompañen un proceso de recuperación del entramado social” de Rosario.

El papa Francisco decidió en el último momento no leer su homilía durante la misa del Domingo de Ramos en la plaza de San Pedro del Vaticano, y evitó un largo discurso al inicio de una atareada Semana Santa que pondrá a prueba su salud cada vez más frágil.

Francisco llamó también a trabajar “sobre la demanda de drogas, a través de políticas de prevención y asistencia”. Agregó que “el silencio del Estado en esta materia sólo naturaliza y facilita la promoción del consumo y comercialización de las mismas”.

El papa pidió que el Estado y “las instituciones intermedias” brinden espacios comunitarios en los barrios socialmente vulnerables donde los narcos pueden cooptar a jóvenes sin trabajo.

Asimismo destacó la necesidad de una justicia independiente “para investigar los entramados de la corrupción y del lavado de dinero que facilitan el avance del narcotráfico” y que el sector empresarial impida ”la complicidad en los negocios con las organizaciones mafiosas”.

Al ser consultado por las palabras del Pontífice, el portavoz presidencial de Argentina, Manuel Adorni, dijo a periodistas que “su opinión es sumamente importante y respetable, y en un montón de puntos probablemente jamás estemos de acuerdo con el papa, y está bien que así sea”.

“Él es un líder espiritual, nosotros gobernamos Argentina, y en esa distancia que hay entre ambas funciones es razonable que en muchas cuestiones estemos de acuerdo y en otras muchas no”, sostuvo el vocero del presidente Javier Milei, un economista neoliberal y de extrema derecha cuya ideología ha chocado en ocasiones con los postulados del papa, quien es defensor del concepto de la justicia social y del papel del Estado en la redistribución de la riqueza.

La violencia de las bandas criminales se profundizó en Rosario a partir de la aplicación por parte de las autoridades de medidas de seguridad más severas en las cárceles donde los capos cumplen condenas, como su traslado a pabellones especiales y requisas durante las cuales les fueron secuestrados teléfonos celulares y otros dispositivos electrónicos con los que seguían manejando el negocio narco en las calles de la ciudad.

Las bandas criminales contratacaron asesinando a quemarropa a dos taxistas, al chófer de un autobús y al empleado de una gasolinera, lo que ha generado protestas de los gremios del transporte urbano e inactividad en las escuelas.

El gobierno argentino envió a la ciudad fuerzas de seguridad federales y apoyo logístico de las Fuerzas Armadas —con vehículos y armamento— y anunció un proyecto de ley para que los militares puedan operar activamente en el combate al narcotráfico, lo que hoy está vedado por ley.

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